Cuando pierdes a tu ser más querido, de poco sirven las palabras de consuelo. En mi barrio, una señora lleva años vistiendo de negro por la muerte de su marido. Deambula y se la ve solitaria en los bares, con pocas ganas de conversación. Cuando Fernando Savater perdió a su mujer dijo: “Ya no vivo, sobrevivo”. Y esto es lo que le ocurre al protagonista de la película que recomendamos en Cine en blanco y Negrete: El peor vecino del mundo.
Otto Anderson, interpretado por Tom Hanks, es un hombre que tras la pérdida de su mujer se ha vuelto cascarrabias y muy maniático. Cuando una alegre joven familia se muda a la casa de al lado, Otto encuentra la horma de su zapato en la espabilada Marisol, con la que entablará una amistad que pondrá su mundo patas arriba.
La película es un remake de la sueca ‘Un hombre llamado Ove’, estrenada en 2015 y también muy disfrutable. En ‘El peor vecino del mundo’, el director Marc Foster recupera uno de los mitos preferidos de Hollywood, el de un hombre que cambia de vida ante la llegada de una nueva persona o de un acontecimiento. Lo hemos visto muchas veces, pero no por ello, cuando se cuenta bien, deja de emocionarnos.
El duelo por la pérdida de nuestro compañero de vida es un abismo que puede sumirnos en el mayor de los cinismos. A veces, son las cosas más inesperadas las que consiguen sacarnos del pozo. Una vez vista esta película será más complicado que se vayan a la cama sin echar un último vistazo a la persona que está a su lado. La que siempre estuvo allí.