Hace unas semanas, la vicepresidenta de gobierno Soraya Saenz de Santamaría prometió a los editores ser sensible con el IVA cultural. Y a su manera lo fue. Al menos no lo subió. Aun así, el sector cultural se quedó con la miel en los labios al escuchar las medidas de la reforma fiscal anunciada por el ministro Montoro el pasado viernes y que de la que este lunes ha dado a conocer algunos detalles, entre ellos, el aumento de las excenciones fiscales como incentivo para promover y atraer rodajes a España. Asimismo, el ministro adelantó que se haría algo similar con el teatro, un sector también fuertemente golpeado.
Luego de que en septiembre del 2012 el teatro, la música en vivo y el cine experimentaran una subida de 13 puntos del 8% al 21%, algunos veían posible la reconsideración sobre el gravamen, uno de los más altos de Europa. Sin embargo, tal cosa no llegó a concretarse. De ahí que las exenciones y las facilidades fiscales en las modalidades de micromecenazgo sirvan para echar una mano a una industria con la que Montoro ha mantenido disputas.
El impuesto de Sociedades para producciones cinematográficas será del 20 % para el primer millón de euros y del 18 % para el resto, mientras que se fija una deducción del 15 % de los gastos de producciones extranjeras en territorio español, con el fin de atraerlas. Estas medidas no responden a las demandas del sector, que en repetidas ocasiones ha pedido un 30%.
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha dado hoy detalles sobre el anteproyecto de reforma fiscal aprobado el pasado viernes en Consejo de Ministros, que fija un tipo del 28 % en impuesto de Sociedades en 2015 un 25 % en 2016, y que se reduce aún más en el caso de las producciones cinematográficas. Según el Ministerio de Hacienda, se trata de los mayores incentivos a la producción de cine en España. "Para las producciones cinematográficas se fija un tipo aplicable a productor y coproductor financiero indistintamente. En cuanto a las producciones extranjeras, podrán percibir por anticipado la deducción del 15 %".
Historia de una exención
En el último semestre, el titular de Hacienda ha recibido a los representantes de la industria, quienes piden desde hace meses un tratamiento fiscal más favorable. Antes del fenómeno Ocho apellidos vascos, en 2013, la taquilla española había tocado su mínimo histórico. El número de entradas vendidas cayó en 2013 un 5,3% pero lo peor ocurrió en los platós: el número de rodajes se desplomó un 48% y el número de películas producidas un 27%, según los datos de FAPAE (la Federación de Asociaciones Audiovisuales de España).
En 2013, Hacienda abrió la puerta a algunas medidas favorables. En octubre, emitió un comunicado en el que aseguraba que en aquel entonces, la cartera presidida por Montoro estudiaba la mejora de los incentivos fiscales" para la industria cinematográfica. "Así se favorecerá la producción de películas españolas, ya que podrán acudir a la financiación de los bancos", incide e
Seis meses después, y tras una reunión con miembros de la Spain Film Commission el pasado 19 de marzo, el discurso era el mismo, pero al menos Montoro dejó caer una cifra al prometer que se estudiarían bonificaciones fiscales del 30% para las producciones cinematográficas.Sobre este tema, el sector ha hablado muy claro, muchas veces. La Spain Film Comission considera que España juega en inferioridad de condiciones. Lo tiene todo para ser atractivo (clima, paisaje, versatilidad), excepto el precio frente a otros países, como Inglaterra, Italia, Alemania, Malta o la citada Francia, simplemente porque ofrecen mayores beneficios.
El modelo canario
Un ejemplo del que muchos quieren tirar para achicar el agua que sube al cuello de la industria es el modelo canario. En las islas la deducción es del 38% para el productor y del 25% para el coproductor cinematográfico. Uno de los requisitos que exige Canarias a los cineastas extranjeros es que se asocien con un productor canario en una AIE, una Agrupación de Interés Económico. La fórmula ha funcionado y ha motivado algunos proyectos en otras regiones. Andalucía, por su parte, prepara una Ley del Cine, mientras que otras autonomías, como Cataluña y el País Vasco, también aplican su propio sistema de beneficios.