Han pasado dos siglos desde que se publicara la historia de la siempre insatisfecha y arquetípica dama creada por Gustave Flaubert: Madame Bovary, la dueña de aquella vida anónima, anodina y de provincias, esa mujer que rellena el agujero de su vacío inagotable con un puñado de arsénico. Su veta universal nos ha tocado a todos. Pasan años y seguimos fascinados por un personaje moderno. Querer y no poder o no saber bien lo que se quiere. ¿No ocurre eso también en el siglo XXI?
Y sobre esta mujer sabremos ahora algo más. Tres fragmentos desconocidos de Madame Bovary, que fueron suprimidos de la edición original, han sido recuperados en la nueva edición que acaba de publicar en Francia la editorial Gallimard. La revista Turia –una publicación de más de 30 años, realizada en Teruel- lo publicará en castellano. El texto ha sido traducido por Mauro Armiño, Premio Nacional de Traducción 2010.
Armiño –quien también ha traducido a Proust- se ocupa de su versión en castellano y elabora una nota introductoria sobre las características y contenidos de estos fragmentos hasta ahora desconocidos de la célebre novela de Flaubert, anotando el lugar en que cada uno de ellos estuvo insertado. Armiño, que publicará este año en la editorial Siruela una nueva versión de Madame Bovary, ha realizado este trabajo gracias a la reciente edición de las Obras Completas de Flaubert, publicada en La Pléiade en noviembre de 2013 bajo la dirección de Claudine Gothot-Mersch.
El primero de esos fragmentos, arrancado del capítulo dedicado a la primera fiesta social a la que Emma Bovary acude, redunda en la descripción que Flaubert había hecho del estrato social -nobles, militares, alta burguesía- que centraba su sentido de la vida en el valor monetario de las cosas. El segundo, Una discusión sobre libros se ocupa de la pasión de Emma Bovary por la lectura.
El tercer fragmento suprimido, El juguete de los niños Homais, distrae el capítulo XIV (2ª parte) de su núcleo central: la depresión que sufre Emma tras el desastre de su primera aventura amorosa. Durante ese periodo, Emma interactúa con sus vecinos y fruto de esa coyuntura es el párrafo suprimido.