Javier Mallarino se limpia los zapatos en el Parque Santander de Bogotá cuando cree ver, entre la gente, el perfil de un hombre muerto: Ricardo Rendón, caricaturista de la Colombia de los años treinta al que él está a punto de sustituir. A sus sesenta y cinco años, Mallarino tiene el país a sus pies: por su viñeta diaria han pasado los personajes más importantes de la arena nacional. Su solo trazo ha acabado con carreras políticas, revocado leyes, avivado polémicas. Es un hombre con certezas. Sin embargo, su encuentro con una joven, Samanta Leal, trastocará sus días y le hará verse envuelto en un hecho oscuro que lo pondrá en la tesitura moral. Ese es el argumento de Las reputaciones, la novela con la que Juan Gabriel Vásquez regresa al ruedo literario, la primera que escribe en Colombia después de 16 años de ausencia.
Es miércoles. Vásquez viste americana y zapatillas. Sentado en un sillón blanco, responde a las preguntas obcecadas de un grupo de periodistas. Duda: ¿Coca-Cola Light o cerveza? Mejor cerveza, porque este tema de ligero no tiene nada. El novelista, que visita España para promocionar su última novela, insiste que en este libro ha hecho lo de siempre: resistirse. ¿A qué? A la repetición.
“En Las reputaciones me he rebelado contra los libros anteriores, tratando de ser fiel a lo que decía (André) Gide de no aprovecharse del impulso adquirido", explica. Y aunque ha escogido otro género –la novela corta-, en las páginas de este libro vuelve a sus fijaciones: la relación con el pasado y la memoria. “Yo cargo con una conciencia casi exacerbada de la presencia de mis muertos… Los muertos personales, familiares, los de mi país”, dice Juan Gabriel Vásquez casi con la misma convicción con la que su protagonista, Javier Mallarino, repite, entre página y página: "Es muy pobre la memoria que sólo funciona hacia atrás".
“Yo cargo con una conciencia casi exacerbada de la presencia de mis muertos"
Sin embargo, y aunque el lector podría pensar lo contrario, Vásquez insiste en que esta novela es distinta de sus anteriores. ¿Por qué? “Abordo mis obsesiones, pero de manera distinta. Se trata de una especie de cierre del zoom con respecto a las otras novelas, que habían explorado los temas del pasado, pero que estallaban en una reflexión nacional colombiana: la segunda guerra mundial en Los informantes; el tiempo del narcoterrorismo en los años 80 y 90 en El ruido que hacen las cosas al caer… Las reputaciones, en cambio, es una novela voluntariamente íntima, privada”, explica con una voz profunda, casi radiofónica, que se impone sobre el choque de vasos y copas que domina el lobby del hotel madrileño donde esta conversación transcurre.
La vuelta a Colombia
“En Colombia lo único democrático es el olvido”, escribe Juan Gabriel Vásquez en las páginas de una historia que acompañó su regreso a Bogotá tras 16 años de ausencia. “Esta es la primera vez que comienzo una novela sobre mi país, en mi país. Esa era una de las grandes preguntas que me hacía: cómo modificaría mi escritura, porque la distancia fue lo que me permitió escribir sobre Colombia”. Acaso por ese motivo, Las reputaciones se plantea más frontalmente lo que, a su juicio, son las preguntas que sostienen una novela moral.
“Esta es la primera vez que comienzo una novela sobre mi país, en mi país"
“El tipo de novela que más me interesa como lector y que más me interesa escribir, forma una tradición que usa la ficción para hacer preguntas morales sobre nuestras decisiones, la manera en que lidiamos con ellas y con el daño que podemos hacer y el que nos hacen. Llevo mucho tiempo interesándome en ello y de ahí mi interés sobre el teatro clásico”, dice sobre Las revelaciones, un libro que comenzó siendo una obra de teatro y mutó en novela. “Los libros que marcaron este, las novelas cortas de Tolstói, de Henry James, de Saul Below… son todos libros obsesionados con hacer preguntas de carácter moral acerca del comportamiento humano, de nuestros errores, de nuestras decisiones y de cómo lidiamos con eso”.
Personaje público
Juan Gabriel Vásquez no usa Twitter ni Facebook. Se siente suficientemente “sobreexpuesto” en sus novelas, sus entrevistas y su columna de opinión en El Espectador, que escribe desde hace ya seis años. Por eso insiste en afirmar que esta novela supone, a su manera, una reflexión sobre la actualidad. “Todos somos personajes públicos, nos vemos sometidos al escrutinio de millones de personas. Un comentario, una foto comprometedora, incluso una calumnia, puede circular por todo el mundo en 30 segundos e imponerse como verdad”.
Y es esa palabra, verdad, la que se impone, como una pedrada, en la lectura de Las reputaciones. ¿A qué se parece el mundo? ¿Qué lo constituye: los hechos o el eco que esos hechos encuentran en quienes opinan? "Las caricaturas pueden exagerar la realidad, pero no inventarla", dice Javier Mallarino. “Esta novela –dice Vásquez- explora eso. La importancia que damos en el mundo actual a nuestra imagen, a nuestra reputación, lo frágiles que son y el poder que tienen sobre nuestra reputación quienes opinan en la prensa".
"Las caricaturas pueden exagerar la realidad, pero no inventarla", dice Javier Mallarino.
A Mallarino le prestó Juan Gabriel Vásquez buena parte de su “neurosis”, dice el escritor, quien admite que en Colombia la relación de los lectores con las páginas de opinión –“el diván de un país largamente enfermo”, dice su protagonista- es compleja. “Los lectores en Colombia acuden a las páginas de opinión para ponerle palabras prestigiosas a sus prejuicios o para confrontarse con el placer del antagonismo”.
Alimentada por esa sustancia, Las reputaciones plantea una intensa reflexión sobre la debilidad de los juicios públicos y privados, sobre los encuentros irreversibles que alteran para siempre lo que creemos definitivo de nosotros mismos. Es un intento ambicioso en el que Vásquez se mide y nos mide.
sobre el autor
Las reputaciones es su cuarta novela. Juan Gabriel Vásquez (Bogotá, 1973) es autor de la colección de relatos Los amantes de Todos los Santos y de las novelas Los informantes (escogida por la revista Semana como una de las más importantes publicadas en Colombia desde 1982), Historia secreta de Costaguana (Premio Qwerty en Barcelona y Premio Fundación Libros & Letras en Bogotá) y El ruido de las cosas al caer (Premio Alfaguara 2011, English Pen Award 2012 y Premio Gregor von Rezzori-Città di Firenze 2013). Vásquez ha publicado también una recopilación de ensayos literarios, El arte de la distorsión, y una breve biografía de Joseph Conrad, El hombre de ninguna parte.En el año 2012 ganó en París el Premio Roger Caillois por el conjunto de su obra, otorgado anteriormente a escritores como Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes, Ricardo Piglia y Roberto Bolaño.