Antes de nada, un poco de contexto. La música norteña de México tiene ahora mismo todas las papeletas para heredar el lugar del reguetón en la escena pop mundial. Lo demostró Peso Pluma en 2023 y lo confirma Carin León en este año del que ya queda muy poco.
En realidad, puede que esta escena musical no sea solamente el reemplazo del reguetón sino incluso desborde del mismo, ya que mientras el estilo caribeño es tremendamente juvenil, la música norteña puede disfrutarse con mayor facilidad a todas las edades. Si eres fan de José Alfredo Jiménez, Luis Miguel, Juan Gabriel, Rocío Dúrcal o Los Tigres del Norte es muy probable que conectes con estas canciones de borrachera, desamor y crimen. Sólo el tiempo dirá hasta dónde pueden llegar este sonido joven tan lleno de talento y desparpajo.
Carin León se presentó en el Wizink con tremenda energía, renunciando al emplazamiento habitual del escenario y plantando un cuadrilátero en mitad de la pista. Colocó a su extensa banda (potente y competente) un escalón por debajo de sí mismo y se dejó la parte superior para moverse con su media docena de invitados de lujo.
El público se mostró cien por cien entusiasta y conocedor de cada una de sus letras, que en alguna ocasión corearon casi completas. Un éxito en toda regla. Sobre todo, si tenemos en cuenta que era su primer concierto en España. Nada más subir a escena, tuvo unas palabras para las víctimas de la Dana en Valencia, que fueron muy aplaudidas por el público.
La grandeza incomprendida de nuestras baladas
León venía con un repertorio radiante, pero diría que este concierto no será recordado por eso, sino por su potente reivindicación del poder de la balada española del siglo XXI. El mexicano se declaró fan rendido del género y lo demostró con creces, invitando al donostiarra Álex Úbago a cantar dos de sus mayores éxitos, "¿Qué pides tú?" y "A gritos de esperanza".
Ubago fue un artista menospreciado por la crítica musical española y tuvieron que venir los oídos limpios de un mexicano para confirmar su grandeza, ya que aquí se le relacionaba solamente con el empalago, las fans hiperventilando y las sintonías de televisión. Fue exactamente la misma jugada que Karol G con Amaia Montero: tuvieron que llegar estrellas de fuera a recordarnos que “Rosas” es un clásico inmortal.
El mexicano conecta con Manuel Carrasco, Sen Serra y Pablo Alborán mucho más que la mayoría de artistas españoles
León no venía a reivindicar solo a Ubago, sino la potencia de la música sentimental española. El primero a quien sacó a escena fue al gallego Sen Senra, esa especie de Alejandro Sanz de la generación trap que sabido dar con la tecla para emocionar con sus baladas vulnerables, susurradas y desetempladas. Estrenaron el tema “Recorrerte”, que llega a plataformas en un par de semanas.
Luego fue el turno de Ubago y después el de Pablo Alborán, con quien también desplegó una enorme sintonía y una admiración mayor que la que el malagueño haya recibido de cualquier artista urbano español. El último en la listado puerta fue Omar Montes, que no es exactamente un baladista, pero sí un experto en canciones de amor con quien bordó el hedonismo de su éxito "Ron con cola”. Contra todo pronóstico, León no cantó la preciosa “Cambia!”, su colaboración en El madrileño de C.Tangana, una de las tres mejores canciones de ese álbum histórico.
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