Desde su debut con solo 19 años en la película de Alfonso Ungría África (1996), la actriz española Elena Anaya ha participado en más de cuarenta películas y ha trabajado con algunos de los mejores directores nacionales -entre ellos, Pedro Almodóvar, Fernando León de Aranoa, Julio Médem o Agustín Díaz Yanes- y algunos nombres relevantes de la industria cinematográfica mundial, como Woody Allen, Santiago Mitre o Patty Jenkins.
A la larga nómina de cineastas consagrados se suma ahora el de Ignacio Tatay, que debuta en la dirección con Jaula, un thriller que produce Pokeepsie Films, de Álex De la Iglesia y Carolina Bang, en el que el personaje al que interpreta la actriz, Paula, y su marido (Pablo Molinero) deciden acoger en su casa a una niña con la que se han encontrado sola en la carretera y que vive obsesionada con la existencia de un monstruo.
Anaya mantiene un rostro aniñado y dulce, pero defiende con ahínco las arrugas que marcan en su rostro el paso del tiempo, tanto que se resiste a que nadie las elimine con efectos digitales, tal y como la propia actriz ha señalado a Vozpópuli durante una entrevista con motivo del estreno de Jaula este viernes en los cines españoles.
Pregunta: Alguien dijo una vez que son madres todas mujeres que han tenido hijos o lo han intentado. ¿Recurriste a tu propia experiencia para este personaje? ¿Hay algo que pudieras rescatar para regalárselo?
Respuesta: He conocido a parejas que han pasado por procesos muy largos y devastadores en todos los sentidos buscando este sueño de intentar ser padres. Me parecía que cumplía muchos requisitos para entender este personaje por la edad, por la dimensión que adquiere la vida cuando, como a Paula, le ocurre algo como casi convertirse en madre de esta niña por su instinto de protegerla y cuidarla sin serlo, sin conocer nada, incluso con las consecuencias que conlleva, poniendo a su familia y sus amigos a la contra. Ocurren cosas terroríficas en esta casa y se sospecha de todo el mundo y en primer lugar de ella. Hay algo en mi personaje que de una manera física siente como una necesidad de proteger, de salvar y de averiguar para sacarla del cuadrado de tiza que es donde parece que se puede sentir a salvo.
P: Esta es una película que guarda sorpresas y giros. ¿Habéis trabajado la película de manera tradicional?
R: Ignacio Tatay llegó con un guion muy sólido, junto a Isabel Peña -una de las mejores guionistas del país-. Empezó a obsesionarse con unos casos terroríficos de hace quince años en Europa y empezó a entender qué ocurría en esas cabezas. Eso ya me parece poco convencional. Es un autor que ha intentado contar esta historia desde el punto de vista de Paula en un viaje trepidante lleno de capas, misterios y situaciones terroríficas.
Nunca acepto un proyecto sin haberlo leído, es una línea infranqueable", señala la actriz
P: Después de tantos años trabajando, ¿qué valoras en los guiones que llegan? ¿Cuáles son tus líneas rojas?
R: Mi carrera se ha construido en base a rechazar guiones, más que en aceptarlos. Respeto mucho la inteligencia del espectador, creo que no hay que infravalorarla. Los guiones deben de dejar que el espectador saque sus propias conclusiones y que madure las películas, que le hagan pensar y retorcerse. Cuando leo un guion y tengo la oportunidad de participar pienso en mí como público, en si me va a aportar o si me ayudaría a ponerme en el lugar de los personajes, y en definitiva si me gustaría ver la película o no. En cuanto a las líneas rojas, cualquier cosa que sea innecesaria y gratuita, directamente me la salto. No puedo soportar cosas que no aporten y que sean por goce y disfrute del director.
P: Te hemos visto en películas como Wonder Woman. ¿Es una experiencia para repetir o solo para probar?
R: Cada experiencia es irrepetible, incluso a pesar de repetir con el mismo director. Cada vez soy una persona distinta, con más aprendizaje y arrugas en la cara. En el caso de Wonder Woman, fue un gozo absoluto estar a las órdenes de Patty Jenkins. Seguramente repetiría. Fui muy pesada para interpretar esa película, porque no me enviaban un guion y me da igual quien produzca, yo nunca acepto un proyecto sin haberlo leído. Es una línea infranqueable: si no leo y entiendo lo que quieren que haga no lo voy a hacer, da igual quien llame. Al final les convencí. Estuve a punto de perder la oferta, pero conseguí que los estudios me lo mandasen.
Peleo que no me retoquen, mostrar mi rostro como está. La agonía y la desesperación de Paula era importante mostrarla como está", afirma Anaya
P: Has hablado de arrugas. Desde hace unos años las actrices han hecho público su malestar con la invisibilidad de las actrices pasados los treinta y pocos. ¿Compartes ese sentimiento?
R: Sí, creo que es muy injusto. El personaje de Paula desde otra mirada lo habría hecho un hombre y no una mujer, porque a esta edad una protagonista absoluta contando eta historia es difícil de encontrar en un guion. Mi experiencia es que yo no he dejado de trabajar, he mantenido el ritmo y eso me da alegría porque no es nada sencillo. Hago mi propia lucha y mi propia defensa de la belleza con todo detalle, el detalle que tiene un rostro cuando envejece y uno se hace mayor. Si dejo de interesar porque tengo arrugas pues ya me dedicaré a otra cosa, pero de momento las mantengo, las llevo con mucho orgullo y de momento no me ha faltado trabajo por hacerme mayor. Sí peleo que no me retoquen, mostrar mi rostro como está. La agonía y la desesperación de Paula era importante mostrarla como está.
P: De todos los directores y actores con los que has trabajado, ¿quién te ha marcado? ¿Quién te acompaña en tus trabajos?
R: El otro día Ethan Hawke dijo que los actores que no habían dirigido tenían un conocimiento muy grande porque su experiencia les había permitido estar en muchos sets, mientras que los directores solo habían estado en aquellas películas que habían dirigido. Cada uno de los directores con los que he estado me han aportado tanto a nivel personal y profesional que me quedo con momentos de cada uno de ellos.