La fachada de la Universidad de Salamanca posee veintiséis figuras humanas. Los Reyes Católicos, el Papa, el emperador Carlos V, Baco, Hércules, Júpiter, Ven…, esculpidos al detalle. Juntos, componen un retrato del renacimiento, que en España se llamó estilo plateresco, y aún cinco siglos después sigue envuelto en el misterio. A las once de la noche, en la oscuridad del patio de las Escuelas, un cañón de luz arranca de la piedra detalles que pasan inadvertidos. No importa cuántas personas se detengan ante ella para descifrar sus enigmas, la fachada aún oculta cosas. Esa es la alquimia del Festival Luz y Vanguardias: hace visible aquello que permanecía inadvertido. Emulsiona un nuevo significado en la piel de sus principales monumentos y edificios.
Se trata de un evento gratuito que pueden disfrutar salmantinos y visitantes hasta el domingo 18 de junio. Más de cuarenta obras utilizan como lienzo los edificios emblemáticos de la ciudad
En Salamanca se celebra en estos días la tercera edición de un evento que hasta el domingo 18 de junio inunda los espacios de la ciudad con casi 40 intervenciones de luz sobre los monumentos más importantes: la plaza Mayor, el palacio de Monterrey, el convento de San Esteban. A la ciudad luces no le faltan. En ella está emplazada la tercera universidad más antigua de Europa y en sus claustros se gestaron debates que en ultramar encontraron un nuevo continente. Es, pues, el lugar para alojar este acontecimiento impulsado y organizado por el Ayuntamiento de la ciudad, Iberdrola y Estudio de Comunicación y que reúne a artistas internacionales, estudiantes y habitantes en una experiencia que revitaliza y resignifica las calles de esta ciudad Patrimonio de la Humanidad.
El festival está dividido en cuatro capítulos: una sección de artistas internacionales en la que participan el escocés Charles Sandison, la hispano-mexicana Darya von Berner y los españoles Eugenio Ampudia y Juan López, invitados a participar en esta edición comisariada por Lorena Martínez de Corral. A ese se suma el apartado de las obras enviadas en convocatoria abierta a la que pueden acudir artistas independientes y empresas nacionales e internacionales dedicadas al ámbito de la producción y creación audiovisual que expone sus propuestas sobre la fachada del Ayuntamiento, en la Plaza Mayor. De forma paralela, se desarrolla la programación +Luz, que agrupa a las galerías y espacios artísticos de la ciudad, además de un premio especial del Ayuntamiento con motivo del 800 aniversario de la Universidad de Salamanca.
Quienes visiten la ciudad los días viernes y sábado podrán ver las proyecciones desde las 22:45h hasta las 02:00h, y el domingo, desde las 22:45 hasta la 1:00h. En sus dos primeras ediciones, en 2016 y 2017, miles de salmantinos y visitantes se acercaron a la ciudad atraídos por un espectáculo que tiene algo de excepcional y sobrecogedor, un episodio que convierte cada monumento en una experiencia al mismo tiempo introspectiva y ciudadana. Sorprenderse junto a otros. Una de las intervenciones más poderosas es la que realiza el escocés Charles Sandison en la Catedral. Se trata de Ouroboros, una obra que dura 72 horas. Sandinson, que está especializado en la programación, ha encontrado en la plaza Anaya y la catedral Nueva un espacio que supo utilizar. "Nunca había tenido una catedral", dijo. Y en efecto. Sobrepasó la superficie de la pantalla para inundar el espacio público con ouroboroses un símbolo de la antigüedad que representa una serpiente o dragón comiéndose su propia cola. Mediante el uso de luz, signos, símbolos y números crea una gnosis digital, proyecta imágenes sobre los murales de ese edificio construido entre los siglos XVI y XVIII .
En el ya mencionado pórtico de la Universidad, la artista Darya von Berner interviene la fachada histórica con una clara intención de “replantearnos todo de nuevo, para verlo de otra forma”. La artista exprime la condición de esas paredes sobre la que proyecta luces e imágenes, para proponer una lectura contemporánea. “Fue construida durante el renacimiento, una época de revoluciones. Representa la universidad como nuevo espacio para el hombre de la modernidad, el que escribirá El Quijote y pintará Las Meninas”, dice sobre Veravenus, una intervención que continúa su línea de trabajo en lugares emblemáticos de la modernidad, como Meister Klee! (Bauhaus, Dessau) o el Tschumipavilion en Groningen, Holanda, y que plantea la idea del observador que participa, que se retrata -la artista se hace selfies con los espectadores- para dejar constancia de su paso por ese lugar.
Lorena Martínez de Corral, responsable de la selección y coordinación de los artistas invitados, identifica un espíritu común en las piezas de los artistas que convocó: "Los trabajos no mantienen el principio de una obra cerrada, ya hecha, que se adapta al edificio. Cada una de estas piezas se ha creado y generado para estos espacios. Las cuatro obras nos obligan a cuestionarnos", asegura. Eso han procurado los artistas Eugenio Ampudia con La realidad no es prescindible en el convento de San Esteban y Juan López con VTR en el palacio de Monterrey. , Que el espectador se haga preguntas. Para conseguirlo, el primero apela a la imagen y a la experiencia de cataclismo que desata la fachada de San Esteban inundada de proyecciones. “Vi aquella fachada llena de clérigos, Santos, Dioses y de dudas… y sentí un huracán, el mismo que pretendo que arrastre al espectador como una forma de volver a pensar la realidad. Esta obra alude a situaciones contemporáneas: la postverdad y la incertidumbre”. Con un efecto algo menos potente, y en ocasiones previsible, la instalación de Juan López se recrea en la tipografía y los signos.
Para el director del Festival, Alberto Mariñas, una edición más de esta actividad resignifica y resitúa la ciudad. La arranca la mera experiencia turística para subrayar los capítulos más importantes de su historia y de las representaciones estéticas que cada uno de esos edificios conserva. Un evento que invita a la reunión y al que pueden asistir de forma gratuita todos los que deseen hacerlo.