Entre 1961 y 1965, cuatro niñas de entre 10 y 12 años afirmaron haber recibido mensajes de la Virgen María y del arcángel San Gabriel en San Sebastián de Garabandal, un pueblo del valle del Nansa, en Cantabria. Aquellas apariciones marianas sobre las que la Iglesia siempre ha mantenido una posición ambigua fueron entendidas por algunos como hechos inexplicables, mientras que otros expertos vieron en aquel misterio el resultado de casos de histeria, esquizofrenia y otras enfermedades mentales.
Años después de aquellas supuestas apariciones, Mari Cruz, una de las niñas que entraban en éxtasis y que caminaban de espaldas por caminos pedregosos, reconoció que no sabía si aquel milagro había sido fruto de su imaginación o si realmente lo habían visto. Las mismas dudas que presenta la novicia Narcisa, la protagonista de la nueva película de Paco Plaza, Hermana muerte, que se estrena en Netflix este viernes después de su puesta de largo en la pasada edición del Festival de Sitges.
En vísperas de la festividad de Todos Los Santos y de la celebración de la noche más terrorífica del año, Halloween, llega a la plataforma esta película, que se presenta como la precuela de la cinta de Paco Plaza Verónica (2017), una historia de terror inspirada en hechos reales en la que aparecía un personaje inquietante: una monja sin ojos en cuyos orígenes indaga ahora el director valenciano con una propuesta de corte clásico.
'Hermana muerte' arranca en 1939 con unas imágenes en blanco y negro ficticias ambientadas en la época sobre unas apariciones marianas y una niña a quienes todos siguen en algún lugar remoto de la geografía española
Hermana muerte arranca en 1939 con unas imágenes en blanco y negro ficticias ambientadas en la época sobre unas apariciones marianas y una niña a quienes todos siguen en algún lugar remoto de la geografía española. "La niña santa de Peroblico", como se la llamó en la prensa, es diez años después una novicia, a la que da vida la actriz Aria Bedmar, que ingresa en un convento con tantas ganas como dudas sobre lo que ocurrió y sobre su propia fe. "¿Y si solo vi lo que quería ver?", se pregunta.
En este lugar, que antes de la Guerra Civil fue un convento de clausura y en cuyas paredes blancas de cal aún están dibujados los disparos de quienes lo atacaron durante la contienda, se dispone a casarse con Dios, pero los misterios que ocultan sus paredes detienen el día a día de este lugar, en el que suceden hechos sobrenaturales.
Hermana muerte, precuela de Verónica
Sillas que se caen solas, chillidos, voces que lloran, grifos que se abren y sangre son algunos de los ingredientes de esta película, con la que Paco Plaza se resarce al expandir el universo de Verónica, tras la gran repercusión que tuvo aquella película, según él mismo señaló durante la rueda de prensa que ofreció en Sitges.
En este convento, que toma como escenario el Real Monasterio de San Jerónimo de Cotalba, en la localidad valenciana de Alfanir, la percepción extrasensorial de esta novicia y las apariciones en el colegio para niñas en el que se ha convertido, Plaza logra su cometido y para ello recurre al cine clásico de terror, con ejemplos como El exorcista o La profecía, especialmente en su primera hora, mientras que en el resto del metraje recurre a la locura. Asimismo, él define su nueva película como un diálogo entre Ordet, de Carl Theodor Dreyer, y Sympathy for Lady Vengeance, de Park Chan-wook.
En referencia a la experiencia aislada que supuso el thriller de acción Quien a hierro mata, Paco Plaza ya aseguró a Vozpópuli con motivo del estreno de su anterior película, La abuela, que el género fantástico le permite moverse con naturalidad en la ficción y conseguir al mismo tiempo profundidad sin tener que "pagar el peaje de ser realista". "Me considero un director de cine de terror y me gustaría serlo toda mi vida", dijo entonces el también director de la trilogía REC.
