Ira Sachs es uno de los grandes retratistas contemporáneos de las relaciones sentimentales, el deseo y las emociones y esta semana regresa a los cines con Passages, una historia en torno a un triángulo amoroso con la que explora los sentimientos más viscerales y el narcisismo, que presentó en las pasadas ediciones de los festivales de Berlín y de Sundance, así como el Atlàntida Film Fest, donde consiguió el premio del público.
Adèle Exarchopoulos, Franz Rogowski y Ben Whishaw son los flamantes protagonistas de la cinta que llega este viernes a las salas españolas. En ella, Tomas, un cineasta afincado en Berlín, se acuesta una noche con Agathe, a quien conoce una noche en una discoteca. Tras contárselo a su marido, Martin, se desencadenan situaciones de celos, egoísmo y mucha pasión. Ira Sachs ha hablado con Vozpópuli sobre los impulsos de sus personajes, su mirada artística y la importancia de rodar la intimidad.
Pregunta: Esta historia surgió durante el confinamiento. ¿Qué le llevó a pensar en la manera en la que los seres humanos se aman y se desean?
Respuesta: Tenía un hombre a mi alrededor y, de pronto, me obsesioné con lo que no tenía, con lo que me faltaba, y eso me pareció interesante, porque mi vida privilegiada no significaba que se hubiera ido el deseo. En cierto modo, esta película destruye la posición de un hombre en el poder.
P: Passages también aborda las relaciones líquidas, o la manera en la que gente ve las relaciones hoy.
R: Me di cuenta cuando la película estaba acabada. Escribí una película en la que la identidad de los personajes era significativa para mí e hice una película en la que realmente ya no lo era, las etiquetas ya no funcionaban, y eso es porque habla de una generación más joven que yo, para la que las cosas han cambiado. Si fuera una película de tres cincuentones sería muy diferente, porque el cambio de identidad, de etiquetas, sería mucho más significativo. Los personajes existirían en un mundo en el que su sexualidad les definiría, mientras que en este caso no es así, la sexualidad no define a los personajes.
P: Se habla mucho hoy en día de las relaciones tóxicas, pero esta parece más una historia de un narcisista.
R: Creo que si no hay conflicto no hay drama en una historia. Me interesan las relaciones que tienen contradicciones. El personaje principal cree que las normas de la sociedad no son para él y conozco a gente así, me he cruzado con gente así en mi vida. Pero también es un personaje de cine, un antihéroe, no está muy alejado de los personajes que interpretaba James Cagney o Travis Pickle. Los actores son tan atractivos y carismáticos que te llevan hacia ellos.
P: En esas diferencias generacionales, y en relación con el narcisismo, da la impresión de que en el presente gusta más ser mirado y no tanto mirar.
R: Tomas es alguien que está muy conectado con la gente que desea, les mira como una cámara, y creo que eso es lo que le hace atractivo, que te engancha, porque si solo fuera alguien que necesita atracción sería repelente. Trump es repelente, Thomas es atractivo. El narcisismo es una pulsión de intereses. Hay actores tan narcisistas que no puedo ni siquiera mirarles, y no son ninguno de ellos.
"Me interesa entender qué hacen los hombres blancos con el poder, y también entender cómo para la mayoría de nosotros nuestra forma de actuar puede ser diferente de lo que creemos"Ira Sachs, director
P: Ha dicho que conoce a gente así, para quienes las normas del mundo no sirven. ¿Hasta qué punto hay aspectos autobiográficos?
R: Diría, como le dije a mi madre, que no es una película autobiográfica pero sí personal. Me interesa entender qué hacen los hombres blancos con el poder, y también entender cómo para la mayoría de nosotros nuestra forma de actuar puede ser diferente a lo que creemos. Ocurre en toda la literatura mundial. Nadie se deja llevar por su moral sino por su necesidad.
Ira Sachs: de Nueva York a París
P: ¿Por qué cambia Nueva York, que tanto ha aparecido en sus películas, por París?
R: París es una ciudad que conozco bien. He tenido relaciones amorosas allí, he roto, he hecho el amor y he llorado. Es parte de mi vida, así que no fue difícil para mí trasladarme a París. Y me gustó mucho la historia del cine francés, y me gustó que fuera parte de esta película. Me arrogué una licencia para hacer referencias y jugar con las películas que me encantan al hacer esta, como por ejemplo con el cine de Maurice Piolat o François Trufaut.
P: ¿Cuáles son los riesgos de rodar una película que entra tanto en la intimidad de los personajes, de forma física y psicológica?
R: Mi deseo es hacer una película de cercanía. Es trágico que no haya más películas así, porque lo que he querido del cine es sentirme íntimo con las imágenes en la pantalla. Esa carencia de especificidad en el cine americano hoy en día me parece una gran pérdida.
"Un director al que admiro mucho me dijo hace poco me dijo que para él una película se define por los detalles y no tanto por la historia"Ira Sachs, director
P: Pedro Almodóvar dijo que rechazó dirigir Broke Back Mountain porque no iba a poder hacer la película que él quería.
R: Vi películas en los 70 y 80 para acordarme, como Chantal Akkerman con Je, tu, il, elle (1974) o la alemana Taxi zum Klo (1981), de Frank Ripploh, o Passolini. Estas películas me recuerdan que podemos rodar cosas íntimas, y que el cuerpo no está fuera de los límites, no está prohibido. Pero no somos más grandes que la cultura en la que vivimos.
P: ¿De qué manera cree que se puede ser innovador en el cine al abordar temas clásicos?
R: Si fuera psicoanalista, cualquiera que pasara tras mi puerta sería nuevo. Se trata de que el artista lo intente y está atendo al detalle. Un director al que admiro mucho me dijo hace poco me dijo que para él una película se define por los detalles y no tanto por la historia, y también por el amor. Amé profundamente a los actores con los que trabajé, dirigí desde un lugar de amor y deseo y esto es el corazón de la película.
Manchego no nacionalista.
Señor Sachs hay que matizar eso de que "nadie se deja llevar por su moral sino por su necesidad," la mayoría de las veces de las grandes cagadas que realizan tipos como Sánchez, Rubiales, Vilda o De la Fuente, entre otros, no son por "necesidad" sino por "ambición", que es muy distinto
LeonAntonio
"Sachs es judío y abiertamente gay" (de Wikipedia).