Cultura

Los 150 años de los leones del Congreso: "fundidos con cañones de la Guerra de África"

Los felinos que presiden la Cámara Baja tienen el mismo origen mitológico que los leones de Cibeles

  • Uno de los leones del Congreso de los Diputados. -

Llevan siglo y medio presidiendo la sede de la soberanía nacional española y nunca se han mirado a la cara fruto de un maleficio. Han vivido repúblicas, monarquías, períodos democráticos y dictaduras. Los leones del Congreso, que acaban de cumplir 150 años, fueron la tercera pareja de felinos que lucía la recién estrenada escalinata de las Cortes y tienen el mismo origen mitológico que los de la fuente de Cibeles.

El propio Congreso seguía siendo un edificio nuevo cuando los leones fueron instalados. La mayoría de edad de la reina Isabel II, el 10 de octubre de 1843, se aprovechó para la colocación de la primera piedra del edificio en el solar que ocupaba la antigua Iglesia del Espíritu Santo, declarada en ruinas dos años antes.

El 31 de octubre de 1850 el edificio fue inaugurado por Isabel II, y la fachada principal ya tenía el actual aspecto neoclásico con la escalinata y las seis columnas corintias al frente, proyectado por el arquitecto Narciso Pascual Colomer, uno de los favoritos de la reina.

Grabado de marzo de 1873 en el que se ven los actuales leones.

Tres parejas de leones

Los actuales leones del Congreso elaborados en bronce fueron la tercera pareja de felinos que escoltó la escalinata de las Cortes. El encargo de los leones recayó en el escultor Ponciano Ponzano que elaboró las estatuas en yeso, con una representación similar a la actual con los leones posando una de sus garras sobre el orbe. Pero el yeso de este modelo pronto comenzó a deteriorarse y la Comisión de Gobierno Interior encargó otros dos leones al escultor, José Bellver.

La piedra empleada para su construcción acababa con la fragilidad del yeso de la pareja anterior, sin embargo, el problema vino con el tamaño de los felinos que no llegaban al metro de alto y las críticas corrieron comparando estas dos estatuas con pequeños perros.

La obra de Bellver acabaría en la entrada del Jardín de Monforte de Valencia, y la Comisión encargó de nuevo a Ponzano esta obra que parecía maldita. Los modelos definitivos se elaboraron con el bronce de los cañones marroquíes incautados tras la batalla de Wad-Ras (23 de octubre de 1960), una importante victoria española en la primera de las guerras Hispano-Marroquíes. Este origen también levantó alguna protesta de grupos antibelicistas por el origen del metal, pero los leones fueron fundidos en Sevilla y, el 20 de abril de 1872, la actual pareja se asentó frente al pórtico, en el mismo emplazamiento en el que siguen residiendo. En la base rectangular que aguanta la pieza se puede leer el mensaje: "Fundido con cañones tomados al enemigo en la Guerra de África en 1860".

Segunda pareja de leones en su actual emplazamiento en el Jardín de Monforte de Valencia.

Hipómenes y Atalanta o Daoiz y Velarde

El espíritu neoclásico con el que fue concebido el edificio explica la presencia de las esculturas de los felinos, tradicionales en el mundo antiguo. En concreto, los leones representan al mito de Hipómenes y Atalanta, una pareja que fueron convertidos en leones por la diosa Cibeles, después de que estos yacieran en uno de los templos consagrados a esta divinidad.

El león de la izquierda fue esculpido con la cola levantada dejando visibles los testículos, representado a Hipómenes, mientras que el de la derecha, sin las gónadas masculinas, representa a su amada Atalanta. Además de la transformación en animal, la pareja fue condenada a arrastrar eternamente el carro de la diosa sin poder mirarse. Este es el motivo por el que cada uno de los leones del Congreso mira a uno de los extremos de la carrera de San Jerónimo, igual que sucede con los de la fuente preferida por los aficionados del Real Madrid. 

Posteriormente, los madrileños renombraron a esta pareja con el apellido de dos militares, Luis Daoiz y Pedro Velarde, los capitanes de Artillería del cuartel de Monteleón que se unieron al levantamiento del 2 de mayo de 1808 contra las tropas napoleónicas. Así, un de los mitos nacionales del siglo XIX, sustituyó al mito griego inicial.

Detalle de la fuente de Cibeles de Madrid con los leones Hipómenes y Atalanta, en primer plano.

Foco de protestas

Su simbología como guardianes de la soberanía nacional y su accesibilidad los han convertido en un elemento utilizado en múltiples protestas y performances reivindicativas. Hace unas semanas varias decenas de activistas climáticos de ‘Rebelión Científica’ arrojaron pintura roja sobre ellos y sobre la fachada del edificio para protestas contra “la pasividad” del Gobierno ante la crisis climática. 

Entre otras protestas, en 2014, la organización ecologista Greenpeace ató una cinta amarilla en el hocico de uno de los leones como protesta contra del anteproyecto de ley de Protección de Seguridad Ciudadana, conocida como Ley Mordaza. Y hace tres años, con motivo de la celebración del Día Internacional de la Niña, llevaron a la Cámara Baja una leona azul para pedir más oportunidades para las mujeres.

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