El pasado miércoles, 16 de octubre, fallecía “Liam Payne, exmiembro de One Direction”. Pero no era la única persona que decía adiós tras precipitarse desde un tercer piso en un hotel de Buenos Aires. También decía adiós un hijo, un hermano, un novio, un amigo, y un padre. Miles de personas lloran la pérdida de un niño que amaba el deporte y el baile. Que con tan solo 12 años comenzaba a trabajar en su voz y a formarse en canto, y que ni en sus mejores sueños ni peores pesadillas podría haber imaginado lo que estaba por venir.
La historia de Liam Payne podría ser la de un joven cualquiera. Enfermo desde que nació por problemas en un riñón, el inglés pasó sus primeros años de vida en un hospital. De familia humilde, madre enfermera y padre mecánico, Payne decidía probar suerte en el programa Factor X a los 14 años, sin demasiada fortuna. No sería hasta cumplir los 16 cuando volvería y conocería a cuatro chicos junto a los que pasaría los próximos 5 años, y a los que vería más que a su propia familia.
El inicio de una nueva era
Todo el mundo tiene un grupo de música predilecto, aquel capaz de transportar a la niñez y adolescencia. Su música se convierte en un lugar seguro, en un rincón confortable que huele a café casero, a tierra mojada y a risas con amigos en la terraza de un bar. En mi caso, ese grupo es One Direction. Nacía en 2010. Cinco jóvenes de entre 16 y 18 años probaban suerte en el popular reality show, y sin saberlo marcaban el inicio de una era para toda una generación.
Louis Tomlinson, Niall Horan, Harry Styles, Zayn Malik y Liam Payne pasaron de ser tan solo unos adolescentes a ser reconocidos en las calles de muchos países del mundo. El lanzamiento al estrellato se produjo en cuestión de semanas, y aunque finalmente quedaron en tercer puesto en el programa televisivo, ganaron mucho más: seguidores en todas las partes del globo dispuestos a comprar cada uno de sus discos, seguir todos sus pasos y asistir a sus conciertos y giras mundiales. Pero la fama y el éxito no los trató a todos por igual. Unos supieron lidiar con ella y sacarle el máximo partido, otros decidieron alejarse, y otros no la pudieron soportar.
Liam Payne fue el tercero de estos casos. Entre 2010 y 2015 One Direction se situaba como la ‘boyband’ más popular del planeta. El ritmo era frenético: los adolescentes ofrecían giras mundiales de más de 100 conciertos. A la vez, grababan su próximo disco y realizaban las promociones necesarias marcadas por su contrato discográfico. El mundo entero aplaudía y rugía a estos cinco niños que apenas pasaban por casa para ver a sus familias. La cantidad de premios no para de aumentar: Brits, MTV Awards, Teen Choice o American Music Awards, nada se los resistía. Pero esa solo era la parte pública.
De llenar estadios a la soledad más absoluta
Al terminar los conciertos y volver al hotel, el silencio era ensordecedor, más incluso que los gritos de sus millones de fans. Tal y como confirmaba Payne en una entrevista, tras el show ‘los chicos’ -así los han llamado siempre sus fans- debían ir directamente a sus habitaciones. Intentar lidiar con esa rutina y soledad fue una de las perdiciones del artista, que comenzaba a beber a diario solo, en su cuarto. Durante años Liam Payne trató de abandonar esta dinámica, dejar el alcohol y retomar hábitos más saludables. Quizá es por eso por lo que duele aún más su muerte. Payne ha fallecido solo, lejos de sus amigos y familia, en una habitación de hotel rodeado de alcohol y drogas, justo la pesadilla contra la que luchaba desde hacía cerca de 10 años.
Tras la ruptura del grupo en 2015, el avance de la trayectoria musical de cada uno de los integrantes de la banda británica fue muy distinto. Mientras que Harry Styles saltaba al estrellato y se convertía en uno de los cantantes más escuchados del planeta, otros como Louis Tomlinson retrasaba su debut en solitario a la espera de la vuelta de One Direction. Por su parte, Zayn Malik se mantenía en la sombra, huía de la fama y lanzaba algunos temas sin realizar ningún tipo de gira ni campaña publicitaria, y Niall Horan crecía hasta llenar estadios. Pero esta no era la suerte de Payne, que desde la barrera, observaba cómo sus excompañeros crecían, mientras que sus lanzamientos no obtenían en absoluto una repercusión parecida.
El despido del sello discográfico del cantante, sumado al alcoholismo y creciente adicción a las drogas sumió al británico en un círculo del que no supo salir. Pero estos no fueron los únicos problemas a los que Liam Payne se enfrentó durante sus últimos años de vida. El odio en redes creció hasta llegar a niveles insostenibles, algo que aumentó después de que una de sus exparejas denunciara algunos de sus comportamientos pasados. La sensación no era nueva, pues ya sufrió bullying y acoso escolar durante su adolescencia, pero la magnitud fue mucho mayor. Su aspecto físico, incluso su forma de bailar eran objeto de burla.
‘Sólo un niño’
“Necesitamos que nos envíen a alguien urgente, porque bueno, no sé si corre riesgo la vida del huésped”. Las palabras del encargado de la recepción del hotel alertaban a las autoridades, que no conseguían llegar a tiempo. Un fuerte estruendo anunciaba el peor de los desenlaces para Liam Payne. Los fans echaban la vista atrás a la vez que improvisaban un homenaje triste y solitario. Mientras las sirenas sonaban, sus seguidores acudían con miedo y tristeza al hotel Casa Sur Palermo. Las velas se encienden a la vez que las mismas redes que hace unos días hablaban e insultaban al cantante, ahora lloran su muerte.
Las reacciones de sus seres queridos no tardaron en llegar, aunque sí las de los más allegados. Sus excompañeros de One Direction tardaban alrededor de 24 horas en pronunciarse. El primero en hacerlo ha sido Louis Tomlinson, prometiendo cuidar de su hijo Bear, y “contarle historias sobre lo increíble que era su padre”. Poco después hablaba Zayn Malik, que decía “haber perdido a un hermano”. Harry Styles era el siguiente en dar sus condolencias a sus padres y hermanas, además de a su hijo de tan solo seis años y todos sus allegados. Finalmente, Niall Horan era el último en pronunciarse y lamentaba no haber sabido despedirse hacía tan solo unos días, cuando Payne le visitaba en su concierto.
Los padres del joven abandonaban su domicilio tras conocer la noticia. Estrellas del panorama internacional se pronuncian, publican fotografías y dedican palabras de cariño y admiración. El calor desprendido por admiradores y allegados alrededor del mundo es tan grande que arde. “Solo un niño” eran las palabras de Anne Styles, madre de Harry Styles. Es el momento de atesorar recuerdos y de pensar que, Payne ha conseguido el descanso que no alcanzó de otra manera.
Solo queda despedirse. Nueve años han pasado desde que los nombres de Harry, Louis, Niall, Zayn y Liam no firmaban juntos una publicación. Aunque este último ya nunca lo hará, el fallecimiento de Payne ha logrado unir a todos los demás. La incansable espera del reencuentro prometido nunca terminó para los seguidores de la banda -entre los que me incluyo- como tampoco lo hizo para el cantante. Finalmente, su objetivo se ha cumplido, aunque de la forma más dolorosa y menos esperada. '“We love you Liam”, firmado: Louis, Zayn, Niall y Harry'. Al comunicado se suman tus millones de seguidores, siempre fuiste más que suficiente.