Se supone que la crisis debía dar un empujón a las ventas de los libros de bolsillo. La verdad es que éste atraviesa su peor momento en años. Lo editores reconocen que la caída del sector ronda en lo que va de 2012 el 10%, pero el descenso de ventas del bolsillo aún es mayor: de un 12%. El asunto se agrava al completar la foto con un dato adicional; el derrumbe ha sido progresivo e ininterrumpido desde 2008.
Según datos de Nielsen, este es el cuarto año de caída sobre caída. El formato de bolsillo ha decrecido un 22% entre 2008 y 2011; y este año está siendo peor, porque ese 12% es sobre el descenso ya acumulado. Los editores lo llevan claro: el libro de bolsillo no crecerá más en España. Hasta ahora solía ser pasto de compradores en gasolineras, aeropuertos, estaciones de tren, hipermercados, un mercado ya demasiado cubierto y en el que solía cubrirse un 21% de su facturación frente al 15% de los ejemplares tapa dura. Sin embargo, la caída del consumo es ahora general. De acuerdo con los editores, la reducción de ventas más importante se han dado en las tiendas generalistas, donde el componente de ventas por impulso es mayor.
A ello se suma un cambio en los hábitos de lectura, que acumulan en estos años algunos patrones que inciden directamente en la disminución del formato de bolsillo como opción de los lectores. Desde el agravamiento de la crisis, ha aumentado el uso de las bibliotecas, en el caso de un libro en concreto, los lectores comienzan a preferir, en lugar de la compra del libro, su préstamo. A ello le sigue la reposición, cada vez con más frecuencia, de novedades y best-sellers. Esto relegado a los libros de fondo a un segundo plano cada vez más remoto. Abundan los María Dueñas y los Stieg Larsson, lo que hace que la demanda se concentre en pocos libros. “No es cierto que bajemos el fondo; las buenas librerías se defienden por tener un buen fondo, no las novedades que tiene todo el mundo”, puntualiza Fernando Valverde, presidente de CEGAL, quien piensa , en realidad, que “el libro de bolsillo nunca ha tenido predicamento en España”.
Algunos editores atribuyen también parcialmente la caída del bolsillo a los índices de lectura, cuestionando incluso los datos del Barómetro de hábitos de lectura y compra de libros de 2011, donde se afirma que el 61,4% de los españoles se declara lector de libros. Valverde cree que sí se lee pero que en la última década “el incremento de la lectura viene determinado por algunos best-sellers: los Larsson, Zafón, Dueñas… Todos leen el mismo libro”.
También se está dando, según los expertos, un cambio de hábitos de lectura que afectan directamente al bolsillo. “EE UU es un laboratorio magnífico y lo que pasa allí ocurre más pronto o más tarde aquí”, avanza Luis González, director general adjunto de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, para comentar que el bolsillo en EE UU “ya ha perdido la batalla frente al libro digital.
El número de lectores de ebooks alcanzó en 2011 el 6,8% de los españoles mayores de 14 años pero ya el 8% de los menores de 10 a 13 años. Hasta el momento, el crecimiento ha sido sostenido pero no abrumador, o al menos su proporción no guarda la tendencia de la caída del formato de bolsillo, que continúa observando la pérdida continua de su terreno entre los lectores y las estanterías.