Cultura

La censura que no cesa: 10.000 libros prohibidos en Estados Unidos en el último año

23 libros de Stephen King, obras de García Márquez, Lorca o Margaret Atwood engrosan la lista de libros prohibidos

  • Fotograma de 'Fahrenheit 451'. -

Languidece una de las oleadas censoras de las últimas décadas mientras se vigoriza la siguiente. Mueren o retroceden las censuras woke que llegaron a exigir a artistas blancos que dejaran de ponerse rastas o  cantar determinados estilos africanos porque era una gravísima ofensa a esas culturas, un delito de apropiación cultural. Se silencian aquellas alharacas que pedían descolgar cuadros de la mitología griega en las que se representaba una violación o las que desprogramaban canciones de reguetón en fiestas de pueblos por el contenido explícito de sus letras. Pero los censores nunca descansan, alejados en sus trincheras se dan la mano y se refuerzan mutuamente para limitar la libertad de expresión. Desde hace años una gran ola reaccionaria ha tomado la alternativa prohibiendo libros en los espacios públicos, especialmente aquellos textos que incluyan historias con personajes LGTBI o racializados. En el último curso, más de 10.000 libros fueron prohibidos de las escuelas estadounidenses en un nuevo récord.

Como colonia cultural del imperio yanqui, todas estas iniciativas nos terminarán llegando de una u otra forma, de hecho si afinamos el oído se perciben algunos ecos. Si los despropósitos woke despegaban desde campus universitarios muy politizados, ahora son grupos ultraconservadores  y asociaciones de padres de alumnos los que lanzan sus redes a obras que osen incluir un personaje gay o lesbiana, escenas de sexo o clásicos de la literatura americana cuyo personaje sea negro. Todo sería en vano si no contaran con el apoyo institucional de gobernadores de estados como el Florida, Ron de Santis, baluarte de la censura cultural.  La polémica ley HB 1069, firmada en 2023 por el gobernador estatal, el republicano, entre otras cosas permite a los padres de familia impugnar de las bibliotecas públicas escolares libros que consideren sean de índole pornográfico, sexual o tengan relación con la identidad de género.

Según señaló un reportaje del Washington Post: “Una de las formas para que los libros sean eliminados de los estantes escolares bajo la ley de Florida: los padres y residentes locales pueden leer en voz alta pasajes de los libros que buscan desafiar en las reuniones de la junta escolar, y si la junta detiene la lectura debido a contenido explícito, la escuela debe “descontinuar el uso del material”.

La ley en cuestión concede cinco días para la retirada de los libros impugnados, que serán revisados por los distritos escolares y, si éste considera que no contiene material que es objeto de la norma, puede ordenar que sea restaurado en la biblioteca.

Durante el año escolar 2023-2024, PEN America registró 10.046 casos de prohibiciones de libros. PEN America es una organización sin ánimo de lucro que defiende la libertad de expresión y los derechos humanos. Sus actividades giran en torno a la censura educativa, la libertad de prensa y artística y la seguridad de los escritores. 

Según dicha asociación el año escolar 2023 2024 registró la mayor cantidad de casos de prohibiciones de libros y el mayor número de títulos únicos prohibidos: se eliminaron más de 4000 títulos únicos en más de 10.000 casos de prohibiciones de libros. Florida e Iowa registraron el mayor número de prohibiciones de libros durante el año escolar 2023-2024 con más de 4.500 prohibiciones de libros en Florida y más de 3.600 en Iowa.

“Siguiendo las tendencias de años anteriores, las prohibiciones de este último año incluyen de forma abrumadora historias con personas o personajes de color y personas LGBTQ+. También observamos cómo los casos de prohibición de libros se dirigen cada vez más a historias sobre mujeres y niñas que incluyen representaciones de violaciones o abusos sexuales”, recoge el informe de PEN America.

“Las campañas coordinadas de una minoría de grupos y actores individuales ejercen una presión indebida sobre los consejos escolares y los distritos, lo que se traduce en la toma de decisiones excesivamente cautelosas con respecto a la accesibilidad de los libros en las bibliotecas de las escuelas públicas. Los ataques a la literatura en las escuelas persisten a pesar de la impopularidad de estos grupos que defienden los derechos de los padres y de las encuestas que muestran una amplia oposición a la prohibición de libros”, señala su informe.

Algunas de las obras que han sufrido la censura han sido las adaptaciones en novela gráfica del diario de Ana Frank y 1984 de George Orwell, 23 obras del escritor de terror Stephen King solo en el estado de Florida, Anna Karenina de Lev Tolstoi, La Naranja Mecánica de Anthony Burgess, Matadero Cinco de Kurt Vonnegut, o El cuento de la criada de Margaret Atwood. Muerte en el Nilo, de Agatha Christie; Sueñan los androides con ovejas eléctricas, de Philip K. Dick; El amor en los tiempos del cólera y Cien años de Soledad de Gabriel García Márquez; La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca, La casa de los espíritus y Más allá del invierno de Isabel Allende están vetados en varios condados de Florida.

En octubre de 2021, la asociación Abogados Cristianos solicitó la retirada de 32 libros de temática LGTBI, distribuidos por doce institutos de Castellón, entre los que se encontraban títulos de autoras como Elizabeth Duval o Gata Cattana. Una jueza ordenó la retirada, que posteriormente la justicia anuló. Tras las elecciones municipales del pasado año, concejalías del partido ultraderechista también trataron de vetar algunas representaciones teatrales ya contratadas y eliminar libros cuyos  protagonistas no eran heterosexuales de bibliotecas públicas. 

El peligro de dejar la educación exclusivamente en manos de los padres

Las juntas de padres se pueden convertir en verdaderos aquelarres en los que si a uno de los progenitores le parece mal algún encuentro entre  Anna Karenina y el conde Vronsky será suficiente para privar a los jóvenes de leer el clásico de Tolstoi.

En estos sectores está muy extendida la idea de que los padres deben educar a sus hijos, pero por encima de esa premisa, esos niños deben tener el derecho de recibir una educación pública de calidad. Un niño debe aprender que la tierra es una esfera que gira alrededor del sol, que 2+2 son 4, que Colón llegó a América en 1492, que las vacunas curan vidas o que existen diferentes orientaciones sexuales. Ese niño debe tener el derecho de aprender todo esto por mucho que sus padres sean terraplanistas, antivacunas o consideren que la homosexualidad se puede curar en el psiquiatra. ¿Un padre homófobo tiene más derecho de intoxicar la mente de su hijo que un terraplanista?

Estos grupos conservadores están obsesionados en que la educación pública es un santuario de adoctrinamiento ideológico por el que el estado trata de ‘volver’ homosexuales o transexuales a sus hijos. La realidad es que la inmensa mayoría de charlas sobre sexualidad se limitan a exliplar aspectos báscicos sobre salud sexual, exponen y normalizan la diversidad, al tiempo que aclaran algunas de las preguntas más básicas a personas que mantienen o están a punto de mantener relaciones sexuales. La edad media en España del primer encuentro sexual ronda los 15 años. 

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