Un martes cualquiera en Madrid, una sala del centro para cientocincuenta personas. A las diez de la noche, el ambiente bulle con alegría macarra para un público entre los veintimuchos y los treinta y pocos. Hemos venido a la presentación "para los colegas” del primer álbum de Midas Alonso, uno de los raperos más afilados del hip-hop español. Se titula Mastercaster: un tour de force con 18 canciones crudas, callejeras y cuidadas. "Esto es muy lumpen", dice alguien a mi lado, yo le respondo que no exagere, pero al final tiene razón, basta darse una vuelta por el baño y escuchar las conversaciones sobre Kanye West y ketamina. Lo más llamativo es que apenas hay chicas, aunque la media docena que pasean por la sala parecen bastante capaces de sobrevivir entre tanta testosterona. También hay una barra de mojitos de Jagermëister. Mientas hacemos cola, alguien del entorno de Midas nos cuenta que -según las estadísticas de Youtube- al rapero le escuchan un 98% de hombres y solo un 2% de mujeres. ¿Por qué ese desequilibrio?
No se trata de un misterio difícil de resolver. Las rimas que maneja hablan sobre todo de bajones vitales, en un tono sombrío que no es el preferido de las señoras. Sus rimas más emblemáticas son sobre fútbol: el himno "Brixton" le volvió viral gracias a la frase "¿Dónde está Sturridge?", una broma sobre la caída en desgracia del jugador que brilló con el Liverpool. En su disco se multiplican las referencias futboleras y brilla con la canción monotemática "Fifa street", inspirada en el mítico juego de EA Sports. Tiene rimas como estas: "Munich tiembla con la estrategia de Pellegrini/ cabezazo de Fellaini, fuera de juego de Walter Pandiani/ Del Depor al Newcastle, como Coloccini/ fichajes, flejes, tejemanejes/ de los lereles a lo Berlusconi/ Le quitaron in extremis a Lucio/ aún tengo guardados los seis cromos ‘repes’ de Aitor Ocio/ ociosas bicicletas de Neymar, caños de Vini”, engarza. Épica Fifa, a ritmo de ‘fafa’ (cocaína), solo apta para los fanáticos del fútbol.
El personaje de autoficción que ha creado tiene ya tanto carisma como Tony Soprano, el mito a quien rinde tributo en la portada
Midas es un rapero de Champions. Los personajes de sus canciones exponen sus conflictos como si estuvieram al borde del precipicio por deudas, drogas o demasiadas apuestas falladas en Codere. También son recurrentes las menciones a fiestas de electrónica: salas como Mondo, Tresor, las sesiones techno Code de Fabrik y DJs legendarios como Carl Cox, Richie Hawtin, Paula Temple, I Hate Models y Martínez Brothers. Un cóctel explosivo para chavales con tendencias autodestructivas. “Aceite de colza/ échalo a la sartén/ que me lo calzo”, rima en el primer corte del disco. “Siempre he estado un poco loco/ de pequeño quería que viniera a por mí el hombre del saco/ saco pecho, pero solo un poco/ convierto en oro todo lo que toco/ desde los trece, como Coto,/ poniéndome como el Kiko”, resume en la pletórica “Llantos y ortigas”. Otra frase clave: “Somos esos chavales del parque/ a la la par que deciaís que si no teníamos padres/ que si estábamos estancados en el fondo del estanque”, recuerda en "Amapolas".
El lado salvaje de la sierra
A pesar de todo, sus salmodias no suenan intimidantes, se nota que detrás hay una persona vulnerable, de buen corazón. En una entrevista reciente con el diario Sport le preguntaron por su intención de donar parte de las ganancias del disco a la lucha contra el suicidio. “Al principio no sabía muy bien por dónde tirar, pero ya lo tengo algo más claro. El 40% que he facturado en el último trimestre irá a donaciones. Solo me falta determinar cómo lo hago, porque me gustaría hacerlo con mis manos y no a través de terceros. También me gustaría ayudar a la gente de mi barrio”, comparte. Midas rima sobre drogas, pero no cuenta solo la parte bonita, también la problemática. “Lo que ganas te lo hueles/ ¿hasta cuando seremos jóvenes?”, se pregunta en “Mufasa”. “La esperanza es lo último que se pierde/ pues yo ya la he perdido, antes de perderte/ Perdí el bus, perdí el tren/ perdí hasta la droga que me quedaba para escaparme/ La verdad es que la tiré, pero al día siguiente/ llamé otra vez y vuelta al bucle”, lamenta en “Cóndor”.
De momento, Midas ya puede presumir de haber hecho un disco sólido, adictivo, a ratos brillante. El personaje de autoficción que ha creado tiene ya tanto carisma como Tony Soprano, el mito a quien rinde tributo en la portada de Mastercaster. Midas empezó queriendo ser actor, pero terminó traduciendo sus vivencias y fantasías a barras bravas de hip-hop. Cualquier día se hace famoso. Una posibilidad latente: el 12 de enero de 2023, el famoso streamer Ibai puso un tuit que decía "Midas Alonso debe grabar con Bizarrap, se lo diré a Biza esta misma tarde". De momento, no se ha materializado esa alianza, pero es la prueba de que el rapero depresivo y futbolero de la sierra de Madrid puede dar el salto en cualquier momento. Midas es buena opción para las apuestas.