La 94º edición de los premios Oscar no será olvidada fácilmente. A priori, esta iba a ser una gala con unos ganadores previsibles, con algunos cambios en el guion para conseguir agilizar tiempos y poco más. Es decir, lo de siempre, aunque con algo de expectación después de dos años sin una celebración normal a causa de la covid y con cierto nerviosismo desde España, que partía con cuatro nominaciones. Sin embargo, cuando parecía que nada iba a levantar la emoción llegó el momento más bochornoso de la historia de los premios: el bofetón que Will Smith propinó al actor Chris Rock durante el monólogo en tono de humor que protagonizó durante la velada.
Es difícil empezar la crónica sin mencionar esta salida de tono y, para entender la gala, es justo arrancar en el momento en el que todo se desmorona. Ni siquiera los galardones que se entregaron a continuación, los más importantes, tuvieron el brillo que se merecen porque nadie daba crédito a lo que había ocurrido y que se desveló más tarde, cuando el propio Will Smith recogió el premio al mejor actor, pidió disculpas a la Academia y justificó lo sucedido por el amor a su familia. Minutos antes, e incomodado por las bromas ácidas de Rock sobre su mujer, el intérprete se había levantado para abofetear en el escenario al humorista.
La gala continuó y, mientras todos -invitados, prensa y espectadores- se preguntaban si lo que acababan de ver sus ojos era real, los premios se sucedían. El propio Will Smith ganó la estatuilla a mejor interpretación masculina, Jessica Chastain recogió el galardón a mejor actriz -que ya le entregó el Festival de San Sebastián por el mismo papel por la película 'Los ojos de Tammy Faye'-. Además, Jane Campion se convirtió en la tercera mujer en conseguir el Oscar a la mejor dirección y, aunque esto puede sonar a triunfo, lo cierto es que su película (de Netflix, para dar más pistas) fue la gran perdedora: solo consiguió uno de los doce premios a los que aspiraba. Aunque aceptadas, las plataformas aún no acaban de encajar.
Nadie se llevó una sorpresa cuando 'CODA' se llevó el Oscar a la mejor película, tal y como los medios especializados llevaban avanzando semanas, también en Vozpópuli. Este remake de la francesa 'La familia Belier', una "feel good movie", partía tan solo con tres nominaciones -también mejor guion adaptado y mejor actor de reparto- pero hizo pleno y logró también protagonizar alguno de los momentos más emotivos, como el instante en el que Troy Kotsur, primer actor con sordera en conseguir un Oscar, fue aplaudido por toda la platea en lengua de signos.
España en los premios Oscar: ni Pe ni Bardem
Esta edición será recordada desde este lado del Atlántico como una de las más españolas. Por un lado, en el apartado interpretativo, Javier Bardem y Penélope Cruz aspiraban al Oscar al mejor actor y mejor actriz, respectivamente, que finalmente no consiguieron. Además, Alberto Iglesias tampoco se hizo con la estatuilla a la mejor banda sonora -que le arrebató Hans Zimmer-. Sin embargo, el español Alberto Mielgo hizo historia al conseguir el premio al mejor cortometraje de animación con 'El limpiaparabrisas', la primera estatuilla en las categorías de cortometrajes para España.
Durante la gala, también hubo espacio para la reivindicación, como la que protagonizó Ariana DeBose al recoger el premio a la mejor actriz secundaria por su papel en 'West Side Story', al declarar ser la primera persona "abiertamente queer" en recoger una estatuilla. Y, por supuesto, un recuerdo a las víctimas de la "invasión" de Ucrania, tal y como la Academia mostró en un mensaje explícito con el que pidió un momento de silencio. Poco antes, la actriz Mila Kunis, nacida en el país, fue la encargada de presentar una de las actuaciones nominadas. Lo cierto es que el propio Sean Penn había amenazado a la institución con fundir sus estatuillas si el presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, no intervenía en la gala, algo que finalmente no ocurrió.
Pocas novedades en esta edición, al margen de la incómoda bofetada, imposible de olvidar, que empañó los ácidos chistes al más puro estilo Ricky Gervais de la actriz Amy Schumer que todos han olvidado ya. Lo cierto es que la gala, como ocurre siempre, volvió a superar las tres horas de duración, a pesar de los esfuerzos de la organización. Para ello, eliminaron la entrega de ocho galardones técnicos -entre ellos, el premiado español-, que otorgaron al tiempo que discurría la alfombra roja. Después, editaron sus discursos y los reprodujeron enlatados en la gala que, nada más empezar, ya había desvelado, como si se tratara de un "spoiler", las seis estatuillas con las que partía 'Dune', de Denis Villeneuve. Un gesto demasiado feo para los pocos minutos ahorrados, tal y como muchos criticaban las redes. Habrá que esperar a los datos de audiencia, que habrá alcanzado su pico cuando Chris Rock aún no se había recuperado del susto.