El venezolano Rafael Cadenas ha sido galardonado con el XXVII Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, el reconocimiento más importante de este género, que concede Patrimonio Nacional de España y la Universidad de Salamanca al poeta, en palabras del jurado, por "habernos regalado dudas, certezas, palabras, reflexiones sobre la palabra".
El galardón, dotado con 42.100 euros, tiene como objetivo reconocer el conjunto de la obra de un autor vivo que, por su valor literario, constituye una aportación relevante al patrimonio cultural común de Iberoamérica y España. El jurado encargado de elegir a Cadenas ha estado copresidido por Alfredo Pérez de Armiñán, presidente del Patrimonio Nacional, y Ricardo Rivero Ortega, rector de la Universidad de Salamanca, y lo completa Darío Villanueva, director de la Real Academia Española; Juan Manuel Bonet Planes, director del Instituto Cervantes, y Ana Santos Aramburo, directora de la Biblioteca Nacional de España.
En los años cincuenta del siglo XX venezolano, Cadenas fue militante comunista. Estuvo encarcelado y debió marcharse luego a Trinidad huyendo de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. En 1957 regresó a Venezuela y publicó la que se convertirá en su obra más famosa Los cuadernos del destierro (1960).
Si algo caracteriza a la obra de Cadenas es su capacidad de apresar una voz llena de desolación, lentitud y belleza. Los años cincuenta y sesenta venezolanos fueron el momento de eclosión de grupos como Tabla Redonda o El Techo de la Ballena, un bullicio ideológico y estético que aglutinó el descontento de intelectuales con respecto a lo que la Venezuela de entonces inauguraba democracia, ambas, agrupaciones literaras de las que Cadenas formó parte.
Su poesía y su prosa vinculada al pensamiento filosófico están recogidas en Obra entera, publicada primero por el Fondo de Cultura Económica de México y, más tarde, por la editorial española Pre-Textos. La lectura de sus poemas y textos reflejan de qué manera el corpus de su reflexión literaria se deposita en el lenguaje.