Muchos se han llevado las manos a la cabeza, aterrados, por lo que pueda ocurrirle al Quijote de Cervantes. Sí, sí. No exageramos. Cunde el pánico entre los amantes de la prosa cervantina, al conocerse que la Real Academia Española ha sacado una edición popular del Quijote adaptada para uso escolar por el académico Arturo Pérez-Reverte.
Con esta edición la institución pretende rendir homenaje al Quijote académico de 1780, encargado por la propia Academia al impresor Joaquín Ibarra. Sin embargo, ¿qué tiene ésta de especial y por qué levanta tanta suspicacia?. Pues porque, según ha dicho la RAE, Arturo Pérez-Reverte ha hecho una lectura lineal de la trama central del Quijote. Es decir, se han suprimido muchos de los relatos y episodios que dan a la obra su estructura de sucesivas aventuras. ¡Vamos, que Pérez Reverte ha metido al Hidalgo en la secadora… y ha salido encogido!
En otras palabras: Pérez Reverte se ha puesto a echar tijera. El autor de La Reina del Sur, justifica su decisión al afirmar que cuando se trata de trabajar en colegios con el texto íntegro del Quijote, "las digresiones y relatos insertos en él perturban a veces la aproximación amena, eficaz, que una herramienta educativa o una lectura sencilla pueden reclamar”. Sin embargo, algunos no lo ven tan claro.
“¿Pero has reescrito a Cervantes?”, le preguntó un estudiante a Pérez-Reverte - entre el posado y el horror- en una entrevista publicada por Babelia en la que el escritor y académico intentaba arrojar luces sobre su aportación al clásico. “No podía reescribir a Cervantes”, dijo. “Cuando he eliminado un pedazo he añadido una frase para que hubiese una continuidad y no se notara el corte. Cosas del tipo: ‘Mientras tanto ocurrió que…’. Son pequeñas aportaciones sin importancia que además están tomadas del vocabulario cervantino. Para entendernos, lo he cosido con un hilo que es del propio Cervantes, no mío”.
Cosido o no, el hecho es que Pérez-Reverte ha confeccionado unos bajos a Cervantes. Y le ha tomado un año de trabajo. “Para mí, Cervantes, Lope de Vega, Calderón de la Barca o Quevedo son autores con los que estoy muy familiarizado", dijo el escritor a la agencia Efe. El volumen, editado por Santillana, incorpora dibujos originales e inéditos, entre ellos, una ilustración de un joven Francisco de Goya que no llegó a incluirse en la edición de Ibarra.
La Academia publica esta edición popular de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha en la recta final de la conmemoración de su tricentenario y como preludio a las celebraciones del bienio de Cervantes, dado que en 2015 se cumplen cuatro siglos de la aparición de la segunda parte del Quijote y en 2016 se conmemora el 400 aniversario del fallecimiento del autor. Motivos no faltan… pero, ¿y páginas?
El sábado 29 de noviembre, cuando salió a la venta la edición, algunos lectores se asomaban a las redes sociales con algún desconcierto por lo que consideraron un recorte en toda regla. “Disfruta de la esencia de El Quijote, gracias a la rigurosa y eficaz adaptación de la Real Academia Española” fue la frase que hizo arder Twitter … ¡Y Troya! ¿Significa esto que la edición de Cervantes era sucia y farragosa?