Es infinito el número de manuales que abordan hoy en día la paternidad y la maternidad. Abundan los consejos, las corrientes y las teorías sobre la crianza y es habitual observar a los primerizos perdidos entre las contradicciones de la educación a la vieja usanza y los beneficios de los cuidados con apego. Meses y meses de lecturas centradas en no cometer el más mínimo error en los primeros años de vida ante la amenaza de consecuencias fatales que no siempre son útiles para los dilemas que aparecen por sorpresa en edades más avanzadas. Cuando uno piensa que todo está bajo control, la realidad puede explotar y la sensación de pérdida y tristeza ser irremediable.
Algo así le ocurre al protagonista de Siempre contigo, Aharon (Shai Avivi), un padre que tiene que lidiar con una vida dedicada por completo a su hijo con autismo, Uri (Noam Imber). El joven es un enamorado de las películas de Charles Chaplin que siente terror por los caracoles y que adora a su progenitor, un padre abnegado que no se quiere separar de su vástago ni un minuto y que le necesita tanto como su hijo a él. Al igual que les ocurre a muchos otros padres en algún momento de su vida, se enfrenta al momento en el que su niño ya adulto debe abandonar el nido para acudir a una institución.
La mayor proeza de Siempre contigo, dirigida por el israelí Nir Bergman, es que consigue dejar a un lado las particularidades del autismo y las complejidades que acarrea en las vidas de quienes conviven con este trastorno para centrarse en el viaje emocional de un padre incapaz de avanzar y aceptar el paso del tiempo, un mensaje universal que consiguió el sello de la Sección Oficial del Festival de Cannes en 2020 y el premio al mejor actor en la Seminci para Shai Avivi.
La película no habla sobre cómo criar a un hijo con autismo sino sobre la paternidad, sobre dar un pasaje al mundo y entender lo frágil que es defenderlo de la crueldad y de la violencia", afirma Nir Bergman
"La película no habla sobre cómo criar a un hijo con autismo sino sobre la paternidad, sobre dar un pasaje al mundo y entender lo frágil que es defenderlo de la crueldad y de la violencia que le rodea, porque quieres mantenerlo a salvo pero es imposible, tienes que dejarlo crecer", ha señalado a Vozpópuli el director de esta película, Nir Bergman, durante una videoconferencia desde Haifa (Israel).
Detrás de Siempre contigo hay una historia real que inspiró la trama, tal y como cuenta el director. La guionista del filme, Dana Idisis, siempre se preguntó qué pasaría cuando su padre se tuviera que separar de su hijo con autismo, una relación que se plasma ahora en la gran pantalla y que no obstante guarda diferencias con la realidad. En la ficción, Uri no tiene hermanos y sus padres están separados, por lo que la intensidad de la relación gana atención en este road trip.
El propio progenitor es una persona muy vulnerable que quizás no deja ir a su hijo porque esconde detrás de ese amor los fallos y las lagunas de su propia vida", afirma Bergman
"Este padre es el único que puede cuidar de su hijo, que puede quererle, entenderle y criarle. El mundo que les rodea es, desde su punto de vista, duro y complejo. Pero también quería mostrar que el propio progenitor es una persona muy vulnerable que quizás no deja ir a su hijo porque esconde detrás de ese amor los fallos y las lagunas de su propia vida", precisa el cineasta, quien muestra en este filme la fragilidad de alguien con "problemas para centrarse en el mundo, en su carrera y en quienes le rodean".
En cualquier caso, Bergman muestra que quienes están en la periferia no son este padre y su hijo, sino todos quienes pasan cerca y son incapaces de empatizar con ellos ni ver las complejidades con las que conviven. Tal y como comenta, durante la investigación descubrió que los dilemas a los que se enfrentan los padres de hijos con autismo son "muy duros", por lo que ve casi imposible tener "la respuesta adecuada". "No sé qué es lo correcto, si llevar a tu hijo a un lugar con gente como él o mantenerlo en casa. Intentamos mostrar lo complejas que son las preguntas y cuál es la magnitud del amor", afirma.
El autismo no es un tema nuevo en el cine, pero en esta ocasión Bergman quería huir de algunos tópicos y formas manidas de abordarlo. Tal y como argumenta, "en la mayoría de las películas las personas con autismo son genios de alguna manera, como ocurre en Rainman, y tienen mucho talento en algún aspecto de la vida". En Siempre contigo, sin embargo, quería mostrar "la rutina" de criar a un hijo con autismo, lo grande que es el amor de los padres, lo duro que supone esta crianza y también "lo gratificante que puede ser".
Siempre contigo: tras la estela de Chaplin
La pareja protagonista de Siempre contigo emula a los protagonistas de la película El chico, de Charles Chaplin, director por el que el hijo siente devoción, y que muestra un "sentimiento agridulce" que Bergman quería transmitir también y a modo de homenaje en la pantalla de cine con su película, en la que uno ríe pero también llora.
"Los espectadores se darán cuenta de cuántos detalles robamos de esa película como inspiración, y descubrirá varios momentos en los que solo oye música para conectar la trama con Chaplin y conseguir el sentimiento de dos personas separadas de su tiempo. Es una película completamente atemporal", resalta el cineasta israelí.