"Mi padre era un hombre brillante. Como muchos hijos, yo sentía adoración hacia mi padre, pero también le tenía pavor. Él fue una de las mayores bendiciones de mi vida y, al mismo tiempo, una de las mayores fuentes de dolor". Will Smith, una de las estrellas más famosas del universo musical y cinematográfico, abre su intimidad en sus memorias, que llegan a España este miércoles 1 de diciembre y que descubren algunos de los pasajes vitales más complicados para el artista, desde los malos tratos que sufrió su madre a manos de su padre a los traumas sexuales que experimentó durante algún tiempo, que tanto influyeron en su personalidad y su carisma.
Willard Carroll Smith, nombre completo del artista, nació en la ciudad de Filadelfia (Estados Unidos) en 1968 y a partir de 1990 se metió en las casas de todo el mundo con la serie El príncipe de Bel-Air, de la que se rodaron un total de seis temporadas y 148 episodios. Aquel chaval deslenguado, mujeriego y simpático que es acogido por unos ricachones familiares pronto se ganó el afecto de los espectadores y comenzó una carrera cinematográfica imparable. Años antes de embarcarse en esta comedia, el actor, productor y músico ya había triunfado en el mundo del hip-hop.
Su simpatía siempre ha traspasado la pantalla, tal y como se observa en las entrevistas y en sus apariciones públicas. Sin ir más lejos, uno de los ejemplos lo tenemos en el programa español El hormiguero, al que ha acudido hasta en siete ocasiones, y donde siempre ha derrochado simpatía. Según confiesa en estas memorias, bajo el título Will (Planeta), a las que ha tenido acceso Vozpópuli con motivo de su publicación en español este miércoles, una de sus principales obsesiones ha sido siempre agradar, algo que, según explica, está muy relacionado con la propia profesión de actor.
El "miedo constante" que sintió durante su niñez le convirtió en alguien muy "sensible", capaz de anticipar los detalles y conectar con las emociones de quienes estaban a su alrededor
El intérprete hace referencia a cómo el "deseo compulsivo" por complacer todo el tiempo a los demás a través de la risa o la sonrisa, de evitar momentos feos e incómodos y llevar al otro al lado más alegre y bonito, le colocó en esa posición en la que, tal como afirma, "nace un verdadero intérprete". Pero, ¿por qué Will Smith tuvo este impulso por agradar desde pequeño? Tal y como cuenta, el origen de todo está en su reacción frente a los "abusos" de su padre, que su "pequeño cerebro de nueve años" procesó como si fueran su culpa.
El "miedo constante" que sintió durante su niñez le convirtió en alguien muy "sensible", capaz de anticipar los detalles y conectar con las emociones de quienes estaban a su alrededor. "Una mirada perdida o una palabra malinterpretada podrían convertirse enseguida en un cinturón en mi trasero o en un puñetazo e la cara de mi madre", confiesa en estas páginas el actor, quien no obstante, en una "familia de luchadores", siempre se sintió el único débil" y el "cobarde".
Sus traumas con el sexo
Otro de los capítulos más llamativos de estas memorias en aquel en el que Will Smith hace referencia a sus traumas con el sexo durante una de las épocas más locas que ha vivido. Tal y como confiesa en estas páginas, su autoestima dependió durante una época en la felicidad de su novia y su "amor propio" siempre estuvo vinculado a la aprobación de las mujeres de su alrededor.
Tras la ruptura con la novia que tenía con apenas 20 años, el actor y cantante tuvo una vida sexual muy activa que, lejos de provocarle placer, en muchas ocasiones supuso lo contrario. "Tuve relaciones sexuales con tantas mujeres, y me resultaba tan soberanamente desagradable, que desarrollé una reacción psicosomática al tener un orgasmo. Me provocaba arcadas, literalmente, y a veces incluso vomitaba", narra.
Will Smith: el "blandito", "hortera" y "cursi"
Aunque Will Smith arrancó su trayectoria artística en el mundo del hip-hop, en estas memorias confiesa que haber sido criado en una familia de clase media contribuyó a "constantes críticas". "Yo no era un macarra ni trapicheaba con droga. Crecí en una bonita calle y en una casa con mis dos padres", cuenta. Su vida fue muy diferente a la que otros jóvenes trasladaban a sus letras, por lo que él se convirtió de alguna manera en un "rapero ilegítimo". "Me llamaban 'blandito', 'hortera', 'cursi', 'rapero de palo'", cuenta el productor y actor.
Las audiencias negras me pusieron la etiqueta de 'blandito' porque no rapeaba sobre mierdas radicales y de macarras", cuenta Will Smith en sus memorias
En otro capítulo, Will Smith hace referencia también a su incapacidad para encajar tanto en el mundo de los blancos como en el mundo de los negros. "Las audiencias negras me pusieron la etiqueta de 'blandito' porque no rapeaba sobre mierdas radicales y de macarras", cuenta. Sin embargo, lo que descubrió desde niño fue a conectar con el sentido del humor de los demás, porque aprendió que aquello era un sistema de "defensa" para que, o bien no le "patearan" el trasero en la calle, o para que los "niños blancos del colegio" no le llamaran "negrata".
La vida de uno de los actores más importantes del panorama internacional ha consistido precisamente en eso: encontrar el "chiste perfecto" para conseguir "la mejor respuesta del mundo". Y en esa hazaña, Will Smith ha sabido triunfar como ninguno.