La hipertensión se ha convertido en una de las enfermedades que más ha aumentado en los últimos años. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en las últimas tres décadas, el número de adultos de entre 30 y 79 años con la presión arterial alta se ha duplicado, alcanzando la cifra de 1280 millones de personas en todo el mundo, algo que provoca más de 8,5 millones de muertes al año.
En nuestro país, las cifras no son menos preocupantes, y se estima que afecta a 14 millones de personas, sobre todo de edades avanzadas, aunque los expertos alertan de que cada vez alcanza a gente más joven.
La OMS también asegura que se estima que en torno al 46 por ciento de los adultos hipertensos desconocen que padecen esta afección. Esto se debe a la dificultad para detectarla sin las pruebas médicas necesarias. Es por ello que muchos la consideran una de las enfermedades silenciosas más peligrosas.
Los pocos síntomas que ofrece la hipertensión suelen aparecer cuando ya hay complicaciones e incluso, en algunos casos, pueden confundirse con los relacionados con otras dolencias.
¿Qué es la hipertensión?
Según la OMS, “la tensión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias que son grandes vasos por los que circula la sangre en el organismo. Se considera que la persona presenta hipertensión cuando su tensión arterial es demasiado elevada”.
Tal y como comentábamos, la hipertensión puede tardar años en ser detectada. Años en los que puede dañar silenciosamente el organismo provocando diferentes dolencias como enfermedades cardiacas, accidentes cerebrovasculares, lesiones en la retina y otro tipo de enfermedades que afecten a diferentes órganos como los riñones o los pulmones.
Según un informe elaborado por el INE sobre las causas de muerte más comunes en el año 2020, los fallecimientos relacionados con enfermedades hipertensivas aumentaron un 20,4 por ciento respecto a 2019.
Es por ello, que instituciones y organismos advierten de la necesidad de controlar la tensión arterial, algo que un médico puede hacer de manera rápida y precisa. Además, es aconsejable conocer los posibles síntomas relacionados con la hipertensión.
Síntomas de la hipertensión
Según un artículo publicado en la 'Revista Española de Cardiología', en nuestro país, cerca de un 37 por ciento de las personas sufre hipertensión y no lo tiene diagnosticado. Por ello, acudir a las revisiones médicas y controlar la tensión arterial es muy importante.
Aunque tardan tiempo en aparecer, y no lo hacen en todos los casos, las personas con hipertensión alta pueden llegar a sufrir:
- Dolores de cabeza intensos
- Mareos
- Enrojecimiento facial y una dilatación de los vasos sanguíneos
- Hemorragia subconjuntival, unas pequeñas manchas de sangre en la parte blanca del ojo producida por la rotura de un vaso sanguíneo
- Dificultad para respirar
- Hemorragias nasales
- Ritmo cardiaco irregular
- Ansiedad
- Confusión
¿Cuáles son las causas de la hipertensión?
Aunque la edad es uno de los factores determinantes, y se considera que más de la mitad de las personas mayores de 65 años presenta este problema justificado por el hecho de que las paredes arteriales se endurecen con el envejecimiento, existen otras causas relacionadas con la hipertensión.
Malos hábitos como el tabaquismo, el consumo de alcohol, la falta de ejercicio físico de manera habitual, el estrés y una mala alimentación son algunos de ellos.
¿Qué hacer cuando se tiene hipertensión?
Aunque será un médico quien diagnostique, regule y supervise los casos de presión arterial alta, adoptando las pautas necesarias, encontramos algunas medidas que pueden ayudarnos a controlar la hipertensión:
- Practicar ejercicio de manera regular. Así lo recomienda la OMS entre las medidas no farmacológicas para disminuir los valores de la tensión arterial. Caminar, correr, nadar o montar en bicicleta de 30 a 60 minutos y al menos de tres a cinco días a la semana se considera lo adecuado
- Reducir la ingesta de sal en las comidas, a menos de cinco gramos diarios
- No consumir tabaco y reducir el consumo de alcohol. En algunos casos, también es recomendable limitar la dosis de café
- Llevar una dieta saludable, rica en frutas y verduras y limitando el consumo de alimentos ricos en grasas saturadas. Además, la OMS recomienda eliminar o reducir también las grasas trans
- Reducir, en la medida de lo posible, el estrés