Tanto si eres de los que no recuerdas ni lo que cenaste ayer como si se te da muy bien retener todas las capitales europeas, mejorar nuestra capacidad de retención siempre es algo beneficioso. La memoria es el atributo más esencial para la supervivencia dentro de un entorno, eso es algo que no se puede discutir. Si no pudiésemos recordar cómo se hacen las cosas más esenciales o las habilidades que hemos ido aprendiendo a lo largo de nuestra vida, de nada valdría la experiencia.
En el proceso de memorización se divide en tres fases: codificación, almacenamiento y recuperación de contenidos. Cada una de ellas tiene su función, por lo que para poder evocar un recuerdo es necesario que las tres interactúen y se hayan realizado de una forma correcta. ¿Eres de los que nunca sabe dónde ha aparcado o cuando se va de casa se pregunta si se ha dejado algo encendido? Tranquilo, le pasa a casi todo el mundo.
Estas autopreguntas a las que nos sometemos a menudo por culpa de los olvidos momentáneos pueden convertirse en un problema social o complicarnos, cuando menos, nuestro día a día. ¿Cómo saber cuándo se trata de un despiste por mera distracción y cuándo un posible problema de salud?
Fallos de memoria, ¿por qué?
La falta de sueño es una de las posibles causas de tus problemas para retener algunos datos. Si has trasnochado y has dormido pocas horas es menos probable que recuerdes el nombre alguien al que te presentaron ayer. Y es que precisamente las zonas del cerebro que se encuentran directamente relacionadas con la memoria y las respuestas emocionales se activan cuando dormimos, y si no descansamos lo suficiente se debilitan poco a poco. Además, las personas con trastornos de privación del sueño no solo sufren de deterioro de la memoria, sino también padecen fatiga diurna, disminución de la atención y la reducción del tiempo de reacción ante estímulos.
También aquellas personas expuestas a virus como el del herpes labial son más propensas a tener problemas de memoria que las personas expuestas a un menor número de bacterias. Y no solo eso, si te sientes fatigado, has perdido el apetito, estás estreñido o has perdido peso, es muy posible que tengas una deficiencia de vitamina B12 y esto pueda provocar problemas de memoria.
El cerebro también es una máquina. Si dejas de depender de ella para usar otra ajena (como Google), irás perdiendo facultades
En el caso de veganos y vegetarianos, la falta de una alimentación rica en proteína puede estar afectando a su capacidad cognitiva, por lo que si notan que tienen muchos fallos en sus recuerdos es conveniente que pregunten a su médico si necesitan tomar algún tipo de suplemento vitamínico para solventar esta carencia. Las mujeres embarazadas, adultos con anemia o con trastornos gastrointestinales como la enfermedad celíaca o la enfermedad de Crohn, también pueden necesitarlos.
La soledad también puede ser un factor desencadenante de los problemas de memoria. De hecho, este factor se ha vinculado a un mayor riesgo de deterioro cognitivo en personas mayores de 65 años. Si desde la pandemia provocada por el coronavirus has notado que te resulta más difícil recordar algunas cosas, no eres el único.
Es demasiado pronto para una investigación que compare nuestras habilidades de memoria de antes y después de la pandemia de la covid-19, pero en una encuesta realizada por la Sociedad del Alzheimer, el 50% de los familiares de pacientes aseguraron que los recuerdos de sus seres queridos habían empeorado después de que comenzaron a vivir vidas más aisladas.
Mejora tu memoria
La naturaleza y los espacios abiertos suelen relacionarse con calma y tranquilidad. Pero, también es el lugar más propicio para el fortalecimiento de la memoria.Esto no significa que haya que estar la totalidad del día rodeado de campo y perdido por un bosque, solo con dar un paseo podrías mejorar tu capacidad. Y si además haces un poco de ejercicio en estos parajes mucho mejor mejor.
Cada vez que te mueves y bombeas tu sangre, le das un impulso a tu cerebro de nutrientes y oxígeno, lo que conduce a que tu cuerpo produzca una proteína que actúa como fertilizante para el cerebro, estimulando a las neuronas para que puedan comunicarse de manera más efectiva.
La nutrición tiene un impacto sorprendente en la memoria y concentración cotidianas. Algunos alimentos, como las fresas, contienen antioxidantes, las remolachas son ricas en nitrato, que se convierte en óxido nítrico en la sangre y mejora el flujo sanguíneo o la cúrcuma es un potente antiinflamatorio. También funcionan los aguacates, el café, las semillas y las nueces y los arándanos.&
Además, el cerebro también es una máquina, y si dejas de depender de ella para usar otra ajena (trata de no utilizar tanto Google), acabarás teniendo que mirar en el móvil para cualquier cosa. Recuerda que la gente antes sabía miles de teléfonos o direcciones de sus amigos. Esfuérzate e intenta pensar un poco antes de recurrir a internet.