La alimentación es uno de los pilares básicos de una vida sana. Así lo aseguran los expertos que insisten en la importancia de elegir los alimentos que nos aporten los nutrientes necesarios para cuidar de nuestra salud. Según la Organización Mundial de la Salud, en nuestra dieta diaria no deberían faltar verduras, legumbres, frutos secos, cereales integrales y frutas.
Con un alto contenido de vitaminas y minerales, las frutas se han convertido en unos alimentos imprescindibles en nuestro día a día. Así lo asegura la Organización Mundial de la Salud, que recomiendan consumir unos 400 gramos de frutas y hortalizas al día, “como ayuda inestimable para prevenir enfermedades crónicas incluyendo las cardiovasculares, el cáncer, la diabetes tipo 2 y la obesidad”.
Conscientes de la importancia para la salud de este tipo de alimentos, la Universidad de Harvard ha centrado uno de sus estudios en una fruta que, además de muy nutritiva, ofrece increíbles beneficios para la salud. Hablamos de la manzana, un fruto admirado por su variedad y versatilidad, que podemos encontrar a un precio económico durante todo el año.
La manzana, la fruta que ayuda a prevenir el infarto y reduce el colesterol
Convertida en una de las frutas más populares, la manzana no tienen nada de grasa, aunque sí hidratos de carbono, fundamentalmente en forma de azúcares como fructosa, glucosa y sacarosa. Con un sabor que va desde el más dulce al ácido, dependiendo de su variedad, los expertos recomiendan incluir esta fruta de manera habitual. Sobre todo a la vista de conclusiones como la de la Universidad de Harvard, que señala que el consumo regular de manzanas está asociado con una reducción del riesgo de enfermedades cardiacas y accidentes cerebrovasculares.
Según los investigadores, este efecto protector se atribuye principalmente a los antioxidantes presentes en esta fruta. Y es que, tal y como señala la Fundación Española de la Nutrición (FEN), además de rica en vitaminas y minerales, como la vitamina C y el potasio, “las manzanas aportan cantidades importantes de flavonoides diversos como los flavonoles, catequinas y procianidinas”, unos compuestos con una potente actividad antioxidante. Algo que, según Harvard, puede proteger las células del páncreas del daño, lo que tendría un impacto positivo en la prevención de la diabetes de tipo 2.
Pero además, esta fruta “cuenta con quercetina, un tipo de flavonoide con efectos antioxidantes y antiinflamatorios y contiene cantidades de fibra, tanto soluble como insoluble, siendo esta la más abundante”. Según apuntan desde la reconocida institución educativa, la manzana aporta pectina, una fibra soluble que, además de ayudar a prevenir el estreñimiento, ayuda a reducir el colesterol LDL, conocido como ‘colesterol malo’. Además, según diferentes estudios, la pectina tiene la capacidad de matar células de colon cancerosas y puede reducir la inflamación gastrointestinal.
Tal y como señalan desde la Universidad de Harvard, los fitoquímicos presentes en la manzana combinados con la fibra pectina pueden proteger contra el daño de los radicales libres en el corazón y en los vasos sanguíneos, protegiéndonos de enfermedades cardiovasculares.
Además de cuidar de nuestra salud, la manzana también es un gran aliado para adelgazar. Según los expertos, el consumo de esta fruta está relacionado con un menor riesgo de obesidad y sobrepeso. Se trata de un alimento saciante gracias a su contenido en fibra y a su alto aporte de agua, el 85,7 por ciento. Gracias a la cisteína, un popular aminoácido, la manzana también cuenta con propiedades depurativas que ayudan a eliminar el exceso de líquido y las toxinas.
Para obtener el máximo beneficio de esta fruta, los expertos recomiendan consumirlas frescas y enteras. Y es que la piel de las manzanas contiene gran parte de sus nutrientes, por lo que desecharla significa perder una buena parte de ellos.