Según los profesionales de la salud, cuidar la calidad del sueño y mantener un buen descanso es fundamental. Trastornos como el insomnio pueden condicionar el día a día del que los sufre: cansancio generalizado, baja productividad, irritabilidad y cambios de humor son algunos de los efectos más inmediatos, pero a la larga puede derivar en problemas graves de salud. Está demostrado que dormir pocas horas al día de forma continuada durante varios años aumenta el riesgo de sufrir alzheimer, entre otras enfermedades.
De igual forma, es posible dormir de manera ininterrumpida pero despertarse cansado, dolorido o sin energía. Problemas de salud mental como la ansiedad o sufrir depresión pueden ser dos motivos, aunque hay más. El dolor de cabeza también puede aparecer durante las primeras horas del día, así como la falta de apetito o molestas en las piernas y pies. Así, para trabajar en reducir la ansiedad o mejorar un estado depresivo, la mejor opción es acudir al psicólogo y recibir una terapia adaptada al paciente.
El transtorno de ansiedad generalizada es cada vez más frecuente entre la población española. Se caracteriza por tener preocupación persistente, planificar en exceso, tener dificultad para lidiar con la incertidumbre, ser demasiado indeciso, incapaz de relajarse y tener dificultad para concentrarse. Además, es frecuente la aparición de síntomas físicos: fatiga, temblores, tensión, sudoración y diarrea, entre otros.
7 motivos del mal descanso
Además de sufrir ansiedad y depresión, los profesionales hablan de la apnea del sueño como un segundo motivo que provoca levantarse cansado y sin energía. Este trastorno provoca la interrupción momentánea de la respiración, lo que deriva en ronquidos y dificulta un buen descanso. En caso de sufrirlo, la mejor solición es el uso de un dispositivo que empuja el aire hasta los pulmones, y en ocasiones, la cirugía. Además de esto, otros seis problemas provocan tener un mal descanso:
- Exposición a luz azul.
- Síndrome de fatiga crónica.
- Consumo de cafeína y bebidas alcohólicas.
- Síndrome de las piernas inquietas.
- Alimentación inadecuada.
- Tomar poco el sol.
La exposición a luz azul antes de dormir es uno de los problemas más frecuentes entre la población. Esto es así ya que es la luz presente en dispositivos como teléfonos móviles, ordenadores, tablets y televisiones. Evitar la exposición y su uso una hora antes de irse a dormir es lo más recomendable, además de utilizar gafas protectoras y adaptadores de pantalla. Asimismo, hablar de una mala alimentación incluye cenas demasiado copisas, la ingesta de grandes porciones y el exceso de alimentos ricos en carbohidratos refinados, preparaciones grasas o productos con demasiado azúcar.
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