Las caries dentales son uno de los problemas de salud más frecuentes en el mundo y aparecen habitualmente en los niños y adolescentes, de hecho, todas las personas pueden tener caries, incluidos los bebés, por lo que ni siquiera a edades tempranas se debe descuidar el cuidado bucodental.
Las caries son lesiones producidas como consecuencia de la acción dañina de los ácidos de la placa bacteriana. Comienza dañando el esmalte dental (la capa externa del diente), pero si no se trata a tiempo, las bacterias siguen su avance hasta las capas internas. Estas capas dentales no se regeneran, por lo que la caries se trata de una lesión irreversible y es necesario abordarlas mediante un empaste.
Las caries se producen como consecuencia de una combinación de factores, como bacterias en la boca, ingesta frecuente de tentempiés, bebidas azucaradas y una limpieza dental deficiente. Si no se tratan de manera adecuada y precoz, las caries pueden extenderse y afectar capas más profundas de los dientes y pueden dar lugar a dolores intensos de muelas, infecciones e incluso pérdidas de piezas dentales.
Según datos de la Organización Mundial de la salud, 2.300 millones de personas padecen caries en todo el mundo y más de 530 millones de niños sufren esta patología en los dientes de leche.Si hablamos del caso de los adolescentes, entre el 30 y el 40 por ciento de los adolescentes españoles tiene caries, según los datos del Consejo de Dentistas de España. La incidencia de caries ha disminuido entre los niños de 12 a 15 años entre 1993 y 2015, pero el 31 por ciento de los niños menores de seis años presentan esta patología.
Consejos para evitar las caries
La higiene oral es la base de la salud bucal, así que la mejor prevención para las caries es seguir unas exhaustivas rutinas de higiene en casa. “Mi recomendación es que no nos limitemos al uso del cepillo, sino que incorporemos otros utensilios que nos van a ayudar a retirar de forma más eficaz los restos de comidas alojados en los recovecos de la boca: cepillos interproximales, seda dental, un irrigador... Además, debemos acudir al dentista para hacernos una limpieza profesional cada ocho o diez meses”, nos explica la doctora Patricia Bratos, ortodoncista y cofundadora de la clínica dental Ferrus & Bratos de Madrid.
El estilo de vida tiene un gran peso en la aparición de caries. No es lo mismo si hablamos de un niño que toma con mucha frecuencia batidos, bollería, dulces... que otro con una dieta más basada en alimentos variados. Además, el factor genético también existe, pero no significa que tener predisposición genética vaya a ocasionarnos más caries, ni viceversa. Es importante concienciar a los niños sobre la importancia de la salud bucodental y de dedicar cada día el tiempo necesario a lavarse los dientes.
Alimentación y caries
La leche y otros lácteos ayudan a neutralizar la acidez de la placa y también son ricos en calcio, fósforo y vitaminas A, B y D. Las manzanas, zanahorias, apio y pepino ayudan a limpiar la superficie de los dientes y refuerzan las encías. También el chocolate es bueno para las caries, pero eso sí, siempre y cuando tenga más de un 80 por ciento de cacao y sin azúcares, porque tiene propiedades antibacterianas.
Los azúcares en general se deben evitar para impedir la caries. No hay ‘alimentos prohibidos’, simplemente es importante ser consciente con la alimentación y siempre lavarnos los dientes después de cada comida. Aun así, un batido tiene más azúcar que una pieza de fruta, por eso es más probable que salgan caries si comemos lo primero.
La importancia del lavado
Igual que en el caso de los adultos, los adolescentes deben lavarse los dientes después de cada comida, pero sobre todo antes de ir a dormir. “Cuando dormimos, los niveles de saliva disminuyen, así que hay más probabilidad de desarrollar caries. De ahí que el cepillado nocturno sea el más importante”, dice la doctora. Sobre el tiempo que debemos emplear en el cepillado de los dientes, lo normal es tardar unos dos minutos. Es importante no olvidar ninguna pieza dental y realizar movimientos suaves de barrido desde la encía hasta el borde del diente. El cepillado tres veces al día es lo indicado
Sobre si es mejor utilizar un cepillo manual o uno eléctrico, la doctora nos explica que “aplicando la técnica adecuada, ambos tipos consiguen una higiene eficaz. La diferencia es que con un cepillo eléctrico se consigue más rápido ya que el cabezal gira automáticamente”.
Tratamientos más frecuentes
Cuando notamos alguna molestia, debemos siempre acudir al dentista, que detectará si hay una caries preguntando sobre un posible dolor de muela o sensibilidad dental, examinando la boca, explorando los dientes con instrumentos apropiados en busca de zonas blandas o a través de una radiografía dental.
Será el dentista el que nos diga qué tratamiento es el más adecuado para nuestro hijo, pero los más frecuentes son:
- Tratamientos con flúor. Si una caries acaba de aparecer, el tratamiento con flúor puede ayudar a restaurar el esmalte del diente y, en ocasiones, a revertir la caries en etapas muy tempranas. Pueden ser líquidos, en gel, espuma o barniz que se cepilla en los dientes o se coloca en un molde que se ajusta a los dientes.
- Empastes. Los empastes son la opción principal de tratamiento cuando la caries ha avanzado más allá de la primera etapa. Los empastes se hacen con varios materiales, como resinas compuestas del color del diente, porcelana o una amalgama dental que es una combinación de diferentes materiales.
Visitas al dentista
Podemos llevar a nuestro bebé a un odontopediatra desde el primer año de vida. Este profesional está especializado en la salud oral de los más pequeños y puede revisar que no tenga caries o alguna anomalía en su desarrollo dental. En caso de no presentar ningún problema dental, las revisiones en el caso de los adolescentes suelen ser anuales y en estas citas se recomienda realizar una higiene. En caso de que esté bajo algún tratamiento u ortodoncia, las revisiones son mensuales.