Ir al urólogo debería ser una de las rutinas anuales de todos los hombres. El cuidado de la salud urológica es fundamental para el bienestar de los hombres, pero muchas veces la salud masculina se convierte en un tabú y el desconocimiento de las patologías que atiende un urólogo es alto.
Por este motivo, el doctor François Peinado, urólogo y andrólogo, especialista en salud sexual masculina, jefe de Servicio del Centro médico-quirúrgico Olympia y del Complejo hospitalario Ruber Juan Bravo, nos ayuda a aclarar las dudas comunes sobre cuándo buscar atención médica especializada y qué esperar en consulta.
Según un estudio realizado por la Asociación Española de Urología, el 12 por ciento de la población en España sufre trastornos urológicos, siendo los mayores de 65 años los que sufren mayor incidencia. En lo que respecta a las enfermedades más frecuentes, el informe establece que la infección de las vías urinarias representa el 30 por ciento de los casos, mientras que la presencia de cálculos renales se detecta en el 15 por ciento de las visitas médicas.
La frecuencia de visitas al urólogo varía según la edad y los factores de riesgo individuales. Se recomienda a los hombres comenzar chequeos regulares a partir de los 50 años, o incluso antes si tienen antecedentes familiares de cáncer de próstata u otros factores de riesgo. Sin embargo, síntomas como dolor al orinar, cambios en el flujo urinario o presencia de sangre en la orina requieren atención inmediata, sin importar la edad.
Señales para ir al urólogo
“Un hombre debe considerar acudir de inmediato al urólogo si detecta síntomas como hematuria, dolor al orinar, cambios en el flujo de la orina, dolor pélvico o lumbar persistente, problemas de erección o eyaculación, masas o hinchazón en el escroto, fiebre acompañada de síntomas urinarios, o incontinencia urinaria”, explica el experto.
“Es importante recordar que estos síntomas no siempre indican una condición grave, pero definitivamente justifican una evaluación profesional para determinar la causa y el tratamiento adecuado”, explica el doctor. Estos son los síntomas o señales que deberían hacer que un hombre vaya al urólogo sin pensárselo dos veces para prevenir posibles problemas posteriores o tratar los que puedan existir ya:
- Hematuria: La presencia de sangre en la orina, que puede ser indicativa de infecciones, cálculos renales o, más seriamente, de cáncer.
- Dolor al orinar: Esto puede ser un signo de infección del tracto urinario o de condiciones más complejas como cálculos renales o enfermedades de transmisión sexual.
- Cambios en el flujo de la orina: Dificultad para comenzar a orinar, un chorro débil o interrumpido, o la sensación de que la vejiga no se vacía completamente.
- Dolor en la zona pélvica o lumbar: El dolor continuo en estas áreas puede ser un signo de problemas en los riñones o en otros órganos del sistema urológico.
- Dificultades con la erección o eyaculación: Problemas persistentes o dolorosos relacionados con la función sexual.
- Masa o hinchazón en el escroto: Esto puede ser un signo de condiciones como hidrocele, varicocele o un tumor testicular.
- Fiebre o escalofríos: Si se acompañan de síntomas urinarios, pueden indicar una infección renal u otra infección seria.
- Incontinencia urinaria: La pérdida involuntaria de orina puede ser un signo de varias condiciones urológicas.
Las vías urinarias (también conocidas como el sistema urológico) son el sistema corporal encargado de la eliminación de la orina. La orina se compone de desechos y agua. Las vías urinarias incluyen los riñones, los uréteres y la vejiga. Para orinar normalmente, todas las partes de las vías urinarias deben trabajar juntas en el orden correcto. Las enfermedades o trastornos urológicos incluyen las infecciones urinarias, los cálculos renales, los problemas de control de la vejiga y la hiperplasia prostática benigna (o agrandamiento de la próstata), entre otros. Algunos problemas urológicos duran sólo un corto tiempo, mientras que otros son de larga duración.
Consultas más frecuentes
En cuanto a las consultas más frecuentes, los problemas de próstata, la disfunción eréctil, las infecciones del tracto urinario, los cálculos renales, la incontinencia urinaria, la hematuria y la infertilidad masculina son motivos comunes de visita al urólogo.
El doctor Peinado asegura que, en la práctica urológica, “las consultas más comunes tienden a variar según la demografía y otros factores”, pero hay varios motivos de visita frecuentes que incluyen los siguientes:
- Problemas de próstata: Esto puede incluir el crecimiento benigno de la próstata, conocido como hiperplasia benigna de próstata (HBP), o preocupaciones relacionadas con el cáncer de próstata.
- Disfunción eréctil: Muchos hombres buscan ayuda para problemas de erección, que pueden estar relacionados con factores físicos o psicológicos.
- Infecciones del tracto urinario (ITU): Tanto hombres como mujeres pueden sufrirlas, aunque son más comunes en mujeres.
- Cálculos renales: El dolor y otros síntomas asociados con los cálculos renales a menudo requieren atención urológica.
- Incontinencia urinaria: Es una condición que afecta a ambos sexos y puede aumentar con la edad.
- Hematuria: La presencia de sangre en la orina es un síntoma que siempre necesita evaluación para descartar causas graves.
- Infertilidad masculina: Los hombres pueden buscar evaluación por problemas para concebir, lo que puede incluir análisis de semen y otras pruebas de fertilidad.
Primera visita al urólogo
Tras una entrevista que realiza el médico con el paciente, en la primera visita al urólogo se llevará a cabo la exploración física para una valoración. Según explican desde Venegas Salud, “la exploración general se basa principalmente en detectar si existe alguna infección de orina o afectación renal. Sin embargo, el urólogo también observa y estudia el abdomen para descartar masas así como globo vesical”.
Tras ello, “el especialista también observará cómo se encuentra la zona del periné, la zona vaginal en mujeres sobre todo en búsqueda de prolapsos de órganos pélvicos y la zona del escroto en los hombres para comprobar que su tamaño, consistencia y sensibilidad son correctos”. El urólogo suele solicitar una flujometría o prueba de sedimento de la orina donde se analiza el PH de la orina y la presencia, si hubiese, de hematuria, bacterias o leucocitos.
