Disfrutan de la condición de “villa” una serie de municipios que destacan por su gran patrimonio histórico y cultural. Cuatro de las once villas que hay en la Comunidad de Madrid se encuentran concentradas en la comarca de la Sierra Norte. “Estas 4 villas están enclavadas en el destino más natural y rural de la Comunidad de Madrid, la Sierra Norte. Todas ellas ofrecen al visitante y turista esa combinación de naturaleza y patrimonio perfecta para una escapada de desconexión del ruido de la gran ciudad”, destaca Elena Rubio, coordinadora de Turismo de la Sierra Norte.
Proponemos un recorrido por estas cuatro joyas repletas de historia, encanto, puntos de interés, oferta gastronómica y un sin fin de actividades para hacer en familia, pareja o con amigos.
Patones
En pleno Valle del Jarama se encuentra Patones, un municipio que se divide en dos núcleos urbanos: Patones de Arriba y Patones de Abajo. Declarado Bien de Interés Cultural en la Categoría de Conjunto Histórico en el año 1999, Patones de Arriba es uno de los mejores exponentes de la arquitectura de pizarra negra en la Comunidad de Madrid. Entre sus singulares y perfectamente conservadas edificaciones, destacan la Iglesia de San José (datada del siglo XVII), las Eras, el Lavadero o la Fuente Nueva (principios del Siglo XX).
Además, el yacimiento del Cerro de la Oliva demuestra que Patones ya estaba habitada desde la prehistoria, lo que convierte a este lugar en uno de los más antiguos asentamientos de la Comunidad de Madrid.
Torrelaguna
Apenas a 10 km. de Patones se encuentra la siguiente parada de nuestro itinerario: Torrelaguna. Esta villa alcanzó su apogeo a finales del siglo XV, en la época de quien fuera uno de sus más ilustres vecinos, el Cardenal Cisneros (1436-1517). El incalculable patrimonio de su casco histórico hizo merecedora a esta localidad de ser declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1974. Entre sus tesoros arquitectónicos, sobresale la Iglesia Parroquial de Santa María Magdalena, en cuyo suelo descansan los restos del poeta Juan de Mena, también natural de la localidad. Otros edificios y monumentos destacados de Torrelaguna son la Atalaya de Arrebatacapas, el Convento de las Hermanas Franciscanas Descalzas, los restos de la muralla, el Arco de Burgos o el Palacio Salinas.
Estas cuatro villas están repletas de historia, encanto, puntos de interés, oferta gastronómica y un sin fin de actividades para hacer en familia, pareja o con amigos
Buitrago del Lozoya
Nuestro recorrido nos conduce ahora hasta el Valle del Lozoya, llamado así por el río Lozoya, que atraviesa la Sierra Norte imprimiendo carácter a toda la comarca. Casi rodeada por completo por sus aguas, se levanta Buitrago del Lozoya. En esta villa se encuentran varios Bienes de Interés Cultural, entre ellos, el casco antiguo, el Castillo de los Mendoza, el Hospital y el Recinto Amurallado (el conjunto fortificado más singular y mejor conservado de la Comunidad de Madrid, datado entre los siglos XI y XII, en el que se encuentra el mencionado Castillo, la Iglesia de Santa María del Castillo, la muralla medieval y la Torre del Reloj).
De época más reciente pero también de enorme valor artístico, es el Museo Picasso, ubicado en el Ayuntamiento de la localidad. En esta singular pinacoteca pueden admirarse más de 60 obras que el inmortal artista malagueño legó a su peluquero y gran amigo en su común exilio francés, Eugenio Arias, natural de Buitrago.
Rascafría
La última parada de nuestro camino nos lleva hasta Rascafría, en la zona alta del Valle del Lozoya, en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama. Probablemente el lugar más conocido de esta localidad sea el Real Monasterio de Santa María de El Paular, la I Cartuja del reino de Castilla, fundada a finales del siglo XIV. Durante siglos, en este espectacular ejemplo de arquitectura gótica los monjes fabricaron papel a través de un batán. Los tesoros artísticos que cobija el monasterio han aumentado con la restauración y reubicación de la colección de 54 cuadros y murales realizados entre 1626 y 1632 por el artista barroco Vicente Carducho.
Muy cerca de la Cartuja, está el Bosque Finlandés, lugar mágico por el que pasear tranquilamente, escuchando los sonidos de la naturaleza, libre de ruidos urbanos, y respirando la paz de un aire puro apartado de la civilización. Para llegar a este insólito lugar, primero es necesario cruzar el viejo Puente del Perdón, llamado así porque en ese lugar los reos tenían la posibilidad de apelar su sentencia por una última vez e intentar cambiar su condena.
Únicas, pero con mucho en común
Cada una de estas cuatro villas tiene una personalidad propia que las hace únicas, pero también una serie de rasgos compartidos, como el exuberante entorno natural en el que se encuentran emplazadas. “A todas les une un agradable paseo por sus calles escuchando el agua de sus ríos, arroyos, cascadas y la historia de sus castillos, iglesias, casas solariegas o calle empedradas, mientras el olor a asado te obliga a decidir en qué restaurante vas a sentarte a degustarlo”, recuerda Elena Rubio.
Toda la comarca destaca, en efecto, por la excelente gastronomía que puede degustarse en sus numerosos restaurantes
Y es que toda la comarca destaca por la excelente gastronomía que puede degustarse en sus numerosos restaurantes. Una oferta que se caracteriza por el uso de productos locales cocinados al modo tradicional, desde carnes asadas al horno de leña, hasta legumbres, la pesca de rio, las setas, las hortalizas de los huertos o la miel, entre otros muchos.
En suma, en estas cuatro villas, comenta la coordinadora de Turismo de Sierra Norte, se puede disfrutar de “la tranquilidad de unos pueblos en los que la autenticidad de lo rural convive con la evolución de la experiencia turística que, con gran profesionalidad, los pequeños alojamientos rurales con encanto, los restaurantes, los productores locales de queso, miel o vino y las empresas de actividades, ofrecen a quienes se acercan a descubrir la belleza de estos grandes tesoros escondidos en medio de la naturaleza”.
Más información: www.turismomadrid.com