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Presbicia, qué hacer cuando tu ojo pierde agilidad al enfocar

La presbicia, o vista cansada como se la conoce coloquialmente, es un proceso que surge con la edad. Consiste en la pérdida de la capacidad o la agilidad del ojo

  • La presbicia comienza a aparecer a partir de los 40 años.

La presbicia, o vista cansada como se la conoce coloquialmente, es un proceso que surge con la edad. Consiste en la pérdida de la capacidad o la agilidad del ojo para cambiar el enfoque de lejos a cerca. Aunque tanto el ritmo de dicha pérdida como el inicio de la misma varían para cada persona, es a partir de los 40 cuando de forma progresiva vamos perdiendo esa capacidad de enfocar de cerca.

Así lo explica el doctor Nabil Ragaei Kamel, jefe de Servicio de Oftalmología de los Hospitales Quirónsalud San José, Quirónsalud Marbella y Quirónsalud Toledo, quien pone de ejemplo el momento en el que intentamos leer o enfocar objetos cercanos y no podemos hacerlo con tanta claridad como antes.

“La presbicia implica retirar el punto de enfoque cada vez más lejos hasta que llega un momento en el que no se puede enfocar sin ayuda óptica, como las gafas, o bien mediante una corrección quirúrgica”, subraya el experto.

A medida que el ojo envejece, la lente del cristalino pierde flexiobilidad.

Pero, ¿por qué sucede? La Sociedad Española de Oftalmología (SEO) recuerda que el cristalino es la lente natural que tenemos dentro del ojo y, que a medida que éste envejece, su composición va modificándose, se vuelve rígido y menos flexible que en la juventud. “Todo ello deriva en una disminución o pérdida de su función de enfoque, que se denomina presbicia”, apostilla la sociedad científica.

Más concretamente, el doctor Ragaei Kamel dice que la presbicia se origina por cambios fisiológicos en el cristalino del ojo que afectan al músculo ciliar, que es el que permite la acomodación, que pierde elasticidad y no es capaz de realizar su función.

A medida que el ojo envejece, el cristalino se vuelve más rígido y pierde capacidad de enfoque

Sobre sus síntomas, desde la SEO apuntan a dificultad para leer de cerca y a enfocar objetos que se encuentran a escasa distancia, habitualmente a menos de un metro. “El paciente suele notar dificultad para leer, que mejora a medida que aleja el papel de la cara. En ocasiones la presbicia empieza manifestándose como mayor lentitud en cambiar el foco de cerca a lejos o viceversa”, destaca la sociedad científica.

Además, advierte que si el esfuerzo de enfoque que se realiza para intentar ver con nitidez es constante y sostenido, la presbicia no corregida puede derivar también en cefaleas o fatiga, así como en cansancio visual, sobre todo más perceptibles al final del día.

¿Podemos prevenir la presbicia?

En este punto, el especialista de Quirónsalud reconoce que no hay posibilidad de evitar, ni tampoco de prevenir, la presbicia. Es un proceso fisiológico natural del cuerpo, si bien precisa que varía de una persona a otra. “Dependiendo de la graduación de cada paciente este proceso se inicia más pronto o más tarde; por ejemplo, los hipermétropes la sufren antes y los miopes más tarde”, aclara.

La SEO añade en este sentido que nadie está exento de desarrollarla al tratarse de un proceso natural del envejecimiento del cuerpo, al mismo tiempo que detalla los siguientes factores que influyen en su desarrollo: la genética de cada persona y el envejecimiento individual; la actividad diaria habitual del paciente, de forma que quienes dedican largas jornadas leyendo o en el ordenador suelen desarrollarlo antes. Las personas con miopía previa tienen una tendencia a la presbicia más tardía que los hipermétropes o los emétropes (quienes nunca han precisado gafas para ver).

Tratamientos para combatir la presbicia

Entre los tratamientos para combatir la presbicia o vista cansada, el doctor Nabil Ragaei Kamel indica en primer lugar que puede corregirse a través de la utilización de gafas (sean para lectura o trabajos de cerca), o bien por medio de gafas con lentes progresivas. Las lentes de contacto, que también pueden ser progresivas, serían la segunda opción para corregir la presbicia, según prosigue, si bien afirma que, en ocasiones, son difíciles de adaptar para algunos pacientes.

Ventajas de la corrección quirúrgica

“Y por supuesto está la corrección quirúrgica, en la que reemplazamos el cristalino deteriorado con una lente intraocular premium que tiene varios focos y corrige la visión para ver de lejos, de forma intermedia, así como de cerca”, asegura.

El oftalmólogo mantiene que se trata de una cirugía “corta y sencilla”, y con “muy buenos resultados”, aunque ve fundamental un estudio previo del paciente y una buena selección del caso. “Obviamente, este tipo de tratamiento quirúrgico ofrece la ventaja adicional de que permite prescindir de las gafas”, añade el experto de Quirónsalud.

Otra de sus ventajas, defiende, es que es una cirugía de muy bajo riesgo, “prácticamente nulo”, así como “muy alto porcentaje de éxito”, siempre que se haya realizado un adecuado estudio previo y selección de cada caso.

Las personas con miopía previa tienen una tendencia a la presbicia más tardía que los hipermétropes o los emétropes (quienes nunca han precisado gafas para ver)

Además, el doctor Ragaei Kamel destaca que los resultados son permanente, aunque puede haber cambios “mínimos con el tiempo”, si bien subraya que es “muy poco probable” y no suelen ser significativos.

En este punto, el doctor indica que este tipo de tratamiento es idóneo para aquellos pacientes cuyo trabajo requiere el cambio constante de enfoque: por ejemplo, personas que realizan trabajo administrativo, que implica el uso y la lectura continuada de papeles, pantallas y atención a personas de forma simultánea.

Sin embargo, el jefe de Servicio de Oftalmología de los Hospitales Quirónsalud San José, Quirónsalud Marbella y Quirónsalud Toledo lamenta que hay otro tipo de pacientes en los que no resulta tan recomendable, como pueden ser los conductores nocturnos, dado que se puede dar fenómenos de deslumbramiento. “Aunque en la mayoría de los casos estos fenómenos desaparecen con el tiempo”, resalta.

Además, indica que las lentes se adaptan de forma personalizada a cada paciente, aunque no todos los casos son susceptibles de ellas. Por ejemplo, el especialista avisa de que en aquellos pacientes con patología corneal o retiniana puede ser motivo para que esté contraindicado. “En todo caso, es fundamental realizar un estudio específico y exhaustivo a cada paciente para analizar si es susceptible de este procedimiento”, agrega.

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