Los virus son microorganismos que infectan las células y provocan enfermedades, están compuestos de material genético, es decir de ADN o ARN. El ADN de una célula contiene instrucciones para que ésta realice su función, es decir, que las células sanas crezcan, se multipliquen y mueran a una velocidad determinada. El mecanismo por el cual los virus pueden producir tumores ocurre porque cuando un virus infecta una célula produce cambios en su ADN que hacen que las instrucciones no lleguen adecuadamente por lo que las células se desarrollan sin control y no mueren. Estas células anormales que crecen descontroladamente se acumulan en los tejidos formando un tumor, son células cancerígenas. Podemos decir que los virus secuestran e invaden las células sanas y las utilizan para hacer copias de ellos mismos y provocar enfermedades que pueden ser leves o muy graves. Cada virus infecta un tipo de célula concreto, por ejemplo, el virus de la hepatitis afecta a las células del hígado, el del VIH a cierto tipo de célula del sistema inmunitario.
El mecanismo por el cual los virus pueden producir tumores ocurre porque cuando un virus infecta una célula produce cambios en su ADN, por lo que las células se desarrollan sin control y no mueren
Existen muchos virus en el mundo que se propagan a través de partículas que expulsa una persona infectada al respirar, toser o estornudar, al tocar superficies que contiene el virus y luego tocarse los ojos, la nariz o la boca y a través del contacto sexual, bien sea sexo vaginal, anal u oral, con alguien que tenga la infección vírica. Entre los virus de transmisión sexual está el Virus del Papiloma Humano (VPH), que infecta las mucosas genitales y orales. Existen más de doscientas variedades de VPH pero sólo unos pocos tienen un elevado potencial oncológico y pueden provocar cáncer de cérvix, de vagina, de vulva, de ano, de pene y orofaríngeo, de la parte posterior de la lengua, el paladar, la garganta y las amígdalas. El cáncer de cérvix o de cuello uterino, es una de las principales causas de muerte en mujeres en países en vías de desarrollo. “El virus del papiloma humano es una infección común de transmisión sexual que afecta a hombres y mujeres y aunque la mayoría son infecciones inofensivas y desaparecen por sí solas, algunas cepas de este virus están relacionadas con problemas de salud más serios incluido el cáncer de cérvix” explica el doctor Víctor Martín ginecólogo especialista en cirugía oncológica del Hospital Quirónsalud Valencia.
Muchas personas infectadas por el VPH no saben que tiene la infección porque no siempre se desarrollan verrugas genitales, uno de los síntomas que provoca este virus pero, aunque no se presenten síntomas, el virus sigue latente en el organismo y por tanto, la persona que lo tiene puede transmitirlo a otros individuos sin saberlo, provocando en la persona que contagia desde verrugas genitales hasta algunos tipos de cáncer. Por eso, para prevenir la propagación de este virus, es importante vacunarse. La vacuna contra el virus del papiloma humano protege de la infección de ciertas cepas del VPH. “La vacuna está diseñada para proteger contra las cepas del VPH que son más propensas a causar cáncer y se recomienda para niños y niñas adolescentes antes de que tengan contacto sexual. La vacunación podría disminuir en más de un 95 por ciento la aparición de lesiones precursoras graves y cáncer de cérvix” añade el doctor Martín.
La vacuna está diseñada para proteger contra las cepas del VPH que son más propensas a causar cáncer y se recomienda para niños y niñas adolescentes antes de que tengan contacto sexual"Víctor Martín ginecólogo especialista en cirugía oncológica del Hospital Quirónsalud Valencia
Los médicos aconsejan que todos los chicos y las chicas se vacunen del VPH a partir de los 9 a 11 años y hasta los 26. Asimismo, para detectar cambios celulares anormales en fases precoces, se recomienda realizar pruebas de detección de forma regular como una citología cervical o pruebas de VPH. “En la Comunidad Valenciana la vacunación está cubierta por la Seguridad Social para los niños y las niñas a los 12 años, para pacientes portadoras de lesiones cervicales precancerosas de alto grado que han sido intervenidas mediante conización cervical (un procedimiento para extraer un trozo, en forma de cono, de tejido anormal del cuello uterino), para pacientes VIH positivo y para varones homosexuales hasta los 26 años”, continúa explicando el ginecólogo especialista en cirugía oncológica.
Como es lógico, la vacuna no es una protección eficaz al cien por cien de contraer la infección del virus del papiloma humano y por lo tanto la enfermedad que provoca. Por este motivo, es fundamental continuar haciendo revisiones ginecológicas rutinarias. Tan importantes son las revisiones que la Organización Mundial de la Salud, OMS, en noviembre de 2020 inició la campaña para acabar con el cáncer de cuello uterino llamada “Estrategia 90-70-90”. Esta campaña pretende que para el año 2030 el 90 por ciento de las niñas estén vacunadas del VPH antes de los 15 años de edad. El 70 por ciento de las mujeres antes de los 35 años estén revisadas y después, antes de cumplir los 45 se hayan podido hacer una prueba de precisión. Y el 90 por ciento de las mujeres con lesiones de alto riesgo o con cáncer estén diagnosticadas y tratadas. Con este programa de la OMS prácticamente el cáncer de cuello uterino estará erradicado en pocos años.