Canarias

El despliegue de Frontex en Canarias no significa que bajen los cayucos: el caso de Cabo Verde

Este es el primer país subsahariano que hizo un acuerdo con EE.UU recibirá deportados de su diáspora americana en breves fechas

  • Puerto de Mindelo, Cabo Verde

El comisario europeo de Interior y Migraciones, Magnus Brunner, se traslada el 17 de febrero a Madrid para saber la opinión del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, sobre qué papel quiere adoptar España con el despliegue o no de la Agencia Europea de Fronteras (Frontex) en las islas Canarias para frenar la llegada de cayucos a las islas. 

El ministro del Interior, como adelantó Vozpópuli, quiere esa presencia en el mar. Pero España formalmente no lo ha pedido en la lógica de lo que le ha transmitido Mauritania, por ejemplo: que vayan al desierto a controlar los pasillos de esa porosa frontera en la que se mueven hasta mafias policiales africanas. El presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, al igual que el PP de Núñez Feijóo quieren un despliegue europeo en esas áreas. Senegal no quiere agentes de Frontex.

Esto último dependerá del nivel de gasto y exposición por seguridad que la UE quiera asumir. En todo caso, Clavijo ha dicho a finales de enero que el despliegue de Frontex no significa que no vayan a seguir llegando cayucos, como pasa en Cabo Verde.

En África occidental Frontex opera en Cabo Verde, único territorio, además de Nigeria, ambos estratégicos para la UE, donde opera este cuerpo de seguridad fronterizo. Cabo Verde se enfrenta no solamente a problemas migratorios sino a otros como el tráfico de narcóticos y eso tiene a los servicios de seguridad mucho más ocupados. Clavijo admite: que haya Frontex en Canarias no significa que dejen de llegar cayucos.

Según el Censo de 2021 de la Encuesta de Población Extranjera e Inmigrante (2022), realizada por la AAI y el Instituto Nacional de Estadística (INE) de Cabo Verde, en Cabo Verde residen 10.869 inmigrantes y extranjeros, lo que representa el 2% de la población. La mayoría se concentra en las islas de Santiago (44%), Sal (21%), Boa Vista (12%) y São Vicente (11%), y el resto (12%) se distribuye entre las demás islas.

Y es que en 2024, Cabo Verde ha experimentado un fuerte aumento de llegadas de migrantes en embarcaciones, en su mayoría con destino a Canarias, el destino de la UE más cercano al que pueden intentar llegar. Decenas de ellos llegaron a la isla de São Vicente; mientras que en 2023, de los que sobrevivieron al viaje, 38 llegaron a Sal y 90 a Boa Vista. Para un país de poco más de medio millón de habitantes, las Unidades Locales de Inmigración (ULI) de Cabo Verde se han convertido en agentes de la seguridad de estos migrantes y de la integración de los que se quedan.

Inicialmente creadas como centros centralizados para mejorar el acceso de los migrantes a la información y a los servicios públicos y facilitar su integración, las ULI han trascendido su papel en la intersección de los actores migratorios públicos e institucionales en la esfera de la integración, sirviendo como vínculo entre las autoridades públicas, la sociedad civil y las comunidades migrantes en Cabo Verde, en los esfuerzos de rescate y asistencia a los migrantes.

Las ULI se establecieron en diciembre de 2021 en el marco del proyecto Fortalecimiento de la Integración de los Migrantes mediante la Cooperación entre Portugal y Cabo Verde ( Coop4Int ), y fueron financiadas por la UE a través del Mecanismo de Asociación para la Migración (MPF) del ICMPD. Operan en las ciudades de Boa Vista, Sal, Santa Catarina de Santiago y São Vicente, en estrecha colaboración con los ayuntamientos y la Alta Autoridad de Inmigración (AAI), institución nacional que supervisa la implementación de las políticas de integración.

Una consecuencia significativa e imprevista de las ULI ha sido su papel en el apoyo a los migrantes que llegan en barco. Facilitan los rescates y coordinan la ayuda para los migrantes en peligro, y trabajan en estrecha colaboración con instituciones nacionales y locales, organizaciones internacionales y comunidades locales y de migrantes. A la hora de acoger a los migrantes, "movilizamos a los dirigentes de la comunidad maliense, que se comunicaron con los recién llegados y les dieron una sensación de consuelo y seguridad. Esto fue importante, ya que se trataba de menores y jóvenes adolescentes, señala Ivan Rocha, funcionario local de la ULI de San Vicente.

Los efectos del papel de las ULI en las labores de rescate en las islas han proporcionado lecciones invaluables en la gestión de crisis y la coordinación de la respuesta a emergencias y han subrayado la importancia de diseñar estructuras institucionales con previsión. "Esta agilidad está arraigada en el ADN institucional de las ULI, necesaria para adaptarse a entornos impredecibles y de rápida evolución, especialmente en un ámbito dinámico y de rápida evolución como la migración", subraya Rocha.

Los agentes migratorios del país reconocen que las ULI son indispensables y siguen siendo un elemento esencial en los contextos migratorios de emergencia y no emergencia en Cabo Verde. Su evolución constante está estrechamente vinculada al progreso de Cabo Verde en la gestión eficaz de la migración como país situado en una encrucijada estratégica entre África occidental y Europa, en particular aquellos que realizan el peligroso último esfuerzo para cruzar el Atlántico rumbo a Canarias.

Además de cayucos perdidos que acaban en sus costas tras salir de Mauritania o Senegal, Cabo Verde tiene un nuevo frente que atender: 314 caboverdianos tienen orden de deportación inmediata de los EE.UU. El primer ministro, Ulisses Correia e Silva, ha afirmado que su gobierno es consciente de la posibilidad de repatriaciones masivas de ciudadanos caboverdianos que residen ilegalmente en los Estados Unidos por las políticas migratorias del presidente Donald Trump, y asegura que el país está preparado para recibirlos. La diáspora de Cabo Verde en Estados Unidos rivaliza con la población actual de las islas, de 611.000 personas, mientras que aproximadamente 3.000 ciudadanos estadounidenses residen ahora en las nueve islas habitadas que conforman la nación archipiélago.

Estados Unidos y Cabo Verde tienen fuertes raíces históricas que se remontan a las rutas balleneras del siglo XVIII. La tradición de emigración a Estados Unidos comenzó en esa época y continúa hoy en día, concentrándose principalmente en Massachusetts y Rhode Island. El primer consulado estadounidense en el África subsahariana se inauguró en lo que hoy es Cabo Verde en 1818, y Estados Unidos estableció relaciones diplomáticas con Cabo Verde en 1975, tras su independencia de Portugal. Cabo Verde es una de las historias de éxito de África y un socio importante de Estados Unidos en África occidental.

Estados Unidos lleva a cabo entrenamientos y ejercicios, y comparte información para fortalecer la capacidad de Cabo Verde de interceptar embarcaciones marítimas sospechosas de realizar actividades ilícitas, reunir pruebas y enjuiciar a los traficantes, así como llevar a cabo operaciones de búsqueda y rescate. El Departamento ha brindado capacitación y materiales a los funcionarios penitenciarios de Cabo Verde para mejorar la gestión, la seguridad y las condiciones de derechos humanos en los centros penitenciarios de Cabo Verde. Para fortalecer la cooperación bilateral en materia de aplicación de la ley, en 2018 el Departamento inició una asociación entre la Policía Nacional de Cabo Verde y el Departamento de Policía de Boston, cuya jurisdicción incluye una gran comunidad de diáspora caboverdiana.

Apoya TU periodismo independiente y crítico

Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación Vozpópuli
La Fatwa de Mauritania contra la inmigración que no bendice en Canarias la Santa Sede
Ofensiva del Gobierno canario para acabar con las banderas de conveniencia en los buques de las islas