Hace unas semanas, cuando el astronauta Scott Kelly envió las imágenes de la planta zinnia a la Tierra parecía todo perdido. El agua se estaba acumulando sobre las hojas y tallos y muchos de los tejidos estaban muriendo. Las plantas podían morir si no hacían algo pronto. Los responsables de la NASA tomaron entonces dos decisiones: aumentar la potencia del ventilador del invernadero de la Estación Espacial Internacional (ISS) para intentar detener el daño y darle a Scott Kelly plenas facultades para tomar las riendas de la situación y convertirse en el primer jardinero autónomo de la historia espacial.
Con la experiencia adquirida en el cultivo de la primera lechuga espacial, Kelly comenzó a tomar decisiones y a tratar de salvar las plantas. La primera medida fue coger unas tijeras y podar los tejidos dañados para sanearlas. Aunque un par de ejemplares murieron y fueron enviados a la Tierra para su análisis, su trabajo empezó a dar los primeros resultados y a principios de enero las plantas supervivientes ya tenían mejor aspecto. Este domingo, a través de las redes sociales. Kelly y sus compañeros compartían las imágenes de una preciosa flor naranja de zinnia, la primera flor en el espacio.
"Aunque las plantas no han crecido perfectamente", asegura Gioia Massa, responsable del módulo vegetal de la NASA, “creo que hemos ganado mucho con esto, y estamos aprendiendo mucho tanto sobre las plantas y los fluidos como sobre cómo trabajar mejor entre el personal de la estación y el control de Tierra". El pasado mes de agosto, el astronauta Scott Kelly y sus compañeros consiguieron cultivar la primera lechuga espacial y la incluyeron como parte de su menú, todo un éxito en la carrera por aprender a cultivar en el espacio. "La planta zinnia es muy diferente de la lechuga", explica Trent Smith, otro de los responsables del programa. "Es más sensible a los parámetros ambientales ya las características de la luz. Tiene un periodo de crecimiento más largo, entre 60 y 80 días. El hecho de que sea más difícil plantarla, que crezca y florezca, lo hace un buen precursor de una planta de tomate".
Durante las últimas dos décadas, los científicos han realizado todo tipo de experimentos para estudiar el crecimiento de las plantas en el espacio y han observado que se producen algunas alteraciones a nivel celular y que la ausencia de gravedad provoca algunas diferencias. Estas variaciones, como el cambio de respuesta a la luz o la forma en que crecen las raíces, podrían ser determinantes en el desarrollo de futuros cultivos que permitan a los astronautas cultivar sus propios alimentos en viajes de larga duración o colonias espaciales, y pueden servir a los científicos para mejorar aspectos concretos de su desarrollo también en la Tierra.
Scott Kelly recibió vía libre para hacerse cargo de las plantas de forma autónoma
La intención de la NASA es conseguir cultivar frutas y verduras en el espacio para que los astronautas tengan una fuente de alimentos frescos en futuras misiones espaciales de larga duración. Los equipos de psicólogos de la agencia también afirman que la presencia de plantas puede mejorar el estado de ánimo de las tripulaciones, algo vital en viajes tan largos como el que les llevaría a Marte en un futuro.
*NOTA DEL EDITOR: A pesar de que la NASA comunicó que se trataba de la "primera" flor en el espacio parece que ha habido al menos dos florecimientos anteriores en órbita. Lamentamos la confusión pero, oye, la flor es bonita ?