La Luna lleva millones de años recibiendo un bombardeo continuo de partículas procedentes de la Tierra, y más concretamente por los elementos producidos por la vida en nuestro planeta. Esta es la principal conclusión de un trabajo publicado esta semana en Nature Astronomy por el equipo del japonés Kentaro Terada, que también asegura que el suelo lunar podría conservar un potencial registro de los cambios sufridos por la atmósfera terrestre.
El trabajo se basa en las lecturas realizadas por la sonda lunar Kaguya durante los periodos de cinco días por cada ciclo lunar en que nuestro satélite queda protegido de la radiación solar por el escudo magnético de la Tierra. Es precisamente durante estos momentos cuando el 'viento terrestre' alcanza la Luna trasportando iones de oxígeno que quedan sobre una capa de una micra de espesor sobre el terreno lunar. Los autores, que han detectado estas partículas y han confirmado que llegan iones de otros elementos como nitrógeno, aseguran que este proceso se lleva produciendo de forma continua durante los últimos 2.500 millones de años.
Debido a que la mayor parte del oxígeno terrestre es generado en la biosfera, Terada y sus compañeros aseguran que la Luna ha sido continuamente “contaminada” por productos derivados de la vida en la Tierra durante su historia. Esto significa también que la Tierra podría haber dejado un registro histórico de sus cambios, aunque advierten de que diferenciar los efectos producidos por los vientos terrestre y solar sería muy difícil.
Referencia: Biogenic oxygen from Earth transported to the Moon by a wind of magnetospheric ions ( Nature Astronomy) DOI 10.1038/s41550-016-0026