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Un bonito Clásico acaba con una victoria culé que sabe a campeonato liguero (2-1)

El Real Madrid necesitaba ganar el Clásico para acercarse en la clasificación a los culés. Los goles fueron de Araújo en propia meta para los blancos y de Kessie para los azulgrana

El FC Barcelona se lleva un Clásico enrarecido que sabe a victoria liguera en el bando culé. Con este resultado, los de Ancelotti se ponene a 12 puntos de los azulgrana y ya sí, de forma definitiva, tienen el 'goal-average' perdido de cara a la recta final de LaLiga. Un gol de Araújo en propia puerta fue contrarrestado por un tanto de Sergi Roberto al filo del descanso y sentenciado, finalmente, con un gol de Kessie.

El partido comenzó con un alto nivel de intensidad, con un Barcelona muy enchufado y con más capacidad para crear ocasiones. Pese a ello, el primero en probar si el portero había calentado fue el Real Madrid a través de Benzema y un tibio disparo que paró Ter Stegen con cierta facilidad.

Los ataques del Barcelona llevaban más veneno y exigieron el máximo a Courtois. El belga sacó dos buenas manos, la primera ante un disparo de Lewandowski y después, para despejar un cabezazo de Raphinha. Mientras, el Madrid trataba de ir al ataque, pero de una forma mucho más tímida.

En una de esas llegadas, la suerte se alió con el Real Madrid: una jugada con poco peligro de Vinicius acabó con un centro del brasileño sin demasiado futuro. Pero el balón se encontró con la cabeza de Araújo para acabar besando la red de la portería azulgrana. Sin comerlo ni beberlo, los de Ancelotti se encontraron con un marcador a favor.

El gol sentó como un jarro de agua fría a los culés: la grada, enfervorecida en los primeros minutos, bajó el tono y los futbolistas rebajaron el nivel de intensidad. Pese a ello, tuvieron ocasiones para empatar el partido durante toda la primera parte. El más peligroso, Raphinha, que puso en serios aprietos a Courtois.

El Real Madrid celebra el tanto en propia puerta de Araujo | EFE

Pese a ello, no fue el brasileño quien anotó el empate: Sergi Roberto, la gran novedad en el once de Xavi, fue el encargado de encontrarse un balón trastabillado en el área grande para batir a Courtois con un bonito disparo. No dio tiempo para más: tras la celebración, De Burgos Bengoitxea marcó el final de la primera mitad.

La anécdota de la primera parte la dejó la grada, que miró con lupa cualquier decisión arbitral. Una falta de Nacho sobre Raphinha encendió a la grada, que cantó "así gana el Madrid". Irónico, teniendo en cuenta la que tiene liada el club en los despachos con el caso Negreira.

En la primera parte, el gran duelo lo tuvieron, como ha ocurrido en los Clásicos anteriores, Vinicius y Araujo. Y en el inicio de la segunda mitad, ocurrió lo mismo: en el primer gran lance, Vinicius le ganó la línea de fondo y puso un buen balón atrás que no encontró rematador.

En uno de los Clásicos más divertidos de los últimos tiempos, ambos equipos buscaron con constancia la portería rival. Mientras el Madrid dio la sensación de dominio mientras fue por delante, en la segunda parte todo se igualó. El Madrid, consciente de que Laliga se le podía ir, buscaba la portería de Ter Stegen todo el tiempo. Los culés jugaban a esto mismo con el objetivo de poner una distancia casi insalvable con su principal perseguidor.

Ancelotti trató de mover el avispero introduciendo a uno de sus jugadores más prolíficos: Rodrygo. Además, introdujo a Mendy, que como lateral tiene más recorrido que Nacho. Precisamente en atacante brasileño tuvo una clara, tras una mala combinación entre Busquets y Sergi Roberto en la frontal de su propia área. Antes, Lewandowski puso en apuros a Courtois interceptando un despeje.

A falta de veinticinco minutos y tras un partido repleto de intensidad, ambos equipos comenzaron a cometer más errores. Para muestra, un botón: una mala salida de balón del Madrid acabó con un peligroso centro que fue despejado 'in extremis' por Valverde. El cansancio también produjo que el partido se partiera: para correr hacia delante no había problema, pero ya costaba hacerlo para atrás. Esto benefició al Barcelona, que llevó todo el peligro en esta fase del partido.

A falta de quince minutos, Ancelotti decidió revolucionar su once con un triple cambio: quitó a Modrid, Camavinga y Valverde para dar entrada a Tchouaméni, Ceballos y Asensio. Por su parte, Xavi quitó al autor del gol, Sergi Roberto, para que jugase Kessie.

La maniobra del técnico italiano dio sus frutos: Marco Asensio aprovechó un centro trastabillado de Carvajal para batir por bajo a Ter Stegen. Después, llegó el VAR: el tanto del mallorquín fue anulado por el videoarbitraje por fuera de juego. Costó tomar una decisión, porque el madridista estaba adelantado por centímetros. Fiesta culé tras ver cómo los blancos se adelantaban a poco del pitido final.

Los últimos minutos se convirtieron en un auténtico correcalles, circunstancia que aprovechó bien Kessie, el héroe del partido: el centrocampista se encargó de romper de golpe las esperanzas del Real Madrid. Apareció en el segundo palo para anotar por bajo a Courtois tras un buen centro del canterano Balde. Un gol que sabe a campeonato liguero. El partido acabó de la peor manera: con una tangana entre futbolistas blancos y culés, fruto de la tensión del partido. Un feo fin de encuentro para un choque de esos que hacen afición en LaLiga.

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