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España se convierte en la reina del fútbol en Sidney y levanta su primer Mundial femenino

El combinado español, con un solitario tanto de Olga Carmona, se impone a Inglaterra para entrar en el olimpo del balompié femenino

España alcanza la gloria y levanta por primera vez en su historia un Mundial de fútbol femenino. Con Carmona como heroína también en la final, el combinado español consiguió llevarse el partido con un solitario tanto de la lateral zurda y vengarse así de Inglaterra, que apeó a España de la pasada Eurocopa para posteriormente ganarla.

España e Inglaterra han dado en esta final una lección de por qué el fútbol femenino tiene futuro. Un partido vibrante desde el minuto uno, con ocasiones para ambos combinados y sin miedo de ir al ataque. Tras una primera toma de contacto, comenzaron las 'hostilidades', siendo el conjunto inglés el primero en tener una ocasión clara: una buena combinación terminó con el balón estrellado en el larguero.

España contestó con la mejor acción de España: una bonita jugada termina con un centro lateral que Alba Redondo, con toda la portería para sí, disparó 'al muñeco'. Este susto pareció intimidar a las inglesas, porque España comenzó a tener una mayor posesión de balón. Con el dominio de la pelota, al combinado británico le quedaba apostar por un ataque más vertical, aunque con poco éxito en la primera parte.

La protagonista de la primera parte fue Olga Carmona. La lateral, que durante los cuarenta y cinco minutos demostró ser un puñal por la banda izquierda, encontró petróleo en una de sus incursiones. En el minuto treinta ganó la espalda a su marca y se sacó un fuerte disparo raso cruzado ante el que nada pudo hacer Earps, la portera inglesa. La primera heroína de la noche.

El tanto no sirvió como espaldarazo para las jugadoras inglesas, a quienes el gol les sentó como un jarro de agua fría: en el resto de la primera parte no encontraron la forma de acercarse a la portería defendida por Cata Coll. Mientras tanto, España a lo suyo: dominio con Jenni Hermoso batuta en mano, posesión y jugadas de peligro. En la última jugada antes del descanso, Salma casi hace el segundo: un remate raso se estrelló en el palo.

Sarina Wiegman, seleccionadora inglesa, quiso cambiar la imagen de su equipo con dos sustituciones al descanso y un cambio de esquema más ofensivo. Pese a ello, la actual campeona de Europa no consiguió un impacto inmediato en su juego: España encontró facilidades para recuperar la pelota muy cerca del área rival. Uno de estos robos terminó con Mariona disparando desde la frontal del área que exigió estirarse a Earps para evitar el segundo tanto español.

Pese a ello, Inglaterra comenzó a aumentar la agresividad en su juego, presionando mucho más arriba para tratar de crear problemas a la defensa española. Pese a ello, no tuvieron ocasiones de demasiado peligro gracias al buen trabajo defensivo del equipo dirigido por Jorge Vilda. Pese a que las inglesas exigían un mayor esfuerzo atrás, España no dejó de mirar hacia la portería contraria. Cerca estuvo Aitana de anotar el segundo con un potente disparo desde fuera del área.

En el minuto 68, una jugada en el área inglesa acabó en mano. Una jugada que no vio la colegiada y exigió que esta fuese a verla al VAR, una acción que le llevó un tiempo excesivo. La encargada de lanzarlo fue Jenni Hermoso, cuya ejecución dejó mucho que desear: golpeó despacio, abajo y marcando en exceso sus intenciones. Pese a ello, el penalti debió ser repetido, ya que Earps adelantó su posición en el momento del disparo. La parada fortaleció la moral inglesa, que pasaron de verse desahuciadas a estar a un gol del empate. Con más coraje que fútbol, el combinado británico comenzó a cercar la portería de Coll.

En los últimos minutos hubo muchos nervios y poco fútbol: muchos balones divididos y pocas combinaciones, con las inglesas intentando llegar sin éxito a la portería de Coll mientras España encontraba en Salma Paralluelo y su potencia física un desahogo mediante balones largos.

Cuando todo apuntaba a un descuento plácido la colegiada añadió un descuento de trece minutos: los cambios, dos lesiones y el tiempo que necesitó para pitar el penalti obligaron a poner un insólito tiempo extra. Pese a ello, el combinado español intentó sentenciar: una internada por la banda derecha de Valle hizo que Earps hiciese un auténtico paradón. Dos minutos después, Salma Paralluelo no consiguió embocar un buen centro lateral.

Esas dos jugadas en las que España perdonó el segundo espoleó una vez más a Inglaterra, ya a la desesperada. Pese al empuje inglés, el combinado español no perdió la calma, con una gran fortaleza defensiva y con capacidad para proteger sin grandes dificultades la portería de Coll.

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