Digan lo que digan pilotos, ingenieros o directivos en las declaraciones oficiales de rigor, la realidad de McLaren Honda quedó dibujada con resignado dramatismo en el gesto de Fernando Alonso cuando presenció la retirada de su compañero Jenson Button de la carrera de Bahréin por una avería.
El español, lesionado, presenciaba la carrera por los monitores y, al ver cómo el coche del inglés se quedaba tirado en la pista, torció el gesto y cerró los ojos en inconfundible señal de contratiempo.
El McLaren Honda de Button se queda sin el MGU-K #F1 pic.twitter.com/RHurg4PIQa— Ⓕ① Club (@formulaoneclub) 3 de abril de 2016
Luego se supo, por boca del propio director del equipo, Eric Boullier, que el motor de Button se rompió y ha quedado inservible. Jenson tendrá que utilizar la segunda unidad de potencia. Tanto a él como a Alonso sólo le quedan cuatro de los cinco motores permitidos sin sanción. Y faltan 19 grandes premios. Un desastre.
La buena actuación del joven (23 años) debutante Stoffel Vandoorne -sustituto de Alonso- y el mísero primer punto obtenido por él para el equipo anglo-nipón no pueden tapar en modo alguno que el coche no carbura como debiera.
Por supuesto, ha mejorado respecto al año pasado -sólo faltaba que no fuera así-, pero como los demás también han evolucionado, la diferencia respecto a los de arriba sigue siendo demasiado grande. Y, como llueve sobre mojado, mucho más desmoralizante.
Encima está Haas, la nueva escudería norteamericana que debuta este año y en sólo dos carreras ya se atreve incluso a soñar con el podio. Suman 18 puntos y tutean con soltura a la clase media de la parrilla.
Es cierto que los coches de Grosjean y Gutiérrez son dos réplicas de los Ferrari -con la controversia que eso está provocando en el paddock-, pero había que fabricarlos desde cero. Evidentemente, es mucho más fácil copiar un bólido ya hecho -motor incluido- que poner en marcha un proyecto nuevo, pero de dos colosos como McLaren y Honda se esperaba más. Mucho más.
La única esperanza, cada día menos creíble, es aferrarse al anuncio hecho por los propios responsables del equipo respecto a su mejoría cuando lleguen a Europa. De lo contrario, el segundo fiasco consecutivo de McLaren será mucho más duro que el del año pasado.