Irán ha condenado a muerte a un campeón de boxeo de la ciudad de Mashhad llamado Mohammad Javad Vafaei-Sani por su papel en las protestas de 2019, según anunció el Consejo Nacional de la Resistencia Iraní (CNRI), una una voz destacada en la búsqueda de reformas democráticas en Irán.
Mohammad Javad, de 29 años, campeón de boxeo y entrenador en clubes de Mashhad, fue detenido en marzo de 2020 y acusado de incendiar y destruir un edificio penitenciario del gobierno iraní, exponiéndose su primera pena de muerte y sometiéndose a graves torturas físicas y psicológicas.
En diciembre de 2021, la cuarta sección del “Tribunal Revolucionario” de Mashhad ya lo condenó a muerte por cargos de “corrupción en la tierra” e “incendio y destrucción de ciertos lugares, incluido el edificio de la oficina disciplinaria del gobierno”.
Uno de los cargos en su contra fue también el hecho de participar en las protestas de noviembre de 2019, provocadas por un aumento repentino del precio del combustible en Irán.
Irán ejecuta a sus atletas
Esta sentencia de muerte dictada contra Mohammad Javad Vafaei-Sani se produce más de cuatros años después de la ejecución del campeón de lucha libre Navid Afkari, en septiembre de 2020, que provocó las protestas internacionales y en las que se además se solicitaba que se prohibiera a Irán participar en eventos deportivos.
Además, en los últimos año, la República de Irán llevó a cabo ejecuciones contra otros deportistas como Mohammed Mahdi Karmi, poseedor de más de 10 títulos de campeonato de karate y subcampeón nacional, ejecutado el 7 de enero de 2023 por el asesinato de un miembro de la fuerza paramilitar Basij durante protestas en todo el país. Karmi fue condenado a muerte tras negar repetidamente los cargos que se le imputaban y afirmar que lo habían obligado a confesar falsamente.
Otros ejemplos son el de Ali Mozafari, del club de voleibol Saipa, fue asesinado a tiros durante las protestas en la ciudad de Qochan el 21 de septiembre de 2022; o el de Mohammed Ghaemifar, portero de un club de fútbol de la ciudad sureña de Dezful, recibió más de 40 perdigones tras recibir un disparo por la espalda.
A pesar de la alarmante cantidad de ejecuciones y asesinatos perpetrados por el gobierno, por el momento, las organizaciones deportivas internacionales han guardado silencio sobre las violaciones de derechos humanos contra los atletas iraníes.