La cita más reseñable del rugby español en los últimos 80 años, si no en su historia, se celebrará mañana domingo en el estadio José Zorrilla de Valladolid. La final de la Copa del Rey de rugby se disputa entre los dos clubes señeros de la ciudad, VRAC Quesos Entrepinares y El Salvador Silverstorm, y no se le ha ocurrido otra cosa mejor que pedir al Ayuntamiento de la ciudad que se dispue en el campo de fútbol, que es de titularidad municipal. Y al alcalde, el socialista Óscar Puentes, le pareció una oportunidad magnífica para relanzar la imagen de la ciudad.
Con lo que no contaban era con la espectacular respuesta de la afición, que ha agotado las 26.000 entradas que se han puesto en venta en la taquilla. Un hecho sin precedentes en la historia del rugby español. Esta respuesta animó al alcalde de la ciudad a invitar al rey Felipe VI a presidir el encuentro, obteniendo el sí de la Casa Real. Junto a él estarán Soraya Sáez de Santamaría, vicepresidente del Gobierno y vallisoletana, y Pedro Sánchez, el líder del PSOE, partido del alcalde de la ciudad.
Con los clubes involucrados, el Ayuntamiento involucrando a personalidades para presidir el palco y la afición volcada, la cuarta pata de la mesa debería ser la Federación Española de Rugby, que una vez más ha vuelto a quedar en ridículo. ¿Qué ha aportado la institución que preside Alfonso Feijoo? "Tenéis todo nuestro apoyo, además de aportar los 6 balones con los que se jugará la final y las 45 medallas para la entrega tras el partido". Esa es la participación de una FER que lleva años preocupada por la selección senior, que no ha vuelto a un Mundial desde 1999 y pierde posiciones y status en el escalafón europeo y mundial con el paso de los años.
La Federación ha participado aportando 6 balones y 45 medallas. El mérito es de los clubes, con el apoyo del Ayuntamiento de la ciudad.
Sorprende que la FER no haya sido capaz de negociar la retransmisión de la final a través de una cadena de televisión nacional. De hecho, la FER vive de mendigar favores con Teledeporte, el canal deportivo que tutela el Consejo Superior de Deportes, y que ofrece los partios de la selección masculina, habitualemnte en diferido. Así que la final sólo podrá verse por televisión en directo a través de Castilla y León Televisión (CyLa7 y La8). Podría ser televisada en diferido por Teledeporte, algo que depende de una llamada que llegará del CSD con toda seguridad en las próximas horas, si no lo ha hecho ya mientras están leyendo ustedes este artículo.
Otro de los problemas graves que se avecina es la llamada Guerra de las Cervezas. Heineken, como único partner de la Federación, exige hacerse cargo de la venta de cervezas en el tercer tiempo en el estadio José Zorrilla. Pero es Mahou quien tiene el acuerdo comercial de explotación en el estadio, además de la aparición de Estrella de Galicia, espónsor de uno de los finalistas. La marca patrocinadora de la FER está presionando mucho a la Federación, pero a esta hora en la Fan Zone, que se situará fuera del estadio y será el único sitio donde se podrá beber cerveza, habrá carpas de Heineken, Mahou y Estrella de Galicia. Algo que pone en peligro la continuidad de la marca cervecera como espónsor federativo por el agravio que esto le produce. Heineken es el único partner de la FER, después de que se marchase Orange, cansada de los desmanes federativos. Además, la marca de ropa deportiva O'Neills, que viste a la selección y firmó por cuatro temporadas, romperá con toa probabilidad su vínculo este verano, a la finalización de la segunda.
Se vivirá una Guerra de las Cervezas. Heineken, único espónsor de la FER, exige la exclusividad. Pero Mahou, con acuerdos de explotación en Zorilla, y Estrella de Galicia, patrocinador de un finalista, montarán sus carpas también en la Fan Zone
En lo deportivo, este partido será un éxito pase lo que pase. Un éxito de la ciudad de Valladolid y de sus clubes, que llevan años trabajando el rugby desde la base. En ninguna ciudad el deporte oval tiene la tradición y la trascendencia que tiene en el panorama deportivo local. Esta final desbe ser un inicio, un punto de inflexión para el rugby. A buen seguro que lo será en Valladolid y en Castilla y León. ¿Pero lo será en España? En la rueda de prensa de presentación de la final, se le preguntó a Alfonso Feijoo, presidente de la Federación, cómo pensaba aprovechar al visibilidad de esta cita histórica: "Estamos pensando traer un partido de la selección", respondió ante el asombro de la concurrencia. El plan es que no hay plan. Lejos de sumar, saldrán bien librados si la paciencia del presidente de Heineken, un apasionado del rugby, no se agota y dejan a la FER sin espónsors.
Pero más allá de estas intrigas federativas que protagonizan nuestros dirigentes, más propios de los años 80 que del siglo XXI, el domingo el rugby español vivirá el día más ilusionante en muchísimos años. Jamás hubo tanto gente vinculada al rugby en España, jamás hubo tanto niños jugando en las escuelas, jamás se llenó un estadio con 26.000 plazas de capacidad, jamás presidió el Rey una Copa desde 1929. A disfrutar. ¡Salud y rugby!