Deportes

España arranca ante Argelia en busca de repetir aquel inolvidable oro de 2005

La selección española de balonmano es una de las candidatas a pelear por el título en el Mundial del que es anfitrión y que comienza este viernes. Argelia será el primer rival.

Hace siete años, el combinado nacional dio la sorpresa al proclamarse por primera vez campeona mundial en Túnez 2005, con todo lo contrario a lo actual: un seleccionador entonces interino (Juan Carlos Pastor) y un proyecto en marcha que vivió un ciclo con éxitos (plata continental al año siguiente y bronce olímpico en Pekín).

Ese sueño se presenta al alcance, tanto por el potencial del equipo como por la condición de anfitrión, siempre arma de doble filo. Desde este viernes, en Madrid, empieza su camino hacia la gran final del domingo 27 de enero en el Palau Sant Jordi. Hace dos años, en Suecia, España logró un brillante bronce, y en el siguiente Europeo volvió a rozar el podio, finalizando cuarta, por lo que las expectativas, pese a lo sucedido en los Juegos, son altas.

Sin embargo, la tarea no se presenta sencilla por lo ajustado que está todo en el panorama mundial, es decir el europeo, con un puñado de selecciones capaces de batirse por estar en el podio de una gran cita internacional. El último ejemplo fue Londres 2012, donde Francia se volvió a coronar, ante un finalista 'sorpresa' como Suecia, la gran ausencia en este Campeonato del Mundo, con Croacia como bronce y Hungría, a la que los españoles habían arrollado en la fase de grupos, como cuarta.

Aquella cita fue de infausto recuerdo para los hombres de Valero Rivera, apeados en los fatídicos cuartos de final por 'Les Experts', con el polémico gol 'in extremis' de William Accambray, lo mismo que para el otro equipo que, junto a españoles y croatas, había estado en las semifinales del último Mundial y Europeo, el danés, eliminado en la misma ronda por los suecos.

Pero precisamente esa derrota ante los de Claude Onesta puede servir de mayor revulsivo para tomarse la revancha y brillar en casa, donde el apoyo del público puede ser ese plus para cerrar la herida olímpica y acabar con cierta mala suerte que acompaña a España en las últimas citas. En 1996, el país acogió un Europeo, y el combinado nacional respondió con una plata de prestigio.

El camino será complicado de inicio. Rivera eligió un duro grupo en el sorteo del pasado verano y decidió marcharse junto a Croacia, a la que no quería ver ni en 'pintura' en un cruce, y Hungría, un rival con potencial suficiente y con un superclase con Laszlo Nagy. Argelia, con la que abrirá este viernes el torneo (19:00, TDP), Egipto y Australia, son accesibles y deben servir para afinar los últimos ajustes antes de las emociones fuertes.

Además, el formato es nuevo y se ha cambiado la segunda fase de grupos por cruces tras la primera. España debe emparejarse con los conjuntos del Grupo C (Serbia, Polonia, Corea del Sur, Eslovenia, Bielorrusia y Arabia Saudí) y el objetivo es quedar entre los dos primeros para, seguramente, evitar a serbios y polacos. Para ello, será vital el penúltimo choque ante los húngaros, para llegar menos necesitados al cierre con los duros y competitivos croatas, que parecen tenerle tomada la medida al actual bronce mundialista.

Valero Rivera no ha introducido demasiados cambios respecto a los Juegos, manteniendo a nueve, diez si se cuenta a su hijo que estaba como posible recambio, de los que estuvieron en la capital inglesa. Además, tiene a Antonio García (PSG), que se perdió a última hora la cita por lesión, y ha recuperado a todo un veterano como Alberto Entrerríos (Nantes), al que dejó fuera del evento.

La principal novedad es el 'gigante' Ángel Montoro (FC Barcelona Intersport), mientras que las bajas le han trastocado sus planes, perdiendo a jugadores claves. Primero, al capitán José Javier Hombrados (Atlético), y posteriormente, ya concentrados para el Mundial, a Raúl Entrerríos (FC Barcelona Intersport), al que veía a un nivel espectacular, y Cristian Ugalde (Veszprem). José Manuel Sierra (PSG), presente en el pasado Europeo, Carlos Ruesga (Ademar), que acudía a un gran campeonato desde 2009, y el joven Aitor Ariño (FC Barcelona Intersport) han sido los sustitutos.

La seña de identidad volverá a ser una vez más la defensa donde Rivera apostará por el 6-0 que tan buenos frutos le está dando, aunque maneja la alternativa del 5-1, algo 'dañada' por la baja del especialista Ugalde. Todo ello para favorecer el contragolpe, donde mejor se mueve el combinado nacional, que deberá olvidar sus problema en el ataque posicional para intentar volver a pelear por una medalla que cuenta con muchos pretendientes.

Apoya TU periodismo independiente y crítico

Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación Vozpópuli