El piloto español Carlos Sainz (Ferrari) ganó este domingo el Gran Premio de México. Una victoria sin duda histórica para él, ya que es su segunda victoria de la temporada (nunca antes habíu ganado dos carreras en una misma temporada) y la cuarta de su carrera. Quedaría, además, por delante de un Lando Norris (McLaren) que recortó en la general con el líder del Mundial Max Verstappen (Red Bull).
Sainz cumplió con su amenaza del sábado, donde lograría la pole. Y es que el madrileño está queriendo aprovechar sus últimas carreras con Ferrari y, después de ser segundo la pasada semana, se haría con la victoria en el Autódromo Hermanos Rodríguez. El piloto español no pudo guardar la pole, pues sería superado por el holandés Verstappen, aunque después del coche de seguridad que dejó el semáforo en verde, fue a por el Red Bull, le adelantó y no soltó ya la primera posición.
Un nuevo desplante de Ferrari a Carlos Sainz
El pasado sábado, Carlos Sainz lograría una pole para el recuerdo, en primer lugar porque puede que sea su última pole en Ferrari y también por la forma en la que la lograría, marcando hasta dos tiempos que le hubieran servido para salir desde la primera posición.
El madrileño arrasaría, batiendo a los dos aspirantes al título, Max Verstappen y Lando Norris, que saldrían justo por detrás de él en la segunda y tercera posición respectivamente, además de arrasar a un Charles Leclerc que, con el mismo coche, ni siquiera le haría sombra, no logrando nada más que la cuarta posición.
Pese a ello, parecía que esta pole no iba con Ferrari, que no les ilusionaba. Al concluir la Q3 y llegar al parque cerrado, el madrileño se bajó de su monoplaza para celebrar la pole y dirigirse a la zona donde le debería estar esperando su equipo y, de repente, vio lo más inesperado: no había nadie para celebrar con él. Tan solo un mecánico vestido de rojo estaba presente tras la valla.
El feo gesto de Charles Leclerc
Parecía que lo del sábado no sería suficiente calvario para Sainz, ya que el domingo se repetiría un nuevo gesto feo hacia el piloto madrileño. Tras la carrera, el español estaba festejando su triunfo en el mítico Foro Sol del Autódromo Hermanos Rodríguez, donde se celebra la ceremonia del podio, cuando había llegado el piloto monegasco. Sainz se dirigiría hacia él para saludarle y Leclerc pasaría de largo sin ni siquiera mirarle.
Lo cierto es que Charles Leclerc no ha amenazado la victoria de Sainz en ningún momento. De hecho, Leclerc ha terminado perdiendo la segunda posición en favor de Lando Norris y se ha tenido que conformar con el tercer puesto, quizás siendo eso el detonante de su enfado que acabaría pagando un inocente Carlos Sainz.
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