Los reyes Felipe VI y Letizia asistieron este martes por la noche a la celebración del 30 aniversario del diario ‘El Mundo’, celebrado en el hotel Westin Palace de Madrid. La reina volvió a deslumbrar eligiendo su color fetiche, el rojo, que tan bien le sienta y ella lo sabe.
Además, siempre que se reencuentra con excompañeros periodistas suele ponerle un especial énfasis a su atuendo para deslumbrar y destacar, aunque a veces patine como le ocurrió por ejemplo en los premios de Periodismo Francisco Cerecedo.
La reina escogió para esta ocasión un vestido midi de Roberto Torretta, de la colección primavera-verano 2016, que ya le vimos hace unos meses, en marzo de 2019 durante la visita de Estado que realizó a Argentina, para una cena con Juliana Awada.
Se trata de un diseño palabra de honor, -que le permitía presumir de brazos-, con detalle plisado asimétrico sobre el pecho. El look le marcaba la cintura y el largo era por debajo de la rodilla, dándole un toque sexy y sofisticado a la vez. Letizia también volvió a recurrir a la loción o toallitas bronceadoras con acabado en brillo que tanto le gusta.
También apostaron por el color rojo Cayetana Álvarez de Toledo, del PP, y Rocío Monasterio, de Vox.
Letizia ha estrenado pendientes de diamantes
Letizia Ortiz ha estrenado unos pendientes que constan de un cuadrado decorado con un gran diamante y un colgante en forma de lágrima con otro diamante talla brillante. Unas joyas de las que se desconoce su procedencia pero seguro tienen un elevado coste.
Además, la reina llevó también uno de sus anillos preferidos, de plata chapada en oro de Karen Hallam.
Como complementos, la mujer del rey Felipe VI eligió sandalias doradas de Jimmy Choo, que estrenó también durante su visita a Argentina, que tienen un valor de 650 euros. Se trata de del modelo Misty 120, con tira delantera, pulsera en el tobillo y una ligera plataforma.
También llevó un pequeño clutch de Carolina Herrera, modelo Metropolitan Insignia, cuyo precio es de 690 euros.
En cuanto a su melena, Letizia Ortiz apostó por llevarla suelta con ondas al agua y un maquillaje en tonos metalizados.