A pesar de la serenidad que intenta transmitir el rey Carlos III de Inglaterra, su salud sigue generando una gran preocupación. Y es que, a pesar de los mensajes de optimismo y tranquilidad, los rumores sobre un agravamiento de su enfermedad crecen sin parar desde hace un año, cuando se anunció la lucha del monarca británico contra el cáncer.
Aunque no se ha desvelado qué tipo de tumor tiene, como tampoco cuál es su tratamiento ni el pronóstico de su enfermedad, el rey Carlos III trata de mantenerse fiel a su juramento como rey, de seguir con sus obligaciones el mayor tiempo posible. Algo que pudimos ver el pasado 27 de enero cuando acudió, junto con otros reyes y jefes de Estado, al acto por el 80 aniversario de la liberación del campo de concentración de Auschwitz.
Durante el acto, el rey Carlos III se mostró de lo más sereno a pesar de su enfermedad la cual no iría tan bien como él muestra. Así lo asegura la periodista Pilar Eyre, que desvela que los médicos del monarca le recomendaron no viajar a Alemania debido a su estado de salud: “Siempre vamos a recordar esa imagen bajo el arco de Auschwitz, muy pálido a pesar del maquillaje, con la boca pintada para disimular las llagas que provoca el tratamiento, con los ojos rojos, pero aguantando”.
El rey Carlos de Inglaterra, en el homenaje a las víctomas de Auschwitz. Foto: EFE
Crece la preocupación por el estado de salud del rey Carlos III de Inglaterra
“Es cierto que la ocasión era importante y que tanto el rey como su hijo han presidido distintos memoriales del holocausto en los últimos meses, una causa en la que ambos están muy comprometidos. Pero el estado de salud de Carlos empeora día a día” asegura Pilar Eyre en la revista ‘Lecturas’.
Según la periodista, la salud del rey Carlos III ha empeorado: “Aunque no se publica en ningún medio serio, corren rumores de que el avance de su cáncer es imparable, hasta el punto de que cuando el otro día le preguntaron en un acto “¿Cómo está?”, respondió con amargura, “Todavía vivo”.
A pesar de mantener una agenda oficial, las apariciones públicas del rey Carlos III son escasas y elegidas con cuidado. Sobre todo desde el pasado mes de octubre cuando, tras su viaje a Australia: “Los médicos accedieron a regañadientes a interrumpir once días el tratamiento, pero el resultado fue un retroceso en su estado de salud que hizo saltar las alarmas”. Desde entonces, el monarca “solo mantiene audiencias cortas, casi todas en su casa y muy medidas, aunque la proliferación de imágenes, la mayoría retocadas, nos hagan pensar que su actividad es incesante”.
Según la experta en monarquía, “la situación es muy oscura, aunque las evidencias sean muy claras: fingir que no pasa nada hasta el último momento”. Algo ya común en la casa real británica, que ya hizo su abuelo, Jorge VI, cuya enfermedad se ocultó a la opinión pública: “Se dijo que el rey solo tenía un resfriado, y durante cinco meses se murió a chorros delante de sus súbditos sin que nadie se diera cuenta”.
El rey Carlos y la reina Camila en Australia en octubre de 2024. Foto: Europa Press
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