El Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC) y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) han firmado un acuerdo para que la Generalitat, entre otras cosas, “pueda incidir en los aspectos clave y estratégicos de las infraestructuras aeroportuarias” de Cataluña. Un declaración de intenciones que afecta, principalmente, al aeropuerto de Barcelona- El Prat, la segunda mayor fuente de ingresos de la red de aeropuertos de Aena tras Madrid-Barajas.
Es decir, el pacto para que el socialista Salvador Illa sea investido amenaza el negocio de la empresa que preside Maurici Lucena, ex del PSC y eterno candidato a unirse al Govern de Illa. Y su consejo de administración y sus dueños se han puesto en alerta. No se espera mucho ruido por parte del principal accionista de Aena que es Enaire, empresa vinculada al Ministerio de Transportes que controla el 51% de la compañía.
Fondos como BlackRock, Bank of America o Morgan Stanley son los ‘otros dueños’ que han apostado su dinero por esta empresa que destaca por su gran estabilidad en el mercado por su control estatal y por el poco riesgo que tienen sus activos. Algo que pone en riesgo este pacto de Gobierno. El ‘otro’ gran inversor de Aena es el fondo británico TCI, que destaca por ser uno de los más beligerantes con las decisiones estratégicas un consejo de administración liderado por representantes del Estado.
Ese mismo consejo de administración reconocía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el pasado martes, ya con el mercado cerrado y tras conocerse el acuerdo de investidura, que seguirá y analizará los efectos de ese acuerdo en “los aeropuertos propiedad de Aena en Cataluña”.
Un comunicado al mercado sobre un asunto político que solo tiene un precedente similar en el 21 de enero de 2021. Entonces, Aena comunicó al mercado, tras cerrar su peor año en la historia tras la pandemia, que su presidente Maurici Lucena se convertiría en vicepresident económico y conseller de Economía si Salvador Illa era investido en las anteriores elecciones. Un rumor que vuelve a tomar fuerza en estas elecciones y que permitirá a Lucena estrenar las nuevas competencias de la Generalitat sobre las infraestructuras aeroportuarias como recoge el acuerdo de Gobierno.
Un ‘susto’ de 1.740 millones
Para los analistas del mercado que siguen a Aena, este factor ‘ha aguado la fiesta’ de este miércoles. El gestor aeroportuario ha presentado en el mercado unos resultados del primer semestre con un incremento del 33% de su beneficio, una significativa mejora del tráfico, una mejora en las tarifas y un ingreso comercial por pasajero superior al registrado el año anterior, un 17% más de ingresos en el trimestre y una reducción del 3,2% en sus gastos.
Unos resultados “en línea con las expectativas”, definía este miércoles el analista de Renta 4, Ángel Perez. Unas cifras de éxito en plena temporada alta que no se han traducido en el mercado. Aena ha sido el peor valor del Ibex 35 con una caída del 6,2%, su mayor caída desde noviembre de 2021 cuando una nueva variante del covid asustó de nuevo al turismo mundial. Este desplome se traduce en una bajada de su capitalización en una jornada de 1.740 millones de euros.
Aena y “los mejores despachos legales”
Los analistas esperaban una respuesta moderada o positiva de sus resultados. Por lo tanto, el impacto del pacto entre PSC y ERC sobre la cotización de Aena es la teoría que más fuerza ha tenido este miércoles. El propio presidente de Aena ha tenido que responder a varias preguntas del mercado sobre este asunto en su conferencia de resultados.
Lucena ha asegurado que contará con el apoyo de "los mejores despachos legales" en la defensa de sus intereses tras el acuerdo para investir a Salvador Illa como presidente del Gobierno de Cataluña. No obstante, ha tenido una lectura positiva de este acuerdo para el negocio de Aena. El presidente ha explicado a los analistas que la deseada ampliación del aeropuerto de Barcelona-El Prat es "al menos un poco mejor" con este pacto.
En este caso, este factor de riesgo para el negocio de Aena está generado por actores ‘muy próximos’ a su máximo accionista. Lo que está en juego es cerca del 18% de sus pasajeros totales, que es sólo lo que aporta Barcelona-El Prat y que es uno de los pocos aeródromos rentables que sustenta a una red con 48 aeropuertos.
Aunque PSC y ERC también hablan de “cambios de roles” para los aeropuertos de Girona, Reus y Sabadell y Lleida-Alguaire. Porque la nueva Generalitat quiere tener “un papel determinante” en la gestión del nuevo sistema aeroportuario catalán, algo que hasta ahora correspondía a Aena.
