La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, argumenta que dado que la inflación estará en el entorno del 0% en 2021 una congelación de las pensiones o del sueldo de los empleados públicos no provocará una pérdida de poder adquisitivo para estos colectivos, pero los analistas esperan que la inflación ronde el 0,8% el próximo año o que incluso llegue al 1%.
El Ministerio de Seguridad Social tiene previsto revalorizar las pensiones el próximo año de acuerdo a la inflación prevista para el siguiente ejercicio, tal y como hace cada año, y pretende incluso que -previa recomendación de la Comisión del Pacto de Toledo- la revalorización de acuerdo al IPC quede blindada mediante una ley.
Dado que el Gobierno no ha actualizado su cuadro macroecónomico, se desconoce qué previsión oficial maneja de la inflación para 2021, pero la ministra ha apuntado a una estimación cercana al cero.
"Tenemos que tener en cuenta que en los últimos años ha habido ganancias de poder adquisitivo tanto del colectivo de los funcionarios como de los pensionistas. Esto es importante y positivo porque se han recuperado las pérdidas de poder adquisitivo que había habido en los años de la crisis y además son colectivos muy importantes y rentas muy importantes. Todo esto hay que tenerlo en cuenta y también el hecho de que los indicadores apuntan a una inflación del entorno del 0%", señalaba Calviño en una entrevista en COPE este jueves.
Las casas de análisis, sin embargo, creen que la inflación será superior en 2021. El panel de economistas de Funcas pronostica una subida de precios del 1,1%, la Airef la situaba en torno al 1% cuando revisó el programa macroeconómico del Ejecutivo, BBVA Research la sitúa en el 0,7% y Bankinter apuesta por el 0,6%.
De media, las estimaciones se sitúan en el entorno del 0,8%, y mientras ésa sea la inflación prevista los pensionistas pueden contar con una subida semejante para el próximo año.
Errores de predicción
El Ejecutivo siempre utiliza la previsión de inflación para el siguiente ejercicio para decidir la revalorización de las pensiones. Esto provoca que en algunos años el Gobierno se queda corto y la inflación finalmente es mayor de la esperada, por lo que el Ejecutivo al final se ve obligado a compensarles con una 'paguilla' extraordinaria.
Sin embargo, en 2019 y 2020 ha ocurrido lo contrario. El Ejecutivo pronosticó una inflación muy superior a la que finalmente se produjo, con lo que los pensionistas disfrutaron de una ganancia de poder adquisitivo.
Estos errores de los últimos dos años, que han provocado un incremento del gasto público mayor del necesario, podrían llevar al Gobierno a ser más prudente con su previsión, pero es difícil que la recorten hasta el 0% según los datos disponibles hasta el momento.
Empleados públicos
Cuestión distinta es lo que pueda ocurrir con el salario de los empleados públicos. Recae en el Ministerio de Función Pública y Política Territorial negociar con los sindicatos un acuerdo para marcar las subidas salariales de los próximos tres años, pero todo parece apuntar a que la inflación prevista pueda servir de guía para pactar un leve incremento en 2021.
Mientras haya una subida y se garantice que no hay una pérdida de poder adquisitivo, el colectivo de empleados públicos podría quedar satisfecho y el Gobierno asegurarse la aceptación social, dado el esfuerzo fiscal que nos exige la Unión Europea.