La ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, ha convocado este martes a empresarios y sindicatos con la intención de aliviar la tensión entre ellose iniciar los contactos para marcar la agenda del diálogo social durante esta legislatura. Pero no ha tenido mucho éxito y parece que la distancia no hace más que aumentar. Los sindicatos aseguran que CEOE no está dispuesta a flexibilizar su postura y la patronal acusa a los representantes de los trabajadores de simplificar las cosas a base de titulares.
En la rueda de prensa tras la reunioón, el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, ha dicho incluso que "puede que al final la solución venga de otra vía" si la CEOE no accede a negociar y a pactar, dejando caer así la posibilidad de que convoquen huelgas como señal de protesta. El presidente de la CEOE, Juan Rosell, por su parte, ha asegurado que los convenios se están negociando y firmando y que ninguna negociación se está entorpeciendo.
Desde Cepyme, Antonio Garamendi, ha intentado rebajar un poco la tensión al aseverar que los empresarios apuestan profundamente por el diálogo social y que nunca se levantarán de las mesas de negociación, aunque también ha dejado claro que la propuesta de aumento salarial que reclaman los representantes de los trabajores para 2017 (del 1,8% al 3,7%) no sólo es una línea roja, sino que es un "imposible".
Gobierno y agentes sociales acuerdan la apertura de tres mesas de negociación
No solo hay grandes diferencias en el tema de salarios, las posturas también están alejadas en materia de pensiones. La ministra ha confirmado en el encuentro que las prestaciones subirán solo un 0,25% el año que viene y los sindicatos han asegurado que no se conforman con esa cifra y que seguirán luchando para conseguir aumentos más cercanos al IPC del año que viene. En cambio, parece que sí hay más puntos de encuentro al hablar de la necesidad de mejorar la financiación del sistema vía Presupuestos.
A pesar de la distancia que separa a empresarios y sindicatos, el Gobierno ha acordado con ellos la apertura de tres mesas de negociación para llegar a acuerdos sobre el empleo y la calidad del mismo, los parados de larga duración y la reforma de la ley de mutuas. Las mesas emoezarán a trabajar en enero y, en paralelo, se seguirá hablando de la reforma de pensiones para completar lo a trabajos de la Comisión del Pacto de Toledo. Báñez ha asegurado que está dispuesta a aceptar cambios tanto en la reforma laboral como en el estatuto de los trabajadores, pero eso sí, siempre que los agentes sociales estén de acuerdo.