Lejos de ser "lo peor de lo peor", CAM era una de las mejores cajas de la clase y un ejemplo para el Banco de España, "con una confianza razonable". Así lo ha expresado Roberto López Abad, ex director general de la caja alicantina, durante su interrogatorio en el juicio de CAM, que arrancó este lunes.
"No puedo decir que CAM fuera la mejor de la clase", pero era un ejemplo para el Banco de España y "gozaba de una confianza razonable", afirma el primer ejecutivo de la caja hasta finales de 2010. Tal era la confianza del regulador entonces liderado por Miguel Ángel Fernández Ordóñez, autor de la frase de "lo peor de lo peor", que éste le pidió que emitiera cuotas participativas como conejillo de indias para ver si podrían salir más tarde otras cajas.
Para este banquero procesado, la caja se "anticipó" a la crisis y fue obligada a provisionar los créditos refinanciados dos años antes que el resto del sector financiero.
López Abad ha defendido que estaba convencido de que la contabilidad y situación de CAM eran correctas cuando negoció su entrada en Banco Base, la fusión que estaba preparando con las cajas de Liberbank. Y cree que el motivo de que se rompiera esta fusión no fue la mala situación de la caja alicantina sino un real decreto del Gobierno, el 2/2011.
Respecto a uno de los presuntos motivos de la falsedad contable, la forma en que se vendieron unas titulizaciones, el exdirectivo reconoce que conocía todas las circunstancias que impedían sacarlas del balance, pero que "creía que se podía hacer". "Retuvimos una opción de compra para beneficiarnos del upside".
CAM, Banco de España y KPMG
Entre otros puntos claves del interrogatorio ha estado el análisis de todo lo que ocurrió entre diciembre de 2010 y el rescate de la entidad a mediados de 2011. El exdirectivo asegura que le sorprendió el requerimiento de provisiones extra del Banco de España a finales del año pasado, y reconoce estaba al corriente de las previsiones de pérdidas de 400 millones que se estaban barajando, pero que no las comunicó en Banco Base, donde era directivo. Además, López Abad ha defendido que una de las garantías de la caja es que "KPMG era como de la casa, nos conocían mejor que nosotros" y "emitieron informes sin salvedades". En este mismo sentido defendió que el Banco de España nunca puso pegas a la contabilidad.
Respecto a las retribuciones de la cúpula de CAM, López Abad afirma que los directivos de la caja cobraban un 50% menos que la media del resto del sector; que se renunció a distintas pagas; se congeló el sueldo a partir de 2008; y se invitó a acogerse a las prejubilaciones por el plan de eficiencia del Banco Base.
Antes que López Abad declaró el expresidente Modesto Crespo, quien desplegó una estrategia para eximir su responsabilidad en la caída de CAM. Así afirmó que "no tenía conocimientos contables ni bancarios". "Cuando me dijeron que me iban a nombrar presidente, respondí que no estaba preparado", se ha defendido Crespo.
El expresidente ha argumentado además que al no ser ejecutivo no estaba al corriente del día a día de la entidad ni de sus debilidades. Según fuentes jurídicas consultadas esta estrategia no es efectiva en casos financieros, como se ha visto con Julio Fernández Gayoso en NCG, actualmente en prisión; y Juan Pedro Hernández Moltó, de CCM, condenado en firme. No le ayudará la declaración de López Abad, señalando que Crespo estaba al tanto de todo lo que sucedía en la caja. Tampoco lo hará la documentación de la pieza separada de CAM por las dietas irregulares, de 300.000 euros, a pesar de que Crespo haya negado haber tenido un sueldo en la caja.