Alrededor de un millón de británicos viven en España o pasan temporadas largas aquí y acceden a los servicios sanitarios españoles solo por el hecho de formar parte del Espacio Económico Europeo. Pero esta situación podría cambiar ahora que Reino Unido ha decidido abandonar la UE tras el referéndum del pasado jueves, que dio la victoria al brexit con un 52% de los apoyos, frente al 48% que votó en favor de la permanencia.
Según un estudio del European Council on Foreign Relations, el think tank pan-europeo, oficialmente solo hay 300.000 británicos empadronados en España, pero la cifra real triplica esa cantidad. Además, 114.629 de los empadronados son mayores de 65 años y pasan temporadas largas aquí, así que usan bastante el sistema sanitario español. Probablemente la cifra real de mayores también sea mucho más alta que la oficial.
Los ciudadanos británicos residentes en el exterior pueden acceder a los sistemas de salud del país en el que viven en igualdad de condiciones que los nacionales de origen, ya que el Reino Unido participa en la libertad de las reglas de movimiento de la UE. Pero el referéndum del pasado jueves ha puesto todo patas arriba y abre la puerta a que el resto de estados tengan libertad para discriminar a los británicos el acceso a su sistema de salud, también España.
Tendrán que negociar acuerdos de Seguridad Social y la circulación de trabajadores
De hecho, muchos estados miembros ya han adoptado medidas para evitar el acceso gratuito a ciudadanos que vengan de países no pertenecientes al Espacio Económico Europeo. Y el sistema de salud británico (NHS) no cubre a los británicos que viven en el extranjero de forma permanente, por lo que muchos ciudadanos dependen de estos arreglos para tener asistencia sanitaria.
Otra de las cosas que habrá que negociar tras la salida de Reino Unido serán los acuerdos de Seguridad Social. Actualmente los trabajadores del espacio común pueden sumar años trabajado en diferentes estados para tener derecho a las pensiones en países con un mínimo de tiempo trabajado. Se puede obtener el total de las pensiones (aunque proceda de diferentes países) en una sola cuenta y se pueden hacer los cheques por pensiones de invalidez en el país en el que están pasando los últimos años.
También habrá que ver cómo se cambia la libre circulación de trabajadores dentro del mercado único de la UE, uno de los pilares de la cooperación europea. La UE permite a todos los ciudadanos vivir y trabajar en otro estado miembro, pero la salida de Reino provocaría que sus ciudadanos dejaran de tener automáticamente acceso a estos derechos. Y los empleadores de todo el UE podrían discriminar a los ciudadanos en función de su nacionalidad. Los datos dicen que hay 178.142 británicos en edad de trabajar en España, aunque en este caso también es probable que la cifra sea más alta.
Los británicos tienen 86.000 viviendas en España como segunda residencia
Será interesante también saber si cambiarán las condiciones para comprar una vivienda en otro país. Actualmente, 576.000 británicos tienen segundas residencias en otros países y 86.000 viviendas están situadas en España. Aunque aquí no hay restricciones a la compra de vivienda de terceros países ni más facilidades para los ciudadanos del territorio común.
Sí afectará a los 3.645 estudiantes británicos que participan en el programa Erasmus en España, que es el destino preferido por los estudiantes de toda Europa y recibe a casi 40.000 alumnos en total. Este programa es una seña de identidad de la Unión Europea desde 1987. Por el momento, al igual que ocurre con los españoles que están en Reino Unido, los británicos seguirán viniendo los próximos dos cursos antes de la salida efectiva de Reino Unido.
El investigador de Esade Álvaro Imbernón, que ha colaborado en la elaboración del informe del ECFR, ha asegurado a Vozpópuli que solo ve incertidumbre porque hay muchos factores en juego que no se sabe cómo se van a articular. Además, España es uno de los países más expuestos por su estrecha relación con Reino Unido, aunque es verdad que no es muy restrictivo con terceros países y si se llega a algo parecido a lo que existe con Noruega los británicos que residen aquí no perderán muchos derechos.
Cameron verá a los líderes europeos este martes y mañana se celebrará la primera cumbre
En cualquier caso, habrá que esperar a ver cómo se articula la salida de Reino Unido y los acuerdos comerciales que tendrá que firmar después. En teoría, el Consejo Europeo tiene dos años para definir la salida, así que nada cambiará hasta entonces. Pero nada empezará hasta que Reino Unido pida formalmente abandonar la UE y el todavía primer ministro, David Cameron, no parece muy dispuesto. El mismo día del referéndum dijo que dimitiría en octubre y que debería ser el siguiente primer ministro quien iniciara la desconexión.
La UE, en cambio, no quiere esperar. Como han dicho en muchas ocasiones los representantes de las instituciones comunitarias, el camino es de un solo sentido y cuanto antes se inicie, mejor. Los dirigentes de la UE temen que la incertidumbre pase factura al proyecto europeo y alimente el contagio en otros movimientos euroescépticos del continente, dañando los intereses comunes y su peso en la negociación. Además, aseguran que no negociarán los acuerdos comerciales sin articular antes la salida.
Cameron hablará de todo esto con el resto de los líderes en una cena este mismo martes, tras la sesión formal en la que hablarán de otros temas como la inmigración y política exterior y defensa. Y el miércoles, los líderes europeos celebrarán la primera cumbre a Veintisiete sin Reino Unido. En cualquier caso, el proceso se alargará mucho en el tiempo y normalizar las relaciones entre Reino Unido puede llevar incluso más de diez años.