La crisis del campo pasa factura al propio campo. El sector agrario ha dejado de generar interés en los inversores y, en relación a enero, la compraventa de fincas rústicas ha caído en el mes de febrero un 6,8%, un mes marcado por las tractoradas, las manifestaciones y la guerra del campo. Estos son los datos que se desprenden de la última Estadística de Transmisiones de Derechos de la Propiedad (ETDP) difundida este lunes por el Instituto Nacional de Estadística (INE), analizados y recogidos por Cocampo.
Estos datos son un claro y evidente reflejo de la repercusión de las manifestaciones del sector primario en la sociedad y en la economía: la situación de inestabilidad ha provocado el rechazo de los inversores en un sector que tanto necesita de la financiación económica.
En total, en el mes de febrero se realizaron 13.666 operaciones en el sector de las fincas rústicas, un 6,8% menos que las que se realizaron en el mes de enero, justo antes de que la 'guerra' entre el campo y las administraciones, tanto autonómicas como estatales y europeas estallaran. Así, esta "huelga del sector primario", que surge en demanda de "cambios en las políticas europeas y de medidas ante la subida de los costes de producción por la guerra en Ucrania y los fenómenos climatológicos adversos que afectan al campo", ha terminado convirtiéndose en un 'boomerang' que ha afectado al propio sector al ver cómo cae la inversión.
A nivel general, aumenta el interés por las fincas rústicas
Sin embargo, los datos de febrero son una ruptura con respecto a la tendencia de los últimos meses, ya que durante todo este año las adquisiciones de parcelas en el campo no han parado de crecer. De hecho, pese a que de enero a febrero la inversión haya caído considerablemente, a nivel interanual a cifra alcanzada representa un aumento del 5,2% en relación con febrero de 2023. Es decir, las semanas de manifestaciones han supuesto un golpe, pero la realidad es que durante los últimos años el interés por el campo había aumentado poco a poco.
Así, extrapolando el dato a los últimos años y no centrándose en estas últimas semanas, este mes de febrero se consolida como el segundo mejor febrero desde 2008, sólo superado por el de 2022, cuando se compraron 14.356 propiedades.
En total, se transmitieron 41.015 fincas rústicas, de las que 15.556 fueron herencias, 13.666 compraventas, 10.267 otros tipos de transmisiones, 1.313 donaciones y 213 permutas. Las comunidades autónomas en las que se compraron más terrenos rústicos fueron Castilla y León (2.397 propiedades), Comunidad Valenciana (1.765), Andalucía (1.656) y Castilla-La Mancha (1.631).
En términos anuales, la compraventa de fincas rústicas subió en Cantabria (107,4%), Comunidad de Madrid (51,0%), Extremadura (50,8%), Región de Murcia (28,2%), Comunidad Foral de Navarra (24,0%), Castilla y León (15,9%), País Vasco (9,7%), Comunidad Valenciana (9,6%), Aragón (9,1%), Cataluña (2,5%) y Asturias (1,8%).
Los fondos tienen interés en el campo
Pese a este 'bajón' del mes de febrero, las fincas rústicas tienen todavía esperanza de sobrevivir, aunque no sea a manos de los agricultores. De hecho, si no cambian las cosas, el campo dejará de pertenecer a los agricultores y los ganaderos y pasará a estar en manos de los 'brokers'. Los fondos de inversión que han 'entrado' en el campo se han triplicado en los últimos 13 años. Concretamente, desde el año 2010 hay 152 nuevos fondos a nivel especializados en la tierra, pasando de apenas 72 en el inicio de la década pasada a 224 a término del 2023.
Así queda reflejado en el 'Informe 2024 sobre la Estructura del Suelo Rústico en España' realizado por Cocampo, una plataforma de anuncios de compraventa y alquiler de fincas rústicas con más de 300 mil hectáreas a la venta. En el capítulo XII, titulado 'Tendencias globales en la inversión agro. Los fondos de inversión en tierra diversifican su estrategia de producción'.
