El cierre ruso del gaseoducto Nord Stream, que lleva el gas hasta Alemania y abastece a toda Europa central, y que fue anunciado el pasado viernes, ha disparado su precio este lunes hasta un 30% en el mercado holandés de futuros TTF llegando a alcanzar los los 284 euros por megavatio hora.
El suministro estaba interrumpido desde finales de agosto por trabajos de mantenimiento y se iba a reanudar este pasado sábado. A lo largo de las últimas semanas se han producido una serie de cortes, pero estos siempre habían sido temporales y se reanudaban a los pocos días.
El cierre que fue comunicado poco después de que los países integrantes del G-7 anunciaran su intención de poner un tope al precio del petróleo ruso. Según Gazprom, los problemas técnicos se han registrado en la única turbina que aun funcionaba en el gaseoducto (que trabajaba ya solo al 20% de su capacidad) y se deben a una fuga de aceite. Además, todo ellos se produce a pocos meses de que entre en vigor el embargo petrolero de la Unión Europea (UE) al Kremlin, decidido en el sexto paquete de sanciones comunitarias al régimen del presidente, Vladímir Putin, por su agresión contra Ucrania.
Alianza de Rusia con la OPEP
En los últimos días, Rusia ha señalizado que quiere prolongar más allá de 2022 su alianza con la OPEP, y que apoyaría una reducción del bombeo de la alianza, tal y como había insinuado previamente Arabia Saudí.
El precio del petróleo, que había caído más de un 20% desde los picos de 120 dólares que alcanzó en junio, volvió el viernes a la senda alcista y esta mañana subía cerca del 2% ante la posibilidad de que los 23 países de la OPEP+ decidan rebajar su oferta.
El encarecimiento se producía mientras el euro perdía la paridad con el dólar y caía hasta 0,99 dólares, su nivel más bajo en dos décadas, en paralelo a los retrocesos de las principales bolsas europeas y asiáticas.
La tendencia alcista del crudo se imponía así a las presiones a la baja que causan tanto la posibilidad de que Irán venda más crudo si se reactiva el acuerdo sobre su programa nuclear, como el freno de la economía mundial, y por ende a la demanda petrolera, que está causando la elevada inflación y la covid en China.
Pese a ello, entre los analistas reina el escepticismo sobre la posibilidad de que la OPEP+ decida hoy una reducción sustancial de su producción, limitada ya debido a las dificultades técnicas que tienen la mayoría de sus miembros a la hora de cumplir con el tope de bombeo nacional asignado.
Según varias fuentes, en los dos últimos meses su bombeo conjunto estuvo casi 3 millones de barriles diarios por debajo de sus objetivos de producción.