La cirugía estética está de moda en España. La preocupación por nuestra imagen ha llegado hasta tal punto que uno de los métodos más invasivos para cambiar nuestro aspecto físico se ha convertido en un negocio millonario, cuyos clientes son cada vez más jóvenes y más asiduos.
Son tantas las personas que deciden pasar por el quirófano en nuestro país para hacerse algún que otro retoque estético, lo que ha hecho que el número de empresas dedicadas ha crecido un 30% en menos de tres años, hasta alcanzar los 5.244 establecimientos.
Son datos del último informe publicado por la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME), donde hacen una radiografía de un sector que hace diez años era la mitad de grande. A día de hoy, las clínicas de cirugía estética mueven más de 2.800 millones de euros al año, un 5,4% más que en 2018.
En la actualidad, el consumo de este tipo de intervenciones es tal que prácticamente el 40% de la población española se ha sometido a algún tipo de intervención. Cinco de cada diez mujeres y dos de cada diez hombres acuden con cierta regularidad a un tratamiento de estética. Desde SEME apuntan que el perfil del consumidor, que hace 10 años era predominantemente femenino y de mediana edad, ha cambiado radicalmente.
La mayor parte de los hombres -un 23%- acuden para recibir tratamientos capilares, pero también con la intención de mantener un aspecto más juvenil. Un 11,4% de los hombre ha recibido un tratamiento corporal y un 10,7% facial.
Las redes sociales animan a los jóvenes a operarse
De hecho, de acuerdo con los autores del informe, uno de los motivos de este crecimiento es la entrada de un segmento de la población que tradicionalmente nunca ha sido un cliente tradicional de este tipo de clínicas: los menores de 26 años. Cada vez son más los jóvenes que se someten a este tipo de tratamientos, influenciados en su mayoría por los estándares de belleza que consumen a diario en las redes sociales. Concretamente, cuatro de cada diez jóvenes de la Generación Z han pasado por quirófano para 'mejorar' su aspecto físico.
Así lo señalan los expertos en su informe, donde apuntan que "la aparición de los selfies, la difusión que tiene la medicina estética en las redes sociales y la influencia que tienen estas sobre los jóvenes han hecho que los menores de 26 años se introduzcan en el mundo de la Medicina Estética". Una tendencia que hace una década no existía.
Por otro lado, la forma de conocer estos centros, ha cambiado para los jóvenes, que en su mayoría acceden a ellos a través de la publicidad online y en redes sociales. Resulta preocupante señalar que mientras que los clientes de mayor edad suelen someterse a tratamientos para contrarrestar el envejecimiento, los más jóvenes lo hacen "para ganar autoestima", según apuntan en el propio informe.
El gasto anual de quienes se hacen tratamientos, al menos una vez al año, asciende a casi 1000 euros, mientras que el gasto puntual de media es 573 euros para ellas y de 493 para ellos.