Economía

Del Citroën GS al DS Aero: 50 años entre pasado y futuro de las berlinas francesas

Las berlinas de Citroën han destacado desde siempre por sus particulares diseños, y el GS fue uno de sus modelos más populares hace ahora 50 años. Cinco décadas después DS, la marca de lujo del grupo francés PSA, propone un DS Aero como una futurista berlina

  • El diseño ha sido desde hace 50 años seña de identidad de las berlinas francesas, y el DS Aero mantiene un estilo diferenciador.

El Citroën GS cumple ahora 50 años, cinco décadas desde que vio la luz y conquistó a muchos españoles que vieron en esta berlina un modelo diferente en muchos sentidos, desde el propio diseño a soluciones innovadoras como las suspensiones que permitían variar la altura al suelo y que supuso un punto de distinción en el segmento que cautivó a no pocos clientes. El origen del GS se remonta a la década de 1960, cuando Citroën lanzó dos vías de estudio para conquistar un segmento que empezaba a crecer y en el que estaba ausente: las berlinas de tamaño medio. Si el proyecto F nunca llegó a ver la luz, el proyecto G acabaría cristalizando en un modelo que marcaría una época: el Citroën GS.

Diseñado por Robert Opron, “padre” de otros modelos míticos como el SM o el CX, y presentado en el salón de París de 1970, el GS reforzó la imagen de Citroën entre el gran público con una línea y un interior originales asociados a soluciones técnicas avanzadas, pensadas para optimizar el confort. Su diseño le diferenciaba de cualquier otro modelo en el mercado y llegaba con innovaciones poco frecuentes en este tipo de vehículos, como cuatro frenos de disco y, sobre todo, la suspensión hidroneumática que ayudó a popularizar en España. Su motor de 4 cilindros con refrigeración por aire desarrollaba 60 CV, pero alcanzaba una velocidad máxima de 150 Km/h, bastante elevada para la época.

Inconfundible el diseño del Citroën GS

En el interior destaca su salpicadero futurista, obra del prestigioso diseñador Michel Harmand, que dio muestras de su talento en otros modelos de la marca como el CX. Pensado como una escultura, presenta elementos innovadores como su velocímetro, que imita la forma de una lupa o su freno de mano integrado.

Un modelo en cierto modo revolucionario que no tardó en convertirse en una referencia en prestaciones, confort y diseño, siendo incluso elegido Coche del Año en Europa en 1971 y turismo más vendido en Francia entre 1975 y 1978, con una producción anual de más de 200.000 unidades. En total, se construyeron cerca de 2,5 millones de GS, de ellos 478.000 en versión break, principalmente en la fábrica de Rennes la Janais (Francia), aunque también se produjo en España, en Vigo, donde se fabricaron 153.983 entre 1984 y 1986.

Tras el lanzamiento de la versión break en 1972 y un ligero restyling en 1976, el GS evolucionó con la llegada de los años 80, convirtiéndose en el Citroën GSA. Se trata del primer Citroën con cinco puertas, pero no el último: desde entonces, el portón trasero está presente en la práctica totalidad de los modelos Citroën comercializados hasta la fecha.

Además de por su diseño y sus cualidades como berlina de elevado confort, el GS ha pasado a la historia por ser uno de los pocos modelos en apostar por el motor de pistones rotativos Wankel. En lugar del movimiento creado por el conjunto cigüeñal, bielas y pistones de los motores convencionales, el motor contaba con un rotor de forma triangular que da vueltas en un cárter, creando cámaras en las que se producen los cuatro tiempos de la combustión (admisión, compresión, explosión y escape). En cada giro del rotor, este ciclo se repite tres veces. Un motor que destacaba por la ausencia de vibraciones y un funcionamiento silencioso, pero también por un consumo muy elevado, que le llevó a fabricarse durante apenas dos años –1974 y 1975–, pues la crisis del petróleo acabó con él. Alcanzaba una potencia de nada menos que 107 CV y una velocidad máxima de 175 CV.

DS Aero Sport Lounge… el futuro

Tan diferente como fue en su momento el GS, lo es ahora este futurista DS Aero. Responde a una problemática muy actual: tratar de conjugar una nueva eficiencia sin renunciar al carácter y la fuerza del diseño. Por sus proporciones y su carrocería, orienta los flujos de aire para obtener una óptima eficacia aerodinámica. Su longitud, de cinco metros, y su línea de techo descendente –como en su momento el GS–, reducen la resistencia aerodinámica y el aire va de la calandra plana a los apéndices laterales, pasando por unas grandes ruedas de 23 pulgadas diseñadas para ofrecer el mínimo rozamiento.

Esta revolución también llega al habitáculo, sobre todo por sus pantallas que se hacen virtuales. Frente a los ocupantes, dos amplias láminas crean una forma que parece estar suspendida en el aire. La parte inferior sirve para proyectar la información desde la lámina superior, hecha en marquetería de paja. Su superficie cobra vida para descubrir nuevas formas de comunicación, información y entretenimiento.

Diseño muy futurista en el DS Aero Sport Lounge

Los elementos necesarios para la conducción se proyectan en el parabrisas en forma de realidad aumentada. Entre los asientos, el apoyabrazos central sirve de guía. Lee, interpreta y contesta a cada movimiento de la mano con una acción y una respuesta sensorial, con unos sensores que detectan cada gesto mientras unos minúsculos altavoces de ultrasonidos emiten una onda que ofrece una sensación cercana a la de un cuerpo sólido.

Los asientos están tapizados con algodón satinado, que rodea una espuma de alta densidad de tecnología avanzada que concede todo el protagonismo al confort.  Su superficie busca ser muy agradable al tacto, gracias a una trama muy fina que asegura una robustez y una suavidad incomparables. En las puertas, un tejido técnico trenzado en microfibra de tres materiales incorpora un gran número de juncos transparentes y aporta luz de ambiente al habitáculo. Este trenzado único, realizado por un artesano excepcional, mezcla el arte y la tecnología. Una berlina futurista y atrevida, como en su momento lo fue el Citroën GS.

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