Se acerca la Navidad y con ella el temido momento de la Seguridad Social de tener que hacer frente a la extra de los pensionistas. Es un momento complicado porque el sistema tiene que asumir un desembolso doble a pesar del maltrecho estado de sus cuentas, que acabarán el año, tal y como ha comunicado el Gobierno a Bruselas, con un desfase de más de 18.000 millones.
La factura mensual habitual de las pensiones ronda los 9.200 millones. Pero en diciembre, la cifra se acerca peligrosamente a los 19.000 millones por la paga extra. Hoy por hoy el el sistema no puede soportar este pago solo con las cotizaciones, motivo por el que se ha tirado durante años del Fondo de Reserva. Esta famosa 'hucha de las pensiones' llegó a tener más de 66.000 millones en su mejor momento, pero se ha ido vaciando año tras años hasta hoy, que solo dispone de poco más de 8.000 millones.
Ya en 2017, para no agotar del todo el Fondo, el Ejecutivo que lideraba entonces Mariano Rajoy decidió recurrir a otro sistema para pagar las extra: la emisión de deuda. Y desde entonces, el endeudamiento público de este subsector no ha hecho más que subir. Históricamente la Seguridad Social ha tenido siempre una deuda próxima a los 17.000 millones, en 2018 esa cifra superará los 40.000 millones por primera vez, más del doble.
En 2017, el préstamo fue de 10.200 millones, lo que hizo que la Seguridad Social acabara el año con una deuda de 27.400 millones. En 2018, el préstamo supera los 13.000 millones, cifra que llevará el endeudamiento total del sistema por encima del umbral de los 40.000 millones, que nunca se había sobrepasado hasta ahora.
De hecho, si nos fijamos en lo que ha ocurrido a lo largo de 2018 vemos que, en los primeros tres meses, la deuda se mantuvo por debajo de los 27.400 millones. Subió en el segundo trimestre cuando hubo que liberar 7.500 millones del préstamo para hacer frente a la paga extra de verano.
Escaló entonces hasta 35.000 millones y ahí se ha mantenido estable hasta septiembre y seguirá hasta que el Gobierno active el resto del préstamo. El Consejo de Ministros ha aprobado su liberación, así que el equipo de Pedro Sánchez podrá disponer de él cuando quiera. Además del préstamo, se necesitarán unos 3.000 millones del Fondo de Reserva.
El Fondo acabará el año con poco más de 5.000 millones y se agotará en 2023, según ha reconocido el propio Gobierno
Y por eso la deuda de la Seguridad Social acabará el año por encima de los 40.000 millones, mientras que la hucha de las pensiones seguirá agotándose. Al finalizar el año, se quedará con poco más de 5.500 millones, doce veces menos de lo que llegó a tener. El Gobierno, de hecho, ya ha reconocido que el fondo se vaciará en 2023, así que habrá que empezar a buscar excedentes para volver a dotarlo.
Aún así, desde el Ejecutivo aseguran que las cotizaciones van muy bien y que eso evitará, precisamente, coger más dinero del Fondo. De hecho, el Gobierno espera poder acotar las disposiciones en el futuro para asegurar su permanencia, aunque los desembolsos serán cada vez mayores porque el número de pensionistas no hace más que aumentar y también la factura mensual por medidas como la vuelta al IPC como índice de revalorización.
La entrada en vigor de los Presupuestos de 2018, que incluían una subida de las pensiones del 1,6% ya disparó el gasto un 5%. En 2019 volverán a subir en la misma cuantía y el Gobierno se ha comprometido incluso a asegurar el vínculo con el IPC por ley, según figura en el acuerdo con Unidos Podemos. Eso significa que cada año será mucho más caro hacer frente a las dos pagas extra.
